Nunca en la historia
A lo largo de los años jamás se había criticado tan abiertamente a un presidente de la república y lo que hoy vivimos, no solamente quien vive ese ataque frontal es el presidente, sino toda la clase política en general. Ésta se ha ganado tal desprestigio sin importar el color de su partido gracias a los múltiples eventos donde se han visto involucrados a lo largo y ancho del país. Donde aprovechan los recursos públicos para acrecentar su fortuna personal, realizan obras en sus ranchos, obtienen terrenos que saben que en mediano plazo tendrán un valor alto, que aseguran el futuro de sus familias y todo a costa del cargo público que se les encomendó.
De que sirvió visitar colonia por colonia y algunos casos hasta casa por casa, prometiendo apoyos en infraestructura, en fomento al deporte y no sé que tantas promesas más, queriendo dar la impresión que escuchan al pueblo y que ejercerán su cargo en beneficio de la ciudadanía. Todo se viene abajo después de verse triunfadores en las elecciones, pues deja de ser prioritario el saber que piensa la gente, para ellos, primero están los intereses de partido y desde luego sin olvidar los intereses personales.
Hoy ya no gozan de confianza, hoy son considerados delincuentes con permiso, hoy se han convertido en el mal más grande de México, quienes en su ambición de poder y riqueza han hecho vínculos con la delincuencia, a quienes favorecen o bien se ponen a sus órdenes. Podría decir que ser diputado es sinónimo de dormilón, peleonero, inculto, ladrón y demás cosas por el estilo, cada quien agregaría que considere más adecuada, pero no lo diré, porque no es mi estilo.
Lo que sí diré es que México está despertando, aún los partidos pueden comprar votos a cambio de una tarjeta, de un tinaco, de una televisión, hasta por 500 pesos o por un bulto de cemento sólo están lucrando con la necesidad de la gente, pero cada vez son menos, al final de cuentas muchos ahora reciben esos apoyos y de cualquier forma, al final de cuentas votan por el que consideren el menos peor.
Hay una gran cantidad de mexicanos que no está dispuesto a comprometer su voto, pero está tan decepcionado que no ve en candidato o partido alguno una verdadera opción, ese tipo de mexicanos le apuesta a la indiferencia, al triunfo del abstencionismo y con eso darle el poder de decisión a unos cuantos y sólo espero que no sea a quienes compraron los votos.
Ese es el principal rival a vencer, la indiferencia, el hartazgo, el abstencionismo. Las cosas pueden ser diferentes solamente si actuamos con vitalidad, mostrando una energía y luchamos por que las cosas sean diferentes en nuestro entorno, no es posible salir adelante si culpamos a alguien más de todo lo que nos sucede, cuando no hacemos nada por cambiar las cosas. El mundo está cambiando, México está cambiando, la prueba es que ahora lo podemos expresar. Pero, no puedo esperar a que los políticos cambien, a que los maestros cambien, a que la sociedad cambie. Si quiero que México sea otro el primer paso lo debo dar yo y tal vez haya quien me siga.
Juan Orrante,
Comarca Lagunera.
