Democracia sí, pero zánganos no
Las cámaras de diputados y senadores son los dueños reales de la “democracia” en México.
Y los dueños de las cámaras son los partidos.
Y los dueños de los partidos son unos zánganos.
Son unos sinvergüenzas y unos bandidos, y la población que no participamos en la política pues “nomás milando como el chinito”, viendo cómo se reparten el pastel, y allí está el “Quid” o sea el meollo del asunto, los tres partidos reales de nuestra nación inventaron los otros siete partidos “patito” para capturar todas las posibles desviaciones del comportamiento social. Y por medio de estos siete partidos apostarlos como fichas en el tapete verde de nuestra “democracia” en cada estado o región, y de acuerdo a los votos que cada partido le caigan pues le tocará la rebanada del pastel, lo cual pues hasta cierto punto, pues sin dejar de ser una fechoría pues es una si no aceptable, pues sí comprensible hábil maniobra dada la condición de los políticos que su filosofía de vida es fregar al prójimo a costa de lo que sea.
Lo grave de la situación es que todos los partidos están colgados de la gran ubre de la patria. Y como se está subsidiando y protegiendo a todos estos zánganos pues habrá más personas que lógicamente ya no quieran vivir en el error de trabajar honestamente y pues formen más partidos.
Un servidor aprueba que haya muchos partidos y si se quiere un partido por cada mexicano a ese paso, pero por su madrecita santa que no lo financiemos los que sí trabajamos y que de alguna forma alguien les pare los tacos a las cámaras que cada vez son más voraces e ingeniosamente inventivas para fregar a la patria.
También es importante que en las propuestas que los pillos aspirantes a los puestos en pelea pues se muestren como son en realidad. No pueden ser trabajadores puesto que como políticos desde que entraron a los partidos fue con la intención precisamente de huir del trabajo.
Y honestos pues todavía menos pues es una aberración “antinatura” ofrecer en campaña un “político trabajador y honesto” es como ofrecer que usted se meta a una bañera con un “tiburón vegetariano” es extraordinariamente ridículo.
Así pues, bájenle a su desvergüenza en sus ridículas campañas y presenten una propaganda dirigida a una población más pensante y más inquisitiva; ya los mexicanos fuimos a la escuela y tenemos un poco más de sentido común. Y resumiendo yo acudiré a las urnas cuando los partidos y las campañas políticas no los pague la sufrida patria y esto será cuando los mexicanos verdaderamente aspiremos a una democracia sin zánganos y mantenidos.
Arturo Pedro Salas Juárez,
Comarca Lagunera.
