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Fragmentos de un blues bizarro

Ambos son homosexuales. Con ellos aprende lo que es ser querida y respetada. Después de tanta grisura, descubre el brillo de enfrentar las vicisitudes de la vida con risa.

Ambos son homosexuales. Con ellos aprende lo que es ser querida y respetada. Después de tanta grisura, descubre el brillo de enfrentar las vicisitudes de la vida con risa.

EL SIGLO DE TORREÓN

Todo inicia con una pregunta que permanentemente ella se hace. "¿Qué necesidad tengo de sufrir cada vez que llego a cierto punto y me confronto conmigo misma?" Es "Andrea", una poeta en ciernes. Es poseída por "Julia", personaje que la arrastra a escribir, aún contra su voluntad, una novela.

Pero no una novela cualquiera, sino en la que el personaje hace que la autora cuente los episodios de su vida que hubiera preferido no mencionar nunca: La ausencia del padre, la represión de la abuela, la envidia de la hermana, la rebeldía adolescente y el despertar a la sexualidad que derivaron en una larga lista de amantes.

Todo eso le dejó un vacío en el alma, su incursión como líder sindical y la gran traición política, el haber vivido la discriminación racial y de clase en el mundo del trabajo, y la imposibilidad de ser madre. Además, el padecimiento de una enfermedad (epilepsia) que marca la pauta de su conducta y de todo en su vida.

La narración no es lineal es fragmentaria. Se desarrolla como un blues, como un lamento bizarro y valiente donde la protagonista conoce, en un festival cultural, a "Ángel", un funcionario del sector artístico con el que comparte su ocio, y a "Julio" (o "Bruno") un bailarín que hizo su carrera lidiando con prejuicios y pobreza.

Ambos son homosexuales. Con ellos aprende lo que es ser querida y respetada. Después de tanta grisura, descubre el brillo de enfrentar las vicisitudes de la vida con risa. "Julia", harta de la censura que le impone "Andrea" para narrar los hechos, decide liberarse de la autora y así, el personaje cuenta por sí su historia.

Narra cómo "Julia" y "Julio" (o "Bruno") entablan una relación amorosa peculiar, pues a pesar de que él es homosexual y ella heterosexual han logrado conectar sus almas en lo más profundo y los dos reconocen que se aman, con un amor distinto al convencional. Un amor como pocas veces se puede "ver" en la literatura.

Una novedad

"Fragmentos de un blues bizarro" de Patricia Camacho.

⇒ Publica Círculo de Palabras ediciones.

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