Justin Bieber: el bueno y el malo
Ayer, el cantante canadiense Justin Bieber cumplió 21 años de edad. Para la justicia de EU es mayor de edad. El niño que cautivó en YouTube ha crecido al ritmo de sentencias, puñetazos y escupitajos a fans
EL SANTO
* El mundo en sus manos. Noviembre 2011. Gana dos MTV Europa. El disco Under The Mistake vende 3 millones 900 mil copias.
* Un buen ‘marido’. Septiembre 2012. Llora al saber que murió de cáncer Avalanna, niña de cuatro años con quien se “casó”.
* Padrino mágico. Agosto 2013. Cumple 200 deseos de niños al donar dinero para sus tratamientos médicos.
* Filántropo global. Mayo 2014. Dona 545 mil dólares durante la gala de la fundación contra el Sida, amfAR, realizada en Cannes.
* Una buena acción. Julio 2014. Asiste a los premios Young Hollywood 2014 en compañía de Grace, niña que padece cáncer.
* Acto de contrición. Enero 2015. Publica en Facebook un video en el que se disculpa por sus escándalos: “Ser joven y crecer en este negocio es duro”.
EL DIABLO
* El olor del delito. Abril 2013. La policía de Estocolmo encuentra drogas en un autobús de su gira.
* ¿El diario de una ‘belieber’?. Abril 2013. Escribe en el libro de visitas del museo de Anna Frank: “Con suerte hubiera sido una belieber”.
* Fluidos ‘Bieberianos’. Julio 2013. Orina en el basurero de un restaurante y escupe desde un balcón a sus fanáticos.
* Travesura política. Julio 2013. Insulta a Bill Clinton y rocía una fotografía del expresidente de Estados Unidos con limpiador.
* A falta de jergas... Noviembre 2013. Trapea el suelo con la bandera de Argentina en un concierto.
* Nieves en la cama. Noviembre 2013. Tati Nieves publica una foto de Bieber en la cama. “Es bueno en el sexo”, dice ella.
* Donde más le duele. Noviembre 2013. Argentina embarga bienes por 160 mdd por la demanda de un fotógrafo por agresión.
* Una maldad de huevos. Enero 2014. Arroja huevos crudos a la casa de uno de sus vecinos. Lo demandan y paga 80 mil dólares.
* Ni tan mono. Agosto 2014. Deja la mascota, su mono capuchino, en su visita a Alemania por no contar con los permisos necesarios.