La herencia de Calles
El PRI que regresa a la Presidencia de la República es exactamente el mismo que fundó Plutarco Elías Calles, aquel en el que el Presidente era, no sólo, el amo y señor del nación, sino el dueño total del país y de las voluntades de sus pobladores.
Al igual que en aquel tiempo, el PRI de hoy, quiere más que prohibir, proscribir que se le cuestione, interpele, debata, evalúe o juzgue. Éste fue, el acuerdo no escrito, que encontraron los fundadores para no “continuar” matándose entre sí por el poder. Claro, esto, después de deshacerse del General “invencible” Álvaro Obregón Salido.
Pero el nuevo PRI, después de doce años de no ejercer el poder, retornó más hambriento, más voraz, dispuesto a destruir a todo aquel que se atreva a cuestionar su tradicional forma de gobernar.
El autoritarismo no se hizo esperar, la primera muestra se dio el mismo primero de diciembre de 2012, en la toma de posesión de Enrique Peña Nieto, la represión que sufrieron los manifestantes que reclamaron la legitimidad de la elección, opacó totalmente el acto de sacralización y entrega de las insignias reales del nuevo monarca.
Los atentados a la libertad de expresión, también son una tradición que se resiste a abandonar el Revolucionario Institucional, el caso del comunicólogo Pedro Ferríz de Con, así como el de la periodista Carmen Aristegui, son una de tantas muestras.
Lo peor, es que entre sus correligionarios estas actitudes se reproducen, en ocasiones con mayor brutalidad, como es el caso del periodista Moisés Sánchez, en el estado de Veracruz; o la brutal golpiza a Efrén Maldonado a cargo de la policía de Torreón.
La corrupción, ha alcanzado niveles sin precedentes, encabezados por el propio presidente de la República, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, con el privilegiado Grupo Higa; así como los últimos tres gobernadores de Coahuila, Humberto y Rubén Moreira Valdez y Jorge Torres López, no quedándose atrás el presidente municipal de Torreón, Miguel Ángel Riquelme Solís con su cuestionada relación con la empresa Construlita.
Dijimos que una característica de este grupo político es sentirse dueño de los recursos públicos, por lo que, en nombre de la patria cometen excesos que son una afrenta pública en momentos de austeridad.
Así tenemos los excesos cometidos por la familia real Peña-Gaviota, en sus viajes al extranjero, envidia de los jeques árabes, en donde viajan acompañados de centenares de súbditos y lacayos. Baste recordar la visita a Londres, en donde dos centenas de arribistas viajaron a expensas del hambre de más de 52 millones de mexicanos.
Pero, para no quedarse atrás, sus lacayos, fieles al ejemplo de su emperador, tratan de imitarlo –incluso, superarlo– por lo que usan los recursos para su beneficio, como lo hizo el director de la Comisión Nacional del Agua, David Korenfeld Federman, no sólo usó del helicóptero de la dependencia, sino que para justificarse mintió, utilizando el pretexto trillado de su salud, desmentido días después.
En Coahuila imitando a su jefe, el delegado de la Conagua, José Armando García Triana, hizo lo mismo, llevando de invitado al torreonense con la piel más delicada o el “ya denle la vuelta a la página” de Miguel Ángel Riquelme Solís, a un evento “cívico” – más bien político –en la Hacienda del Plan de Guadalupe.
Pero si Riquelme viaja en helicóptero, Tito Porragas, viaja en la camioneta oficial de Protección Civil, en plena Semana Santa a tomarse un descanso al Rincón del Montero en Parras, Coahuila.
Al final todos impunes, gracias al sistema político implementado y perfeccionado por la caterva del PRI. Pero, sobre todo por el silencio de los inocentes ciudadanos.
Jesús Gerardo Puentes Balderas,
Torreón, Coahuila.
