No se lo merecen
Cuando sientas que las propuestas de los candidatos no están dentro del marco razonable de hacerse realidad; cuando veas que sus actos no son compatibles con sus promesas, que sus actitudes dejan mucho qué desear de convertirse en tus defensores en los Congresos; que sus riquezas son dudosas y extraordinarias de acuerdo a sus salarios, cuando veas que el líder saltó a los terrenos políticos dejándote abandonado a tu suerte, gastando tus cuotas e ignorando tus necesidades; cuando la razón te diga que no van a cumplir y que todo lo expresado por ellos te sabe a mentira, ¡ve a votar!
No es igual un voto nulo a una boleta en blanco.
El voto nulo señala que sí fuiste a la casilla pero que al ver las opciones en la boleta no satisfacen tus expectativas, los candidatos o sus partidos, no representan tus reclamos y necesidades y escribiste en ella una frase, una palabra. Pero un voto, aunque nulo, también expresa algo.
El solo hecho de asistir te da derecho de expresar en tu boleta lo que deseas, lo que necesitas, lo que te tiene harto, no lo harás cruzando un círculo.
Cruzar un círculo es encumbrar, aún más, a los parias y sinvergüenzas que una vez más te quieren ver la cara. Un voto por ellos reflejará tu confianza.
Sin embargo mi exhortación va para aquellos que acostumbran no ir a votar respetando en todo el libre albedrío de los que, aún con sus necesidades no cubiertas, tienen una actitud responsable de cumplir civilmente y hacer uso de un derecho constituido en nuestra Carta Magna.
Un voto nulo, revelará tu descontento, tu desconfianza. Una boleta en blanco no expresa nada.
Y ahorita guardar silencio ante lo que sucede es desaprovechar las herramientas que la misma ley nos pone para expresarnos.
Las boletas que quedan sin cruzar son silencios que significan aceptar la inercia, retórica pura, de más de lo mismo.
Una boleta sin uso puede ser objeto de ser tomada en cuenta como de que si estoy de acuerdo con lo hecho pero no pude ir, al cabo siempre gana el mismo.
La pereza y la comodidad que no queremos perder en un domingo ha hecho que, los mismos, hagan con nuestro dinero, lo que se les pega la gana.
Se burlan de nosotros, nos ven como perros de casa sola....nomás ladrando pero nadie les hace caso.
¡Vayamos votar! y usemos la boleta para escribir qué es lo que queremos: más seguridad, mejores empleos, desaparición de las tenencias, freno a los decomisos, menos impuestos, cuentas claras, cárcel para los que endeudaron Coahuila, etc.
Y si de plano crees que no nos harán caso, simplemente escribe, como producto de nuestra decepción por el trabajo hasta ahora visto, una evaluación final que diría NO SE LO MERECEN. Así, manifestar que esta ocasión mi voto NO SE LO MERECEN.
Estoy seguro que si el 50% de las boletas que regularmente quedan en blanco, si se llenan con esta frase, las cosas van a mejorar pues estará en puerta como elección siguiente la de gobernadores tanto para Coahuila como para Durango.
Cuando el PAN ganó por primera vez la presidencia de Torreón, aunque se la hicieron de agua, allá por los tiempos del Lic. Gurza y el Lic. Homero Del Bosque, era gobernador el Prof. Flores Tapia, hombre acostumbrado a darle todo lo mejor a Saltillo, no así a la Laguna.
Hartos los laguneros de ese trato apoyaron al panista y aunque se dice que ganó pues a la mera hora dijeron que no.
Sin embargo esto sirvió para que en los dos últimos años de Flores Tapia y los primeros dos de Homero Del Bosque, a Torreón empezaron a llegarle grandes obras que en los primeros cuatro años del gobe nunca se vieron. Así aseguraron otra vez la gubernatura para el PRI y por muchos años más la presidencia de Torreón.
Estas alternancias impulsaron el crecimiento de la Laguna, lo que no pasa en Gómez Palacio o Lerdo pues aquí siempre gana el PRI.
Anímense, vayan a votar, que no queden boletas en blanco y si ningún partido llena sus expectativas, si ningún candidato cumple con sus requerimientos pues simplemente escriba NO SE LO MERECEN ése también es un voto, un voto de rechazo a la forma en que nos han gobernado en los últimos años.
Miguel Gerardo Rivera
Gómez Palacio, Dgo.
