¿Realidad o realeza?
¿A qué fue Peña Nieto a Reino Unido?
¿Se acuerda usted, cuando fuimos niños, que jugábamos con canicas y ágatas haciendo un círculo y colocando dentro varias de estas piezas para jugar al “ahogado?
¿Recuerda que cuando ya perdíamos nuestras canicas éramos eliminados del juego hasta tener otras para continuar?
¿Y que si no tenía canicas, en su bolsa o manos era poco menos que nada?
Bueno, en este ejemplo tan sencillo como lo es el juego del “ahogado” se entiende a qué fue Peña Nieto a Londres.
México es un país que durante siglos ha tenido muchas canicas: oro, plata, petróleo, minas, océanos, playas, etc., canicas que obtenerlas han costado la venta de más de la mitad de nuestro país, han costado trescientos años de explotación española, una guerra de once años por la Independencia, invasiones extranjeras, reformas constitutivas, miles de muertos, una revolución y hasta una alternancia en el poder político.
Lamentablemente para los extranjeros esas canicas no han sido suficientes y terminamos, como los perdedores, siempre en el centro del círculo, es decir, “ahogados”.
A veces nuestros mismos compatriotas nos arrebatan nuestras canicas para luego malbaratarlas al extranjero. El petróleo, los minerales, el gas, las mejores frutas, las mejores pescas, los mejores pollos, etc.
Ante la arrogancia de países acostumbrados al colonialismo, invasores de tierras, usurpadores de riquezas, explotadores de la mano de obra del país que pisan, hacedores de grandeza a costa de los mismos habitantes de una patria libre, no podían faltar los besamanos del imperio como sucedió a Juárez con la llegada de Maximiliano.
Mi Reina, ¡tenemos nuevas canicas! con las que México puede arrimarse, otra vez, a ver si me las aceptan y lo dejan jugar en el contexto globalizador del mundo. Esas canicas que hoy en su santa mano lleva el Presidente a los voraces empresarios internacionales de naciones del primer mundo se llaman ¡reformas estructurales! Esas que hasta el cansancio nos han querido vender en México como la solución a todos los males. En el pasado el TLC pretendía lograr eso pero como se ciñó tan sólo a los EU pues como que a los estirados de Europa no les convenció.
Pero hoy hay canicas nuevas para el mejor postor. Conociendo las tradiciones expansionistas, colonizadoras y la ambición que caracteriza a los europeos cuando de países subdesarrollados se trata, México es hoy un cardumen para tan triviales tiburones.
Olvídense de que si la primera dama y sus hijas usaron vestidos de más de cien mil pesos, las garras son garras; lo que viene es peor: la obtención de recursos naturales vendidos y explotados por extranjeros con manos mexicanas: compra de cerveceras cuyas cantidades de agua son sacadas del subsuelo con el pago pírrico de impuestos; minas de oro y plata que serán minerales para acuñarse en otros países, acereras, cementeras, petroquímicos, mano de obra barata, etc.
Las canicas ya están puestas, ojalá que nuestro gobierno sepa tirar al montón mayor y no quedarse, otra vez, en el “ahogado” porque entonces ya no tendrá nada qué ofrecer más que su sobrada ineptitud en eso del bien administrar los recursos de la Nación.
Miguel Gerardo Rivera
Gómez Palacio, Dgo.
