Es solamente un accidente. La frase la escuchamos una y otra vez en nuestro país. Sin embargo, los accidentes generan más muertes que las agresiones, las insuficiencias renales, la desnutrición o las enfermedades infecciosas e intestinales.
Ayer estalló un camión cisterna de gas (lo que en México popularmente llamamos una pipa) en el Hospital Materno Infantil de Contadero en Cuajimalpa, en la ciudad de México. Dos personas fallecieron y 66 resultaron heridas, entre ellas muchos bebés. La cifra de muertos puede aumentar por la gravedad de algunos de los heridos. El accidente se produjo por una fuga en una manguera, al parecer provocada por una ruptura, cuando el camión estaba descargando gas al área de cocinas del nosocomio.
Es muy común pensar que la muerte por accidente es inevitable, pero no es así. Las defunciones por este motivo pueden reducirse de manera muy importante si se aplican protocolos razonables de seguridad. En nuestro país, sin embargo, no existe una cultura de la precaución.
México ocupa el séptimo lugar en el mundo por accidentes viales, según el "Diagnóstico general sobre la causalidad de los accidentes en México" de la organización México Previene. Las muertes por accidentes cobraron más de 37 mil vidas tan sólo en 2012, según cifra del Inegi. La falta de conocimiento sobre las medidas de seguridad y la falta de aplicación de leyes y reglamentos son las principales causas de la alta incidencia de accidentes en el país. Lo peor de todo, es que la mayoría de los accidentes son fundamentales prevenibles. Un poco de precaución es todo lo que se requiere en la mayoría de los casos.
En México, literalmente, tapamos el pozo siempre después de que se ahoga el niño. Cada vez que hay un accidente, lo cual es bastante frecuente, se anuncian medidas de prevención que se van relajando con el tiempo.
Hay que tener cuidado de no caer en la tentación de buscar chivos expiatorios. Se ha lanzado ya, por ejemplo, una campaña en contra de la empresa Gas Express Nieto, propietaria del camión-cisterna de Cuajimalpa. En 2014 otro vehículo de la compañía estalló en la ciudad de Querétaro y dejó dos muertos. Hubo entonces una investigación, que determinó que el accidente había sido producto de un error humano. Un año antes otra unidad de la empresa volcó en la autopista México-Puebla sin provocar muertos. Gas Express Nieto ha señalado que sus prácticas de seguridad se ajustan a la normativa vigente y que tiene pólizas de daños y responsabilidad civil.
Deben revisarse, por supuesto, las unidades y las prácticas de seguridad de esta firma en particular. Pero el problema es mucho más amplio y grave, como lo demuestran las cifras de muertes por accidentes. Basta echar un vistazo a las carreteras y avenidas del país para apreciar la velocidad excesiva con la que se trasladan los vehículos que transportan gas y productos peligrosos. Cientos de veces he entrado a edificios, muchos de ellos de servicio público, en los que salta a la vista que no hay respeto a las normas más elementales de protección civil. Un vistazo a la forma en que los autos dan vuelta en las esquinas de muchas ciudades mexicanas, sin detenerse para dejar pasar a los peatones, es una muestra más de la falta de una educación vial elemental.
México tiene muchos problemas muy serios, como la pobreza y la violencia asesina, pero debemos entender que las muertes por accidentes son mucho más altas que las que tienen lugar por enfermedades de la miseria o por agresiones. No apliquemos reglas de seguridad por accidente. Impulsemos una política sistemática para construir una cultura de seguridad.
BLOQUEOS
No todos los mexicanos somos iguales. La Policía Federal ha estado impidiendo los bloqueos y tomas de casetas en la Autopista del Sol. Diversos grupos, sin embargo, han estado bloqueando carreteras en Oaxaca o los accesos a la torre de Pemex, que tuvo ayer su segundo día de cierre, sin que ninguna autoridad se atreva a intervenir.
Twitter: @SergioSarmiento
