Las mujeres no sólo sufren agresiones del esposo, novio o concubino, también de sus propios hijos.
De acuerdo con la Unidad de Víctimas de Violencia Familiar y de Género de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, en el 40 por ciento de los casos son los hijos los agresores de sus propias madres.
Tan sólo en 2014 se reportaron 146 mujeres violentadas, de las cuales 58 fueron víctimas de sus hijos, cuyas edades no rebasan los 17 años de edad. Las principales causas detectadas fueron: problemas psiquiátricos, drogadicción y trastornos emocionales.
Graciela Caballero, responsable de la Unidad, comenta que en lo que va de 2015 se han recibido 25 reportes de mujeres violentadas, dos de ellas fueron canalizadas al refugio de la asociación civil Mujeres Solidarias en Acción Social (Musas), ante el temor de perder la vida a manos de sus agresores.
De esta suma, sólo nueve fueron canalizadas al Centro de Justicia para la Mujer, en donde se inició un proceso legal en contra de los agresores.
"Es difícil porque están en un círculo de violencia del cual salir de la noche a la mañana no es fácil; cuando la mujer ya no quiere, determina, rompe el silencio y es cuando las canalizamos", explica Caballero.
Comenta que son las madres violentadas las que más se resisten a denunciar a sus hijos agresores. A ellos se les canaliza al grupo "Hombre Semilla" en donde se les brinda el apoyo necesario para aprender a dominar sus impulsos y sobre todo salir de la drogadicción.
Caballero reconoce que son pocos los hombres que se mantienen en el grupo, pero explica que a los menores agresores se les "bombardea" con el tema de las recuperación de los valores, sobre todo el del respeto.
En dos años y medio los reportes se han incrementado, de dos casos por mes ahora en un bimestre se han contabilizado 25.
