Gómez Palacio

Buscan opciones para sobrevivir

Labor. Fuera de las luces y de los aplausos está Isaí Vertti, un joven de complexión delgada que nació, vive y trabaja en el circo Barley.

Labor. Fuera de las luces y de los aplausos está Isaí Vertti, un joven de complexión delgada que nació, vive y trabaja en el circo Barley.

EMILIO MURUAGA

En los últimos días del circo con animales una familia que ha dedicado toda su vida a este espéctaculo busca sobrellevar la incertidumbre de perder su trabajo, pero sobre todo de perder a algunos de sus seres más queridos.

En medio de un terreno baldío se erguía en su último día en La Laguna la enorme carpa en vivos colores blanco y azul; abajo artistas y miembros del staff se preparaban para lo que sería su último día de funciones.

Ahora antes de comenzar aparece frente al público el maestro de ceremonias cubierto con la luz de un reflector, mientras todo el recinto yace en plena oscuridad. "Quedan 150 días del circo con animales" proclama y entonces da paso al espectáculo de esa noche.

Fuera de las luces y de los aplausos se encuentra Isaí Vertti, un joven de estatura media y complexión delgada que nació, vive y trabaja dentro del circo Barley. Isaí o Java, como es conocido entre sus compañeros, proviene de una larga tradición familiar que por cinco generaciones ha trabajado por y para el circo, primero en Italia y España, de donde provienen sus padres y más tarde en México.

Para Java lo más valioso del circo son sus compañeros más cercanos, con los cuales ha crecido desde pequeño, los animales.

A lo largo de toda su vida Isaid, al igual que todos los integrantes de su familia han convivido estrechamente con simios, tigres, leones, llamas y elefantes, entre otros animales. A su cargo está el cuidarlos, ver por su salud y buscar siempre su bienestar, pues más que ser parte del espectáculo son parte de su familia.

"Crecer con animales fue una experiencia maravillosa, uno se encariña enormemente con ellos y terminas tomándoles el mismo cariño que como si fueran de tu familia porque casi lo son".

Los animales con los que trabaja la familia Vertti, forman parte de la tercera o cuarta generación de crías, por lo que como afirma Isaí, en cierta forma están acostumbrados a vivir en este entorno, sin embargo, para poder trabajar con ellos es necesario un proceso de profunda confianza que surge a partir del trato cercano, el respeto y el amor.

"Uno no puede salir a una función con un animal al que maltratas porque si no a la primera te atacará...”. — ISAÍ VERTTI, Circense

"Uno no puede salir a una función con un animal al que maltratas o con el que eres agresivo porque si no obviamente a la primera oportunidad te atacará, es parte de su instinto".

Todos los días los hermanos Vertti, junto con miembros del staff se encargan de mantener bien alimentados, aseados y en buenas condiciones a los animales, sin embargo, al igual que otros circos, los integrantes del circo Barley han vivido represalias, protestas e insultos, pues como comenta Isaid, en la mayoría de las personas domina la idea de que los animales en el circo son meros instrumentos o accesorios.

"Nos han dicho varias veces que aquí los maltratamos que los agredimos, pero es totalmente ilógico, si se nos muriera un elefante o un león además de dolernos muchísimo porque son seres a los que amamos ¿cómo podríamos tener otro? Es casi imposible".

Hoy la familia de Isaí enfrenta un futuro totalmente incierto, pues tras la aprobación de la reforma a la ley para la celebración de espectáculos públicos, en la cual se prohiben los actos itinerantes con animales, es cuestión de tiempo para que su espectáculo y su trabajo dentro del circo quede fuera de lugar, mas ésta no es una crisis en la que ellos sean los únicos afectados.

Históricamente los animales han formado parte del espectáculo de los circos mexicanos, desde principios del siglo XIX, cuando surgieron los primeros espectáculos ambulantes en el país. Generación tras generación el modelo básico de un espectáculo circense ha sido actualizado y renovado, sin embargo, siempre se ha mantenido conformado por las actuaciones de artistas y animales por partes iguales, por lo que con la desaparición del show con animales el total de la presentación queda a medias.

Varios empresarios del gremio han buscado solucionar a este problema, al tratar de formar espectáculos creados totalmente por artistas, sin embargo, el constante descenso en las taquillas por el que actualmente pasan los circos, como producto de las campañas impulsadas por partidos políticos, ha provocado que sólo algunos de las más grandes empresas puedan lograrlo, dejando atrás a la mayoría de los circos medianos o pequeños, quienes se enfrentan casi de forma inminente a su desaparición, pues como comenta Isaí tendrían que apostar por crear un espectáculo en el que el costo de sus boletos prácticamente se duplicara, lo cual los volvería incosteables para el grueso de su población.

"Desde hace tiempo mi hermano y yo empezamos a aprender a hacer malabares y algunas suertes, pero es muy díficil poder competir con gente que lleva haciendo esto toda su vida".

Al concluir el período de un año desde que se aprobó la ley en la Gaceta Oficial, se contempla que todos los espectáculos itinerantes entreguen sus animales a santuarios o zoológicos lo cual más que ser una solución, puede representar un problema mayor. Para Isaí, el lograr que los más de 700 animales que hoy hay en los casi 200 circos del país representa un reto, tanto para el personal de los circos, como para el personal de los zoológicos y santuarios y eventualmente hasta para las mismas especies, pues tras haber llevado una vida en un entorno diferente al de un zoológico o santuario su proceso de adaptación podría no ser el mejor, mientras que eventualmente los destinos que acepten los animales que antes albergaban los circos se verán cada vez más reducidos en su capacidad, llegando a provocar una posible saturación. que termine con la muerte de muchos de ellos.

"Esto más que ser algo por el beneficio de los animales parece ser meramente político, porqué entonces porque no se prohiben también los espectáculos ecuestres o las corridas de toros en las que se tortura hasta morir a los animales, eso es mucho peor".

Llegada la noche el circo Barley presentó su última función de esta temporada en La Laguna, ahora más que nunca el personal que trabaja en los circos del país está a expensas de recortes de personal, reducción de sueldos y un futuro incierto, pues nadie tiene la certeza, pero quizás esto podría ser el final de la tradición del circo mexicano.

700

ANIMALES

Hay en los casi 200 circos que existen en el país

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