Todos los textos que Malbéne escribe son polémicos, pero el último que publicó en Lumen, la revista lovaniense, ha provocado el enojo de sus colegas, generalmente ecuánimes. He aquí las palabras que suscitaron tal irritación:
"Entre los grandes creadores de ficciones están los novelistas, los políticos, los economistas y Hollywood. Ninguno de esos grupos, sin embargo, ha inventado fantasías mayores que las que hemos concebido los teólogos".
No contento con esa declaración Malbéne añade otra aún más lapidaria:
"Si Dios leyera nuestros escritos -jamás los ha leído- no se reconocería en ellos. Más aún: pienso que si Dios nos leyera dejaría de creer en Dios".
La tesis final de Malbéne es que en una flor o un insecto hay más teología que en la Summa de Santo Tomás de Aquino. También afirma que el amor contiene todas las teologías. Su pensamiento ha sido tachado de estar "peligrosamente cerca de la herejía". Dice él: "Quizá yo sea un hereje, pero soy un hereje enamorado de Dios".