Oiga, usted que ya ha publicado varios libros, ¿me podría decir cómo le puedo hacer? Es que yo escribí un libro de poesías y quiero publicarlo.
Por la índole de mi trabajo, esta solicitud me llega con mucha frecuencia y con pocas variaciones; tal vez la variación más común es que no es un libro de poesías, sino de cuentos, o "es que yo tuve un tío que era muy pintoresco y en mi libro narro su vida…", o es que "yo viví una serie de aventuras cuando estuve en Europa" o "es que hice un viaje" o por muchos diversos "es que…" más.
Con las facilidades que nos brinda actualmente la teconología, casi todos podemos escribir un libro… pero ya publicarlo -se lo digo de una vez-, es otra cosa.
Tenemos que empezar por tener presente que el público mexicano es muy poco afecto a leer y menos aún lo es a comprar libros. Hago la observación porque cuando uno piensa en publicar un libro, generalmente no tomamos en cuenta que ese hecho representa una inversión considerable y muy difícil de recuperar, aún para los que ya tienen algo de camino andado.
Publicar un libro no es sólo imprimirlo. Aparte del gasto de impresión, hay que formarlo, diseñarlo, revisarlo, y después de impreso, habrá que distribuirlo y promoverlo para que alguien lo compre. Todas estas fases cuestan tanto o más que la impresión y las probabilidades de que con su libro se repita "el milagro del éxito de Harry Potter" son mínimas.
Recordemos que J.K. Rowling, la autora de Harry Potter, quien ha ganado con esta novela fantástica más de mil millones de dólares, antes de llegar a Bloomsbury, que es la compañía editora que le publica, fue rechazada por 12 editores, quienes ahora han de estar dándose golpes de cabeza contra la pared. Pero por un caso exitoso como el de Rowling, hay miles de fracasos de los que no nos enteramos. Curiosamente, el escritor primerizo lo primero que quiere saber es cuáles son los trámites que hay que seguir para registrar "su obra", porque lo quiere proteger de algún posible fusil, es decir, de que alguien se lo quiera copiar. A eso yo le diría, ¿copiárselo? Ja ja.
El arte de escribir es eso: es un arte, y una manifestación artística no es algo que te llegue de pronto por inspiración divina. Para llegar a ser un escritor en toda la extensión de la palabra, se requiere mucho estudio, mucho y muy intenso trabajo, se requiere tener una técnica, hacer muchos intentos y volver a intentar. Escribir en este caso, no es sólo encadenar palabras. Recordemos que no todos los que escriben son escritores, como no todos los que pintan son pintores ni todos los que tocan el piano son pianistas.
Insisto, para llegar a ser un artista hay que merecerlo. Para considerarse un profesional en cualquier manifestación artística, se requiere mucho trabajo y estudio, aparte de la disposición o la vocación natural que tal vez traiga el aspirante, y digo "tal vez" porque muchas veces, ni eso tiene.
A los aspirantes a escritores que llegan pidiendo ayuda les pregunto, ¿por qué quieres escribir? Y me dan respuestas muy variadas, pero en el fondo lo que buscan en un 99% de los casos es ganar celebridad y/o dinero.
Así que se lo digo con toda sinceridad y con el mayor respeto: Si quiere usted ser escritor, de cuentos, de poesías, de novelas o de cualquier otro género, la recomendación que le doy es una y tiene sólo siete palabras: ¡Antes de querer publicar, póngase a trabajar!
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PREGUNTA DEL PÚBLICO:
La Ing. Lorena de Isla Lingow pregunta: ¿Cuál es el significado de la palabra CODEPENDENCIA? ¿Significa "dependencia mutua"? ¿Dos o más elementos que dependen entre sí? La busqué en el Diccionario de la Academia y sólo encontré DEPENDENCIA.
RESPUESTA:
Como usted dice, la palabra CODEPENDENCIA significa DEPENDENCIA MUTUA. La palabra no está en el Diccionario porque es un vocablo compuesto. Si en el Diccionario vinieran palabras como CODEPENDENCIA, ANTIDEPENDENCIA, SOBREDEPENDENCIA y todas las formas compuestas posibles, sería un diccionario interminable.
Frase razonamiento para terminar: En esta vida, lo único que no se puede tolerar, es la intolerancia. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.
