Embarazo y deserción escolar
La situación económica de nuestro país es uno de los detonantes para que muchos jóvenes no continúen sus estudios ya que necesitan trabajar, no únicamente para solventar sus necesidades, sino también para hacer aportes a la economía familiar.
No son pocos los casos de jóvenes que desertan de las instituciones educativas y van en busca de empleo pues sus padres no cuentan con recursos monetarios para absorber los gastos que origina el estudio y así se enfrentan el hecho de que no pueden seguir estudiando pues su progenitor ya no puede formar parte del sector laboral, las causas son diversas, por jubilación, edad o simplemente porque ni con empleo cuenta. Como consecuencia, se están elevando los índices de pobreza y la educación se ve cada vez más distante del anhelo de aquellos que desean continuar estudiando hasta lograr una profesión, esto es un fenómeno cada vez más notorio en zonas rurales y marginadas. Aunado a lo anterior encontramos un hecho que ha ido creciendo y que también es causa de deserción escolar: el embarazo en la adolescencia.
A partir de los datos que la OCDE ha dado a conocer, se ha puesto de manifiesto que México es uno de los países con las tasas más altas de embarazos en adolescentes, informando que aproximadamente al día se registran en promedio 1,252 alumbramientos, en los que el rango de edad de las madres se halla entre los 12 y 19 años, es decir, niñas cuidando niños, las que no están en condiciones de criar en forma óptima a un recién nacido.
Por todo lo anterior, la presión no solo es del sistema social, ni únicamente de padres de familia, sino hasta al propio gobierno le preocupa, ya que al aumentar los embarazos adolescentes también hace que se requiera ofrecer servicios de salud de calidad.
Recientemente la Presidencia de la República dio a conocer la Estrategia Nacional de Prevención del Embarazo en Adolescentes, con la cual se pretende que los gobiernos a nivel federal, estatal, municipal y la sociedad en su conjunto, se propongan ayudar a los jóvenes, principalmente a los que cursan estudios de secundaria como a los de bachillerato, para que trabajen en un proyecto de vida en el cual la paternidad sea postergada y no sea interrumpida su formación académica, ya que actualmente y en esta etapa se están presentando múltiples casos de embarazos no planeados, hecho que dará un giro inesperado a su vida.
Aunado a lo anterior encontramos el riesgo en el que se ven implicadas las jovencitas, ya que la tasa de mortalidad en las adolescentes se ha elevado, al no estar preparadas física y psicológicamente para llevar su embarazo a buen término; esto ocasiona que tanto las madres como los bebés presenten riesgos de salud.
De la estrategia que ha implementado el gobierno, rescato aquellos ejes que nos concierne llevar a cabo como ciudadanos, padres de familia, docentes, empresarios, etc. Hombres y mujeres son responsables cuando se presenta un embarazo no planeado, mencionando que la cultura machista que predomina en el país, ha hecho que prevalezca la idea de que únicamente las mujeres son las responsables, siendo que los varones tienen la misma responsabilidad.
La estrategia considera a los jóvenes como sujetos de su propio desarrollo, reconoce su derecho a participar como actores centrales de la transformación social. Ojalá que este programa no vaya a dar al archivo ”cesto” como muchos otros, que solo son útiles para justificar el presupuesto.
MA. GUADALUPE RENTERIA BARRAGÁN.
GÓMEZ PALACIO, DURANGO
