El libro electrónico permite tener miles de títulos en la palma de la mano. (ARCHIVO)
Mientras los productos impresos se mantienen en su lucha por conservar su lugar en el mercado, otros productos o servicios ganan la atención de los consumidores, particularmente de nuevas generaciones.
Uno de estos productos es el libro electrónico, una herramienta que da la posibilidad de acceder, si así se dispone, a miles de títulos con una facilidad única.
Esta herramienta, no obstante y según especialistas, aún no se compara con la preferencia de la que goza la versión impresa pero, con su popularidad creciendo y celebrándose este 23 de abril el Día Mundial del Libro, bien vale darle un lugar contando algunos datos de su historia.
Y es que aunque pudiera considerarse un producto muy de las generaciones actuales, en realidad tiene como precursor al setentero Proyecto Gutenberg de la Universidad de Illinois.
De ese proyecto destaca un personaje llamado Michael Hart, quien lideraba las pretensiones por formar una biblioteca digital gratuita en la que pudiera accederse a obras de autores clásicos.
EL PRIMER LIBRO ELECTRÓNICO
Tras el proyecto de Hart, tuvieron que pasar diez años para que, de la mano de la editorial Random House, llegará al mercado el primer libro electrónico más parecido al que se conoce actualmente, aunque su boom se produjo veinte años después.
Parte de ese éxito, cabe señalar, se tuvo gracias al lanzamiento por internet de Riding the Bullet, novela de Stephen King que en tan sólo 48 horas vendió medio millón de ejemplares.
Ahora, corriendo el año 2015, compañías tecnológicas especializadas han mejorado el diseño del libro electrónico, vuelto más cómoda la lectura en ellos y ofrecen una opción más amplia para los amantes de la literatura a través de dispositivos como el Kindle y el Papyre.
