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Verdades y rumores

EL AGENTE 007

Extraños y contradictorios comportamientos los que se observan en época de campaña. De forma por demás escandalosa, los regidores priistas del ayuntamiento panista de Saltillo han asumido una postura de freno a la iniciativa del alcalde Isidro López de aplicar multas viales de forma electrónica. Y no sólo eso. Ahora que el Cabildo autorizó retrasar la aplicación de este tipo de sanciones por 90 días, los ediles tricolores no quisieron dejar pasar la oportunidad para asumirse como los autores de dicha medida que, según ellos, refleja lo mucho que les preocupa el bienestar de la ciudadanía. Lo asombroso del caso es que, a 250 kilómetros de distancia, en la bella y agujereada Perla de la Laguna, el alcalde priista Miguel Riquelme está por lanzar el mismo programa de multas electrónicas con la colocación de cámaras, radares y toda la cosa, y nadie ha dicho ni pío.

Esto nos lleva a pensar que la distancia referida es suficiente para que los priistas de la comarca sean de otra especie que los de la peronera capital o que, sencillamente, los tricolores son unos maestros sin empacho en eso del oportunismo electorero. Dicen por ahí: “dame una bandera electoral rentable y la defenderé con las garras y los dientes”.

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Con todo y el vacío que los propios panistas de la nomenclatura estatal le están haciendo a “su” candidato en el Distrito 06, las cuentas no le están saliendo a Refugio Sandoval, suspirante de la alianza PRI-Verde, mejor conocida ya como el partido Priver. Nuestros subagentes disfrazados de bolsas de arroz con gorgojos nos cuentan que para levantar la campaña del joven “Cuco”, los priistas han regresado desde la Siberia política al operador relevista Salvador Hernández Vélez, conocido alquimista electoral al que a veces no le funcionan las fórmulas. Sobre esto último basta recordar la pasada elección federal en la que por una “confusión” los clientes del Priver no supieron cómo tachar la boleta, lo cual le dio el triunfo a los candidatos del PAN. Dicen que la primera orden de don Salvador al frente del cuarto de guerra de Sandoval fue que la estructura priista iba a permanecer intacta y que toda la maquinaria se iba a mover por el lado de los programas sociales del gobierno de Coahuila y el ayuntamiento de Torreón. Sí, los mismos programas que hoy son controversia por los dardos envenenados de los panistas y por el engrudo hecho bolas en el INE respecto al tema. Comentan también que ambas administraciones preparan lo que será un empujón marca Acme para la campaña del ahijado verde con sendos conciertos populares para festejar a las madres torreonenses en su día con Pandora y Paquita la del Barrio. Con esto, los integrantes del Priver pretenden consolidar la vieja máxima romana de que al pueblo basta darle panem et circenses, dicho en cristiano, pan y circo... aunque éste ya sin animales, pero sí con muchas “ratas de dos patas”.

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Cuentan que varias de las “travesuras” que anda haciendo el senador y condueño del PAN de Coahuila, Luis Fernando Salazar, además de ponerle todo tipo de piedritas en el camino al candidato blanquiazul del 06, Jorge Zermeño, son para preparar el terreno para que su madre, Carmen Fernández Ugarte, mejor conocida como “Carmiña”, se acomode en la dirigencia estatal del partido. Los subagentes que sintonizan todos los días la radiopasillo de los edificios donde se mueven los panistas aseguran que de esta forma terminaría de cerrarse la pinza en la cúpula blanquiazul para afianzar el control de cara a las elecciones futuras, entre ellas la de gobernador y alcalde. Puestas así las cosas, quién iba a pensar que don Jorge, que quien cuando fue alcalde tuvo como primera regidora y consejera número uno a Carmiña, con los años encontraría en ella a su principal obstáculo para seguir con su carrera política. Y a propósito de la alicaída campaña zermeñista, los subagentes reportan que un nuevo apercibimiento (gran eufemismo para no decir jalón de orejas) le llegó a la regidora rebelde Verónica Soto directamente desde la sede estatal del partido en la Urbe de Adobe. Pero no fue porque haya votado otra vez a favor de lo hecho y deshecho por la administración priista de Torreón, sino por andar haciendo campaña a favor de un candidato del PAN. Sí, asombrado lector, una funcionaria panista apoyando a un aspirante panista regañada por la dirigencia panista. Pero ¿por qué?, se preguntará usted. Pues porque doña Vero cometió, a los ojos de los dueños del partido, el error de entrar a batear en el equipo del exembajador de México en España, cosa que en estos días es más censurable para anayistas y salazaristas que aprobar las cuentas públicas del gobierno de Miguel Riquelme. Dicen las malas lenguas que si algo dejará la elección del siete de junio es a varios expanistas convertidos en neopriistas. Al tiempo.

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Y ya que andamos por los territorios azules, nos llegan reportes de que un edil torreonense del PAN será distinguido con un reconocimiento nacional como uno de los mejores regidores del país. Se trata ni más ni menos que de Sergio Lara, pastor de la bancada panista en el Cabildo, quien recibirá el diploma y trofeo “Tlatoani” por parte del Instituto Mexicano de Evaluación, el cual apenas el año pasado dio el mismo reconocimiento a la regidora del Movimiento Ciudadano, Mayela González. Pero los maldicientes aguafiestas dicen que tanta belleza no puede ser posible, ya que los de lengua muy viperina aseguran que don Sergio tuvo que pagar algo así como 17,000 pesillos, por lo que se vio en la necesidad de ir a pedir apoyo para pagar el premio y los viáticos y todo lo demás. Y que para tales efectos acudió al fondo del segundo piso del edificio público más caro de la ciudad, donde se encuentra la oficina del celoso guardián de las finanzas, Enrique Mota, quien, dicen, le prestó el dinerito y sólo le encargó los comprobantes por aquello de los huecos en las cuentas públicas. ¿Será?

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Tal parece que la candidata priista a la diputación por el Distrito 02, Rocío Rebollo, tendrá que hacer doble chamba y sudar la gota gorda para ganarse el voto del respetable público lerdense. Y dicen que esto lo saben muy bien los operadores, porque el desempeño de la administración de Luis de Villa, a decir de varios exfuncionarios municipales de camisa tricolor, está dejando mucho a desear, incluso más que las anteriores, ya de por sí malitas. Nuestros subagentes disfrazados de humeantes tazas de café cuentan que los principales problemas están en Obras Públicas, Sapal, Protección Civil y Contraloría, áreas en donde los encargados no dan una y esto se refleja en el descontento ciudadano. Pero éste parece tener muy sin cuidado a don Luis, para quien todo está de maravilla en el municipio. Para acabarla de amolar, cuando el alcalde apenas iba a comenzar a presumir que después de dos sufridos años ya contaban con encargado de seguridad pública, Andrés Rodríguez tomó la brillante decisión de huir de Lerdo -perdón, de presentar su renuncia- y dejar tirada la coordinación en la que no había cumplido ni 20 días, en pos de un mejor cargo (y sueldo) en Nuevo León. Y ya las pilas en Lerdo están tan descargadas que sólo un funcionario municipal se sumó a la campaña de doña Rocío; fue el jovenazo Miguel Breceda, gerente de redes sociales (así le dicen). Cuentan que De Villa lamentó mucho la salida de su colaborador, pero no tanto por el gran trabajo realizado por él, sino porque no fue la directora del Instituto Municipal de la Mujer, Teresa González, la que solicitó permiso para unirse a las actividades proselitistas para quitarle un peso de encima a su administración -disculpe, darle oportunidad de desarrollarse profesionalmente en otro aspecto.

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Platican en los corrillos culturales que tremenda muina le hizo pasar el director del Archivo Municipal de Torreón, Rodolfo Esparza, a la presidenta del Consejo de Cultura, Lucrecia Martínez. Resulta que muy acomedida, doña Quecha había donado un valioso acervo privado de 720 documentos históricos originales, entre ellos actas de matrimonio, defunción, testamentos, poemas y relatos históricos de personajes como Agustín de Iturbide, Guadalupe Victoria, Porfirio Díaz, Antonio López de Santa Anna, Anastasio Bustamante, entre otros. La intención era armar la exposición “Del Imperio al Porfiriato”, además de digitalizar todo el material y ponerlo a disposición del público interesado. Pero cuando la zarina del Consejo llegó de visita sorpresa con unos familiares del extranjero para ver la exposición, se molestó al ver que algunos documentos no tenían la protección debida, una de las vitrinas servía como aparador de fotocopias y el baúl donde se entregó el acervo estaba arrumbado en el piso junto a un bote de basura. ¡Santos Cielos! Dicen que la causa del desorden fue que un día antes don Rodolfo había llevado a cabo una de sus tradicionales tardeadas bohemias con sus cuates y conocidos y que, para hacer espacio, le habían dicho “con permiso” a los importantes documentos. Doña Quecha reclamó, por supuesto, pero Esparza, quien también -dicen- tiene su carácter, la dejó hablando sola, lo que motivó a la quejosa a solicitar la devolución de los documentos y a desistirse de la donación de los originales. Sin embargo el director se negó a entregarlos y con trato, digamos, poco sutil los invitó a que se esperaran a que su personal tuviera el tiempo para la entrega. La molestia de la presidenta del Consejo se suma a otras quejas que ha recibido el guardián del Archivo Municipal, aunque no le han hecho mella pues es de los consentidos del primer regidor, Miguel Mery, quien desde la pasada administración, cuando fue secretario del Ayuntamiento, lo ha protegido... o al menos eso es lo que se dice.

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