Ciudadanos zombies
En los últimos años han proliferado las películas de zombis o muertos vivientes. El común denominador de estas, ha sido sembrar el pánico o terror que representan estos entes o fiambres vivientes en los ciudadanos. Todas estas películas de ficción no dejan de tener algo de verdad o algo de profecía. Lo que sí es un hecho es que los productores de estas cintas han sido tan ingeniosos que nos dejan con el temor por varias noches o días.
Aunque deberíamos de reconocer que son ciencia ficción y lo que pasa en esas películas no dejan de ser una falsedad, en la vida real existen, conviven entre nosotros y que afectan a la sociedad en general. Lentamente destruyen, como un virus, a las células sociales y con el tiempo han creado un monstruo, que camina, respira y consume todo lo que se le pone enfrente. Peor aún, contamina a los ciudadanos sanos, que aún piensan, reflexionan, disciernen, opinan, participan y actúan sobre temas que nos afectan a la comunidad en general.
La Anti Democracia es un virus que se expande en una forma increíblemente rápida. La tierra fértil esta en los incrédulos, indolentes, ingenuos, irresponsables, vacíos de ideologías convirtiéndolos en ZOMBIS SOCIALES.
A ellos, si hay que tenerles miedo, mucho miedo, porque son instrumento del autoritarismo, de la represión física, psicológica, de los gobernantes caprichosos y enfermos de poder. Estos ZOMBIS trabajan para la simulación de una democracia sin percatarse que en realidad buscan una anarquía perfecta.
Esos ZOMBIS se esconden cobardemente en la crítica insana, en los señalamientos improductivos, sin percatarse que su indolencia los convierte en cómplices de todos los actos delictivos de los apoderados ciudadanos. Esos ZOMBIES se rehúsan a arriesgar su “estatus quo”. Prefieren seguir criticando en las sombras, en lo obscurito de la noche y mantenerse en su ámbito de confort.
A esos ZOMBIS no les interesan las propuestas o debates políticos. No les interesan los partidos políticos, sus tendencias y su filosofía. No les interesan el perfil, ni la preparación ni la historia o credenciales de los candidatos. En consecuencia, los que manipulan a los partidos políticos son los que determinan el camino de nuestro país y no nosotros, los mandantes.
Si queremos un México que verdaderamente le haga frente a la globalización social (después de la económica) tendremos que cambiar radicalmente nuestros hábitos. Deberemos cambiar la proporción de habitantes / ciudadanos por la de ciudadanos / habitantes. Esos ZOMBIS deberán de despertar a la vida real y participar políticamente en el quehacer cotidiano. De otra suerte México se convertirá en un gran cementerio inerte de participación.
Víctor Alducin
Comarca Lagunera
