Homenaje a Hidalgo
Transitar los caminos del teatro en México, sin escuchar el nombre del escritor y dramaturgo mexicano Emilio Carballido, es casi imposible. Sus referentes como tallerista, autor, director, actor y promotor incansable de las artes escénicas, aún tienen eco dentro y fuera de los escenarios.
Emilio Carballido parecía contar con un sello de garantía en casi todo. Su obra Rosa de dos aromas, la primera feminista escrita por un autor masculino, tuvo una primera temporada de seis años, y llegó a recorrer más de siete países. En su legado se pueden enumerar nueve novelas, dos libros de cuento, seis novelas cortas, más un centenar de obras de teatro, guiones, ensayos, artículos y reseñas de todo tipo.
En 1950 Salvador Novo estrenó en Bellas Artes la primera obra de Carballido, Rosalba y los llaveros, cuando el veracruzano aún no cumplía los 25 años de edad. Juan Domingo Argüelles, Rosario Castellanos, Sabina Berman y Víctor Hugo Rascón Banda, son sólo parte de los autores que han dedicado momentos de su vida a reconocer el trabajo del dramaturgo mexicano.
Su experiencia al lado del propio Salvador Novo, de Fernando Wagner y el maestro Seki Sano, de quienes fue asistente, le permitieron madurar una imagen de escena, que fue traducida con un definido estilo en muchas de sus puestas, al igual que en los más de 50 guiones de cine que su pluma llevó al papel.
Originario de Córdoba, Veracruz, el dramaturgo y narrador Emilio Carballido nació el 22 de mayo de 1925, pero llegó a vivir a la capital del país en su primer año de vida.
Su gusto por las letras surgió desde su hogar, pues además de ser un niño muy imaginativo, precoz y que leía mucho, sus familiares se dedicaban a hacer versos y escritos, indica el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Asistió a la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde fue alumno de Rodolfo Usigli (1905-1979), Xavier Villaurrutia (1903-1950) y Celestino Gorostiza (1904-1967); y obtuvo la Maestría en Letras con especialidad en Arte Dramático y Letras Inglesas.
De entre sus compañeros, conoció a los que serían sus amigos inseparables y primeros críticos de sus piezas: Rosario Castellanos, Luisa Josefina Hernández y Sergio Magaña.
GRAN VOCACIÓN
De acuerdo con el portal electrónico www.biografiasyvidas.com, el escritor veracruzano también trabajó en el Ballet Nacional de México como supervisor literario, donde realizó varias giras por América Latina, Europa y Asia.
Asimismo, ejerció como profesor en las universidades de Rutgers, Nueva Jersey y California State de los Ángeles, en Estados Unidos.
Gran impulsor de actividades artísticas y culturales, condujo varios talleres donde se formaron nuevos dramaturgos, como los que tuvo en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Colaboró con la Universidad Veracruzana, la cual lo nombró doctor honoris causa, así como con El Colegio de Bachilleres, la UAM y el INBA, donde fue director de la Escuela de Arte Teatral.
DEL PAPEL AL CINE
Reconocido como uno de los más prolíficos escritores de México, Carballido inició formalmente su carrera literaria en 1946, con la publicación de su primera novela, Los mundos de Alberto, a la que siguieron otras dos escritas y publicadas en 1948: El triángulo sutil y La triple porfía.
Algunas de sus obras fueron llevadas a séptimo arte, tales como: Rosalba y los llaveros (1954), Felicidad (1956), Las visitaciones del diablo (1967), La danza que sueña la tortuga (1975), El censo (1977), Orinoco (1984) y Rosa de dos aromas (1989).
Al años siguiente comenzó a escribir guiones cinematográficos, el primero fue La torre de marfil, en colaboración con la escritora mexicana Luisa Josefina Hernández.
RECONOCIDO POR SU TRABAJO
Artista emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y la Artes (Fonca), Carballido es autor de una extensa obra literaria, en la que se encuentran más de cien obras de teatro, nueve novelas, dos volúmenes de cuentos, decenas de prólogos, guiones para cine y televisión.
Entre las distinciones obtenidas por el también guionista de la película Macario (1961), destacan los premios Casa de las Américas 1962 por la obra Un pequeño día de ira; el Nacional de Ciencias y Artes en el área de Literatura 1996; dos Arieles en 1972 por el argumento y guión de El águila descalza, de Alfonso Arau, y Ariel de Oro por su trayectoria cinematográfica.
En mayo de 2002, Emilio Carballido obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón, y el 31 de julio de ese mismo año ingresó a la Academia de las Artes.
UNA PÉRDIDA IRREPARABLE
Un año después, Carballido superó una trombosis cerebral y una neumonía que lo mantuvo hospitalizado en el Centro de Especialidades Médicas de Xalapa, Veracruz, y el hospital ABC de la Ciudad de México.
Para 2005, en el marco del festejo por sus 80 años y tras el estreno de su obra Lula y Perla (más la justicia), le fue colocado un marcapasos sin complicaciones.
Sin embargo, el 11 de febrero de 2008 en Xalapa, Veracruz, un infarto agudo al miocardio acabó con su vida. Posteriormente, se le rindió homenaje en el Teatro del estado que en su honor ahora lleva su nombre. Su cuerpo fue sepultado en el Mausoleo de los Veracruzanos Ilustres, en Xalapa.
El 13 de febrero fue declarado "Día de Luto Estatal" en memoria del escritor. Cada año, en agosto, en la ciudad de Córdoba, se realiza el Festival de Teatro Emilio Carballido en homenaje a este dramaturgo.
