Profesionistas malos o "no aptos" es el resultado de las universidades "patito", por lo que urge la regulación en la apertura, así como en la aprobación de nuevas carreras, opina Luis Arturo Dávila de León, presidente de la Comunidad de Instituciones de Educación Superior de la Laguna (Cieslag).
El Siglo de Torreón publicó ayer un reportaje de la Agencia PAR (Periódicos Asociados en Red) en el que se evidencia la falta de regulación en la apertura de universidades privadas y del seguimiento necesario que garantice una educación de calidad.
Dávila comenta que en las instituciones no certificadas "se les da (a los alumnos) un título donde los acreditan para ejercer una profesión para la cual no están preparados".
Señala que una forma de comenzar la regulación es a través de la reactivación de la Comisión Estatal para la Planeación de la Educación Superior (Coepes), que debe existir en cada estado, integrada por los rectores de las diferentes instituciones educativas, en la cual se evalúa y determina la pertinencia de una nueva carrera.
"Yo creo que la solución es que los estados reorganicemos la Coepes para que las autorizaciones sean estudiadas y validadas por diferentes instituciones", dice Luis Arturo Dávila.
La acreditación es otra opción que tienen las universidades para demostrar su calidad educativa, sin embargo señala que no todas las instituciones pueden acceder a ella, ya que son costosas y a menudo se invierte más en el proceso que en la misma carrera.
En este período de inscripciones, el presidente de la Cieslag llama a los padres y estudiantes a revisar los reconocimientos de validez oficial de las carreras, así como el prestigio de la educación, los planes de estudio y el reconocimiento que tienen sus egresados, para tomar la mejor decisión.
