Hay un día en el mejor beisbol del mundo que marca una fecha especial en todo el calendario como lo es el 15 de abril porque es el momento en el que se le rinde un sentimiento de admiración al hombre que rompió las barreras de la desigualdad en las Grandes Ligas como lo fue el legendario Jackie Robinson y que de alguna forma para poderle reconocer su valentía en una época donde el color de su piel era una imagen de pitorreo para la sociedad, todos y cada uno de los peloteros, incluyendo a los que dictan sentencia, participan con el famoso número 42 que inmortalizó el que fuera segunda base de los entonces Dodgers de Brooklyn, quien vio la primera luz un 31 de enero de 1919 en una ciudad del estado de Georgia, que tiene el mismo nombre de la capital de Egipto.
Siendo un adolescente, su familia se mudó a Pasadena, California, y contando ya con 21 años, ingresó a la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA, como la conocemos) en el cual se desempeñó tanto en el basquetbol, atletismo, futbol americano y el beisbol donde se ganó el prestigio en el mundo del deporte y después, como todo buen ciudadano, cumplió con el servicio militar en una fase donde se padecía la absurda Segunda Guerra Mundial retornando a la costa firmando con el modesto Brooklyn Farm Club con quien logró el galardón del mejor bateador de la liga del año de 1946.
Hasta esa fecha, los beisbolistas del tono de su epidermis no podían jugar profesionalmente el "rey de los deportes" donde era solamente para peloteros blancos y que, de alguna manera y viviendo la fantochada del racismo, debía jugar en una liga exclusiva para jugadores de color pero en un momento que cambió la historia de este maravilloso deporte, el apoderado de los Dodgers y a quien tenemos que agradecer todos los que amamos esta disciplina, Branch Rickey, tuvo una reunión con Jackie Robinson para que formara parte del equipo.
No obstante, el jefe de la escuadra angelina le sugirió que tuviera el carácter suficiente para aguantar el ambiente desagradable que tendría al momento de pisar un diamante de Grandes Ligas, lo que representaba todo un reto para un ser humano que tenía una personalidad arrebatada, pero esto no fue un obstáculo, por lo que llegó el día soñado como fue el 15 de abril de 1947 cuando jugó ya en el equipo grande y que marcó un día memorable donde el muro de la incoherente discriminación fue destruida y aunque ese día no consiguió ningún imparable, pisó la registradora para la carrera del gane.
En el año de 1997 al cumplirse 50 años de ese día imborrable, el entonces comisionado Bud Selig determinó que el número 42 fuera retirado de todos los equipos por lo cual ningún jugador podía usar esos dos dígitos, aunque hubo por ahí el arrogante de Mariano Rivera que aunque usaba ese guarismo en el Bronx y se había dicho que lo portaría hasta que se retirara, ¿Por qué el panameño no le rindió tributo a Robinson y siguió jugando con otra cifra? Y todavía me cuestionan por qué no me caen los Mulos.
