Encendiendo Vidas

Con la única intención de ofrecer un lugar de descanso y apoyo para quienes se encuentran en la lucha con el cáncer, cualquiera que sea su tipo, sobre todo los menores de edad y sus familiares, nació la asociación Encendamos una Luz, en Torreón.

Nancy Ramírez, directora de Proyectos de la asociación, que se encuentra a cargo de Casa Feliz, comentó que fue a principios de los 80´s que nació este proyecto, para ser exactos hace 28 años.

Elida Bautista fue la que comenzó esta tarea, tras el fallecimiento de su hija quien padecía un tumor cerebral. “En su travesía, encontró a todas esas personas en el hospital que necesitaban de una mano amiga, en quien confiar y en quien apoyarse cuando no se tiene a la familia por estar lejos de ella”, explica Nancy.

Fue entonces que comenzó a ofrecer una serie de actividades lúdico-recreativas dentro de la clínica de especialidades número 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social, que antes sí lo permitía. Se llevaban payasos, actores, y demás herramientas para animar a los pequeños pacientes, y “ese espíritu ha seguido”.

De acuerdo con María Ventura García de Ríos, directora del albergue Casa Feliz, ubicada en calle Duraznos 245 de la colonia Torreón Jardín, la primera casa que se tuvo se localizaba en una privada sobre la Presidente Carranza entre las calles 24 y 25 al oriente de la ciudad.

Sólo bastaron tres meses, para contar con el dinero que se requería para una nueva casa, ya que resultaba insuficiente el espacio, pues se recibían a personas de Zacatecas, Chihuahua, y de comunidades de la región.

Para lograr su misión, los colonos de Torreón Jardín “abrigaron el proyecto, no se quisieron negar a la causa, y donaron el terreno, y en su momento los ayuntamientos favorecieron con los permisos de construcción”, comentó Ramírez, y la construcción inició en plena crisis, en el año de 1994.

María Ventura, comentó que uno de los principales objetivos era convertirse en un segundo hogar, ya que además de apoyo moral, se les ofrece un espacio donde dormir, donde descansar, bañarse y comer y reciben atención médica en cualquier institución si no cuentan con los recursos para costear su estadía, sobre todo para aquellas familias que viven de otros estados o bien, de comunidades lejanas.

Hace 18 años, Casa Feliz abrió sus puertas por primera vez, y desde entonces recibe anualmente hasta 300 niños, los cuales acuden con sus padres, cifra que multiplica la atención a 600. Hasta hace poco, también se recibieron a las personas adultas que acuden a cita o a un tratamiento, y que se encuentran lejos de casa.

Este lugar cuenta con 45 cómodas habitaciones. Debido a que la mayoría de las personas que aquí se atienden son niños, las paredes están decoradas para animarlos, ya sea con enormes árboles o con dibutos de fantasía. Además, los muebles están adaptados a las necesidades de los pequeños.

También se cuenta con un espacio de lectura y diversión, en donde además de aprovechar el tiempo leyendo un buen libro, también pueden navegar en la red.

Pero sostener los servicios que ofrece la asociación a chicos y grandes, no es fácil. Si bien piden una cuota de recuperación a las familias de 30 pesos, a las que no pueden pagar, previo estudio socioenómico, se determina otra forma de saldar ese servicio.

Pero es básicamente con el apoyo de empresas socialmente comprometidas tanto nacionales como locales, y del Sistema DIF Torreón, así como también de personas desinteresadas, que acuden semana a semana para hacer entrega de un poco de ayuda, como se mantiene firme el objetivo de Casa Feliz.

Es así como la asociación Encendamos una Luz, durante 28 años, ha sido un apoyo importante para aquellas familias que atraviesan por procesos difíciles.