No dejes de parpadear

¿Alguna vez te has preguntado por qué surgen lágrimas de tus ojos cuando estás triste? O cuando bostezas muy fuerte. El lagrimeo cumple una función de suma importancia para mantener una buena visión, ya que se logra la lubricación de los ojos. De no existir, en cuestión de días se dañaría la córnea de manera permanente.

La lágrima se encarga de un lavado mecánico de los agentes externos que se presentan día a día, como tierra, polvo y bacterias, lo que ayuda a mantener el funcionamiento correcto del ojo.

Además, cumple con la función de eliminar bacterias a través de una sustancia que la glándula lagrimal procesa y produce, denominada lisozima.

La lágrima se crea en los ángulos súper externos del ojo, los cuales drenan su contenido hacia los ojos y se elimina a través de los puntos lagrimales, es decir, producimos lágrimas permanentemente, pero son eliminadas y por lo tanto no son visibles. El contenido de hecho, se va hacia la nariz, de ahí que cuando factores externos, como el emocional o irritativo, estimulan la producción de las lágrimas, también fluye líquido por la nariz.

“Si pudiéramos pesar las lágrimas sería casi un gramo diario el que se generaría, pero no se ve porque es eliminado a través de los puntos lagrimales y aunque no se vea, permanentemente se está produciendo”, explica Juan Carlos Sánchez, oftalmólogo del Seguro Social y la Secretaría de Salud.

La estimulación de las glándulas lagrimales, se hace a través de los parpadeos que de manera mecánica realiza el ojo, aunque también interfiere en este proceso el factor emocional.

El especialista comenta que las lágrimas tienen tres componentes; agua, grasa y proteínas. Si no tuviera esos lípidos se evaporaría en poco tiempo, lo que provocaría que incumpliera su función de lubricación.

Con la edad disminuye la producción de lágrimas así como su calidad, producto del proceso degenerativo que sufre el cuerpo. Esto provoca que no se proteja el ojo como normalmente se hace y causa resequedad, pero es difícil de prevenir, pues es parte de este proceso natural.

“Es un cambio natural, no es porque no se nutrieron durante tanto tiempo, es parte de un proceso. Al tener resequedad el paciente tiene una sensación de cuerpo extraño en el ojo y se incrementa el lagrimeo, pero el que se produce no tiene la calidad”, explica el especialista.

Sánchez agrega que es un mito que quienes no lloran, afectan la salud de los ojos, debido a que la lubricación se hace todos los días con la producción de las lágrimas y que de igual forma, quienes lo hacen seguido, tienen mejor lubricación.

Incluso comenta que los aparatos con pantallas como computadoras, celulares, televisión, etcétera, no afectan al ojo por su radiación, sino porque distrae la atención del parpadeo. “Lo que sucede con estos aparatos, es que la gente se hiperconcentra y no parpadea, también sucede cuando manejas, que vas concentrado y de repente arden los ojos y lagrimean, es debido a esto”, apunta.

El oftalmólogo comenta que la falta del lagrimeo produce un síndrome llamado “ojo seco” que puede desarrollar enfermedades como: conjuntivitis, queratitis, úlceras corneales, hasta perforación ocular.

El síndrome no es privativo de algún grupo determinado de edad, pero es más común entre los adultos mayores por el proceso degenerativo propio de la edad.

Precisamente por sus condiciones climatológicas, la Laguna se caracteriza por tener un índice elevado de ojo seco en la consulta de oftalmología.

El oftalmólogo que labora tanto en el Seguro Social, como en la Secretaría de Salud, dice que por lo menos el 50 por ciento de las consultas que brinda son por el síndrome del ojo seco, mismo que es tratado con gotas o lágrimas artificiales, que se recetan según las características que presentan.

Mencionó que algunos síntomas son: visión borrosa, ardor, picazón o enrojecimiento del ojo; sensación arenosa o abrasiva y sensibilidad a la luz.

Ante cualquier síntoma recomendó acudir con el especialista para tratar este malestar y seguir conservando una buena salud ocular.