Atrapados
Quien bautizó a los sistemas de comunicación masiva como “redes” no pudo elegir nombre más exacto para este nuevo concepto comercial y altamente tecnificado.
Hoy sabemos que ya no es el alcohol la primera causa de accidentes en México, que ahora lo son las actitudes lúdicas y poco responsables de quienes, sin poder evitarlo, pues ya están atrapados, hacen llamadas por celular o chatean con sus vehículos en marcha.
Un ajustador de seguros comentó que el celular es causa de muchos y tristes acontecimientos en carreteras y calles y que sus gráficas se elevan por este problema.
Las redes nos han atrapado de tal forma que las convivencias familiares suelen ser interrumpidas varias veces por llamadas o mensajes a veces hasta estúpidos, absurdos y de poca calidad informativa o educativa.
Vía las redes se han vaciado cuentas bancarias, se ha capturado a delincuentes, se han robado autos, se conocen biografías y currículums de personas, su foto, edad, lugar de trabajo y hasta patrimonios y salarios.
En la mayoría de los casos nosotros mismos alentamos esa información.
Vía las redes se ubican calles, centros comerciales, ciudades, se pagan servicios, se compran boletos, se publican fotos de familias y lugares por donde se anda o han andado.
Vía las redes entregamos, muchas veces, nuestra confianza y nuestros proyectos.
A veces no nos atrevemos a hablar con el del al lado tal vez porque no hay confianza pero en cuanto recibimos una imagen, un correo nos enlazamos y hablamos hasta de más.
Las redes atrapan hoy nuestra atención, nuestro tiempo más valioso, nuestra comunicación. Casos se dan en que se ha generado un vicio no tratado aún, para permanecer por horas enlazados, perdiendo tiempo en datos que no abonan a nuestra cultura ni a nuestro quehacer.
Se dice que la información es poder y durante las épocas difíciles en la Laguna por las redes nos advertían de tal o cual incidente de alto riesgo para no pasar por ahí, información muchas veces no digna de confirmación.
Ausentes potenciales y ciegos en el futuro veremos cada día más en nuestros hogares, trabajos y calles. Una sociedad muda que dejará de manifiesto todo su orgullo, metas, planes, reclamos, ideas, juicios, sueños en una pantalla sin emitir un sonido a través de sus labios.
Una sociedad que, en la platica común, frente a frente, será muy pírrica su intervención pues su lenguaje estará limitado a dos o tres renglones que caben en una pantalla.
Atrévase a ver su entorno y descubra lo que le rodea, los que están con Usted, los que le aman y le dan un abrazo, no que se lo envíen; atrévase a volver sus ojos alrededor suyo cuando maneje, cuando espere un camión, cuando esté cenando con su familia, cuando esté en su casa. Descubra, ahora que todavía puede, lo bello de la vida, visto realmente en el recuadro policromático del universo.
Miguel Gerardo Rivera
Gómez Palacio, Dgo.
