El diseño del Presupuesto
Base Cero es una buena
Oportunidad para romper inercias de clientelismo y
Discrecionalidad.
Imagine usted que el primer día de la LXIII Legislatura el presidente Peña Nieto enviara esta iniciativa de ley en calidad de preferente:
1.- El sueldo neto que recibirá el Presidente de la República no podrá ser mayor a 54 veces el salario mínimo mensual (smm) vigente en el Distrito Federal. Ningún servidor público de la Administración Pública Federal (APF) percibirá remuneraciones mayores.
2.- No se autorizarán bonos o percepciones extraordinarias, gastos de representación, ni la contratación de seguros de gastos médicos privados para ningún servidor público.
3.- Sólo contarán con secretario particular el Presidente de la República, los secretarios, y los subsecretarios. No se crearán plazas de secretario privado. Sólo habrá cinco asesores por Secretaría. Únicamente podrán disponer de escolta los servidores públicos de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Procuraduría General de la República.
4.- El gasto de publicidad en televisión, radio y prensa, que lleve a cabo la APF no podrá rebasar 0.30 % del total del Presupuesto de Egresos autorizado por la Cámara de Diputados.
5.- Los vehículos oficiales al servicio de servidores de la Administración Pública Federal, sólo podrán sustituirse si tienen, al menos, seis años de uso y las unidades que se adquieran no podrán costar más de 110 veces el smm en el DF.
6.- Los gastos por servicios generales no podrán exceder a los montos erogados en el ejercicio inmediato anterior, una vez considerados los incrementos en precios y tarifas oficiales o la inflación.
7.- La adquisición de bienes y servicios de uso generalizado se llevará a cabo de manera consolidada, para obtener las mejores condiciones de precio, calidad y oportunidad.
8.- Los servidores públicos que no cumplan con las disposiciones previstas en esta Ley incurrirán en falta grave. La responsabilidad administrativa será independiente de las de orden civil o penal que pudieran derivar de la violación al presente ordenamiento.
Las medidas listadas están tomadas de la Ley de Austeridad para el Gobierno del Distrito Federal, publicada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) el 30 de diciembre de 2003.
Muchos altos funcionarios del gobierno federal dijeron entonces que la austeridad es demagogia, que la reducción del gasto ni pinta en el presupuesto, y que habría un éxodo de los mejores funcionarios hacia el sector privado. Son los mismos que hoy se oponen al aumento en el salario mínimo, y que optan por sacrificar los programas de inversión antes que bajarle a su gasto corriente.
Desde 2003 se ha agravado el derroche y dispendio de dinero público federal, estatal y municipal, así como en los Poderes Legislativo y Judicial. Gastamos más en seguridad pública y la inseguridad es mayor.
Hay referencias de austeridad gubernamental a la mano. José Mujica, presidente de Uruguay de 2010 a 2015, circulaba en un vochito y siguió viviendo en una modesta casa a las afueras de Montevideo.
El primer ministro David Cameron ahorra a los contribuyentes británicos 300 mil dólares cada vez que toma un vuelo comercial de Londres a Washington. Si lo hace el líder de la sexta economía mundial, ¿por qué no el Presidente de México?
La elaboración del Presupuesto Base Cero es una oportunidad para romper inercias de patrimonialismo, discrecionalidad y clientelismo. La presión social y el marcaje territorial a los altos funcionarios son cruciales para cambiar usos y costumbres, y para avanzar en la transparencia y la rendición de cuentas.
¿Podrán un presidente y un secretario de Hacienda que no ven conflicto de interés en recibir favores de contratistas gubernamentales, romper la inercia de 'hágase la austeridad, pero en los bueyes de mi compadre'?
Twitter: @Carlos_Tampico
(Profesor Asociado en el CIDE)
