Golpe a las burocracias. El triunfo de la izquierda en Grecia acepta múltiples lecturas, sin embargo, la que va ganando terreno interpreta esa victoria como un freno a los grupos que se han montado en las estructuras administrativas de Europa y de Grecia, bloqueando los procesos de estas sociedades de determinar los destinos que van eligiendo para sí mismas.
En el marco de las elecciones parlamentarias es donde se vislumbra con mayor claridad la correlación de fuerzas. Siriza, el partido de izquierdas de Alexis Tsipras, candidato a primer ministro ganador, pasó de tener la cuarta parte de los 300 escaños obtenidos en las elecciones del 2012 a ser el partido mayoritario, si se agregan a los 99 ganados por derecho propio, los 50 que otorga en automático el sistema al partido más votado y 13 más del partido de derechas Griegos Independientes (ANEL).
Algunos leen que se trata de un YA BASTA a la integración europea, sin embargo las cosas no son tan sencillas. Tsipras no ha dudado en pactar con los Griegos Independientes, en apariencia tan contrarios a su ideología, en lugar de los centristas o europeístas con quienes sustenta posturas más afines. Tanto Sipras, como Griegos Independientes, reafirman a su nacionalismo un rechazo al actual sistema europeo, que no a Europa, a la cual se siente plenamente unidos, y a sus políticas de antirrescate.
Tsipras, luego de conocer su triunfo, afirmó estar preparado para defender la soberanía y la dignidad del pueblo griego. Declaró que nunca se postrará ante Merkel, la primera ministra alemana. La postura será siempre mantener la cabeza en alto, "como hacen los griegos".
Los acuerdos del actual gobierno griego con esta cara de la Unión Europea, a la que denominan "la troika", están muertos. El mandato del pueblo ha sido claro, dejar atrás los años de humillación. "Hoy perdió la Grecia de los oligarcas y de los corruptos", dijo Tsipras. Discurso sostenido tanto por Siriza como por ANEL, la postura es salvar a Grecia del capitalismo neoliberal.
El pleito es material, no formal. Jens Weidmann, presidente del Banco Central de Alemania se declaró dispuesto a continuar apoyando a Grecia, sólo si el bloque ganador se compromete a darle continuidad a los acuerdos pactados. Han advertido al nuevo gobierno a no hacer promesas ilusorias que no podrán cumplir.
El problema es que Europa no dudaba en prestar millones de euros, cuando sabía que Grecia nadaba en la corrupción de un ejército de funcionarios gubernamentales. Europa lo sabía, pero prestó. Y claro, cuando no se pudo pagar la deuda, los efectos recayeron en el pueblo.
Grecia inició este año con un desempleo de 27%. Los pobres se han multiplicado por mucho en los últimos cinco años. No hay más, o la gente busca alternativas o se enfrenta a la indigencia. La migración es al revés, avalanchas de habitantes de las ciudades regresan a los pueblos de sus padres o abuelos, al verse imposibilitados de continuar pagando los altos alquileres de la vivienda.
Las soluciones además de significativas en el PIB, han sido muy creativas. Se han creado cooperativas rurales de producción y consumo. Se cuenta el caso de comunidades autosustentables que regalan sus excedentes, esperando que en algún momento se les regrese la ayuda.
El problema no es simbólico, es material. La gente necesita empleo, necesita comer, necesita mecanismos para vivir. Si no encuentra espacios para hacer que la vida fluya y medios para sacar a su familia adelante no hay discursos identitarios que valgan.
Los gritos de quienes sostienen que los griegos no se sienten parte de Europa, que se ha llegado al final del sueño europeo, son cortinas de humo. El filósofo Jurgen Habermas lo había advertido hace tiempo. La burocracia al hacerse de márgenes tan grandes de acción está bloqueando el proyecto Europa, hace falta dinamizar la opinión pública.
Pero no se trata de un problema local, sino del diseño de la democracia representativa. La burocracia, de ser únicamente la instancia encargada del aparato administrativo de la sociedad, se ha adueñado de él. Ha diseñado la ley para hacer patrimonio los recursos públicos, ha diseñado mecanismos para gobernar a discreción. Igual que en nuestras latitudes.
