Dicen que más sabe el diablo por viejo que por diablo y dos veteranos están convenciendo en los entrenamientos de primavera que todavía les queda dinamita en el bat. Se trata del panameño Rubén Rivera que el domingo conectó un cuadrangular en el juego de preparación mientras calladamente Alex Rodríguez ha demostrado que todavía puede batear aún después de un año de ausencia, de sus 40 años y dos operaciones de cadera. Incluso el domingo jugó por primera vez en su carrera la primera base y no tuvo ningún problema.
Tanto Alex como Rubén Rivera nos quieren demostrar otro dicho famoso, aquel que dice que la vida comienza a los 40 años. La directiva del Yanquis estaba convencida que Alex no podría jugar bien y antes de las prácticas sólo lo aceptaban como Bateador Designado y le dieron un buen contrato a Chase Headley para que fuera el tercera base titular ya que tiene una gran defensa y se espera que batee mucho mejor que el año pasado, teniendo hasta ahora el mejor porcentaje del equipo en los Juegos de la Liga de la Toronja. Pero resulta que ya ha tenido Alex sus juegos en la tercera base y se ha visto bien a la defensiva y ahora lo probaron en la primera base como posible reemplazo de Mark Teixeira si se vuelve a lesionar.
A menos que suceda algo imprevisto en esta última semana de preparación, Alex estará en el orden al bat de los Yanquis en el juego inaugural recibiendo abucheos en los parques contrarios y aplausos en Nueva York si es que continúa dando sus hits que lo tiene con promedio sobre los .300 en esta preparación.
Lo de Rubén Rivera es de una manera tan sorpresivo como lo de Alex Rodríguez ya que nadie pensaba que los Diablos iban a tratar de suplir a John Lindsey con el panameño que ha echado raíces en la Liga Mexicana después de varios años en Grandes Ligas tratando de demostrar que era tan bueno como fue clasificado al principio de su carrera, el primer prospecto que tenían los Yanquis, siendo por un tiempo la joya de la corona.
En 10 años de Liga Mexicana siempre ha bateado sobre los .300, estando hace un año con los Rieleros de Aguascalientes donde tuvo su porcentaje más bajo, .301, pero dio 21 jonrones y produjo 70 carreras. Su promedio global en esos años es un formidable .330 y tres veces ha logrado terminar con 21 cuadrangulares, siendo su cifra más alta en voladas de barda la de 32 con Piratas de Campeche con el que jugó ocho años seguidos pero se alarmaron en el 2012 cuando bajó a 12 batazos de vuelta entera y lo cambiaron a Ciudad del Carmen. Ahora es una esperanza roja.
