La frase fue acuñada por Alexandre Dumas (padre) en su novela Los Mohicanos de París diciendo Cherchez la femme, pardieu! cherchez la femme! No importa cuál sea el problema, según el autor, una mujer es a menudo la causa del mismo, y dice al respecto: hay una mujer en todos los casos, tan pronto como me traen un informe digo ¡Busca la mujer!
Se ha vuelto proverbial la expresión, representando un cliché de la literatura detectivesca francesa. Y pocas veces se equivocan quienes acuden a esa expresión tratando de un crimen en el que en principio todo parezca indicar es irresoluble. La implicación es que si un hombre se comporta de manera inusual o de manera inexplicable es porque hay una mujer de por medio. El escritor agrega "hay una mujer involucrada en todo caso, tan pronto como me traen a desentrañar un asunto, digo: ¡Busca la mujer!"
En el asunto que trata sobre la muerte del fiscal argentino Alberto Nisman la única mujer que se perfila como participante, no precisamente como autora del desaguisado, hasta ahora, es la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner. La que a querer o no se ve en el centro del huracán que se ha ido formando alrededor de la muerte del fiscal argentino Alberto Nisman quien murió a consecuencia, no hay duda, de haber destapado una maloliente cloaca cuando acusó a la Presidenta de tener la intención de encubrir a Irán en el ataque de 1994 a la Asociación Mutualista Israelita Argentina con sede en Buenos Aires. El ahora fallecido fiscal basó su denuncia en el contenido de 330 discos con grabaciones de conversaciones intervenidas telefónicamente.
La lideresa Cristina contestó a la imputación indicando que está trabajando en un proyecto de reforma del sistema de inteligencia para lo cual destituyó a unos y jubiló, entre otros, a Antonio Stiusso considerado como uno de los espías más influyentes de Argentina, al que como quien no quiere la cosa de refilón, acusó de darle información falsa al desaparecido Nisman así como de ser el autor intelectual de su muerte, todo con el fin de desestabilizar, dijo, al gobierno actualmente a cargo de la viuda de Kirchner. La acusación de que es quien mandó acabar con la vida de Nisman es muy grave si no tiene los pelos de la burra en la mano, esto es, si la presidenta no tiene pruebas de su dicho. Y si las tiene ¿qué espera para proceder?
Es cierto que la viuda del presidente Kirchjner habría sido reelegida, pero el enredo en que se está metiendo con los servicios de inteligencia tengo la impresión de que va más allá de sus posibilidades de detener la tormenta que se le viene encima. ¿Estará consciente de que está hurgando en un avispero? Su equipo de trabajo la está protegiendo ¿hasta qué punto? Si le dijeran que se va a echar un puño de alacranes a la boca, es posible que no le pase nada, pero de ahí a echarse al plato un peligroso escorpión, es otra cosa. Se está viendo que sus asesores políticos no son tan picudos como ha estado imaginando, y lo peor es que no tiene para donde hacerse.
