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Aguas con el agua

Civitas

CARLOS CASTAÑÓN CUADROS

Para sorpresa de muchos, marzo nos salió más loco que febrero. Así, el tema obligado es el agua, además de las intensas lluvias de los últimos días. Cuando no llueve, el mal es la sequía. Rogamos e imploramos para que llueva. Por el contrario, una serie de lluvias desquicia el cotidiano, y cuando baja el agua, se revela la calidad de los gobiernos. Pero más allá de los temporales, la disponibilidad o escasez del agua es un punto fundamental para las ciudades. En México vivimos los contrastes. A unas ciudades les sobra agua, y casi cada año sus ríos se desbordan. En otras reina la falta de agua y a los organizamos operadores, nos les queda más que el tandeo. En esto del agua, dominan los conflictos, las dificultades. Aunque nuestra Constitución considera el agua como un derecho humano desde 2012, no siempre es "suficiente, salubre, aceptable y asequible".

Además de las reformas conocidas, hay otras que no tienen mayor publicidad, pero su importancia es sumamente relevante para los ciudadanos. Me refiero al nuevo proyecto de Ley General de Aguas. A principios de este mes, la Cámara de Diputados casi aprueba el proyecto de nueva ley, pero una serie de discusiones y oportunos señalamientos, suspendieron la aprobación.

El hombre poderoso de la Cámara Baja, Manlio Fabio Beltrones, llamó de "de lento aprendizaje" a los diputados que criticaron la iniciativa de ley por considerar que privatiza el agua. Y en efecto, en el proyecto de ley, no dice tal cual "privatización del agua", y no necesita decirlo así, dado que el corpus de la iniciativa sí favorece a los concesionarios particulares, incluso, para el descomunal trasvase de agua de una cuenca a otra. En ese sentido, no es descabellada la relación que apunta un numeroso grupo de organizaciones de la sociedad civil, entre la Reforma Energética y el proyecto de Ley General de Aguas. Por ejemplo, para la multiplicación del fracking en el noreste del país, se requiere una gran cantidad de agua a fin de perforar el subsuelo en busca de gas Shale. No sólo se necesita el agua, sino también el marco jurídico que lo avale.

Veamos otro caso. En Nuevo León, el gobierno estatal promueve un megaproyecto llamado "Monterrey VI", que consiste en traer agua del río Pánuco en San Luis Potosí, hasta Monterrey. El proyecto requiere infraestructura para un recorrido de 500 kilómetros con un costo que empieza en los 15 mil millones de pesos, pero que podría superar los 50 mil millones. ¿Y quién creen que es el principal beneficiario de la obra millonaria? Por supuesto, Grupo Higa y asociados. ¿Se imaginan el costo energético de traer el agua a esa distancia? Peor aún, ¿cuál será el impacto ecológico para la cuenca de origen? Los políticos de Nuevo León han alarmado muy bien a la población con la falta de agua en el futuro, pero en el fondo lo que están promoviendo no es garantizar el agua para la población, sino garantizar un negocio millonario con base un bien común. Para el caso, la iniciativa de ley encaja a la perfección. Pero ¿de quién es el agua?, ¿de las empresas, de los ciudadanos, de quienes tienen dinero, de quienes pueden pagarla? Con el esquema de la posible ley que ya se promueve en la Cámara, el agua tendería a privatizarse. Olvídense entonces del interés público, los bienes de la nación y eso de los derechos humanos. Lo relevante será el negocio y las concesiones hasta por 30 años. En Nuevo León han surgido algunas voces de oposición al megaproyecto. También los candidatos a la gubernatura ya llevan el tema a las próximas elecciones.

Para conflictos, el caso de Hermosillo es ejemplar. Ahí la Suprema Corte de Justicia de la nación acaba de fallar en contra de los usuarios del río Yaqui, y al mismo tiempo, respaldó el Acueducto Independencia. Vaya ironía lleva ese nombre del cual depende el agua de Hermosillo. A todo esto, ¿qué viene para La Laguna?

 MEMORIAS DE ECHEVERRÍA

En el verano de 1976 sobrevino el golpe a Excélsior, por entonces a cargo de Julio Scherer. Eran los tiempos del presidente Luis de Echeverría. De ese gesto autoritario nació Proceso, una revista que hasta la fecha mantiene su postura crítica e independiente. También nació Vuelta, la entrañable revista de Octavio Paz. La historia también da sus vueltas.

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