Ernesto Sabato murió en 2011, poco antes de cumplir cien años. En las entradas en Google o en las solapas que acompañan sus libros se le presenta como escritor, físico ensayista y pintor. Todo es cierto, pero más cierta es su condición de testigo.
No se elige ser testigo. Uno puede optar o no por adquirir esa responsabilidad. Conciencia y compromiso social son factores determinantes. Sabato, observador del mundo y de la realidad, fue testigo fundamental de la condición humana y de Argentina, su país natal. Aunque ni la crueldad ni la inequidad ni la injusticia disminuyen por las denuncias de los testigos, su presencia es vital. Gracias a sus voces algunos sátrapas son juzgados, y gracias a sus advertencias, el Poder, en ocasiones, rinde cuentas.
En la portada de Antes del fin (La Nación, 2011, Argentina) se ve a Sabato pensativo, con la mano cubriendo la barba, la frente arrugada y la vista oteando el horizonte. Si hubiese que buscarle cara a los testigos, la del Premio Cervantes sería idónea: Escruta, pregunta, reflexiona. Lleva a cuestas décadas de sabiduría y dolor.
Antes del fin es un libro de un testigo. Sus ideas viejas no son viejas. Retratan la cotidianeidad. Dibujan el fracaso de la condición humana. Cuestionan grandes palabras: Tecnología, conocimiento, progreso y Producto Interno Bruto son nociones vacuas para los miles de millones de desposeídos.
La urdimbre tejida por Sabato es admirable. Entre una miríada, extraigo de Antes del fin, algunas ideas. Por comodidad las enumero:
1. "El desarrollo facilitado por la técnica y el dominio económico, han tenido consecuencias funestas para la humanidad. Y como en otras épocas de la historia, el poder… se prepara nuevamente para dar la última palada de tierra sobre la tumba de su colosal imperio".
2. "Años atrás, como un Cristo entre ladrones, mataron… a Federico García Lorca. A menudo he pensado que aquel crimen horrendo es uno de los símbolos de este mundo que, habiendo erradicado la poesía, ha erigido en su lugar la dureza y el espanto".
3. "La sangre, el horror y la violencia cuestionan a la humanidad entera y nos demuestran que no podemos desentendernos del sufrimiento de ningún ser humano".
4. "Con qué indignación he visto, en un día de huelga nacional, con despótica soberbia, a la policía arrojando al suelo la comida que unos obreros preparaban en sus ollas populares. Y entonces me pregunto en qué clase de sociedad vivimos, qué democracia tenemos donde los corruptos viven en la impunidad, y al hambre de los pueblos se le considera subversiva".
5. "Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano".
6. "Al parecer, la dignidad de la vida humana no estaba prevista en el plan de globalización… Es un mundo que vive en la perversidad, donde unos pocos contabilizan sus logros sobre la amputación de la vida de la inmensa mayoría".
7. "Para todo hombre es una vergüenza, un crimen, que existan doscientos cincuenta millones de niños explotados en el mundo".
8. "El absolutismo económico se ha erigido en poder. Déspota invisible, controla con sus órdenes la dictadura del hambre, la que ya no respeta ideologías ni banderas, y acaba por igual con hombres y mujeres, con los proyectos de los jóvenes y el descanso de nuestros ancianos".
9. "Hoy no sólo padecemos la crisis del sistema capitalista, sino de toda una concepción del mundo y de la vida basada en la deificación de la técnica y la explotación del hombre".
10. "Enloquecidos por ser aceptados por el hiperdesarrollo, hemos cometido el gravísimo error de perder nuestro ser original imitando a los imperios de la máquina y del delirio tecnológico".
Sabato defiende al ser humano. Lo defiende de la tiranía del Poder y de los abusos del neoliberalismo. Leerlo recuerda la simiente de la otredad: El hombre debe respetar al hombre.
Notas insomnes. Chejov: "Comencemos por el hombre, mostrémonos atentos con respecto al hombre, sea cual sea: obispo, mujik, industrial millonario, forzado de Sajalin, camarero en un restaurante".
(Médico)
