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Ciudadano ‘x’

A la ciudadanía

GERARDO JIMÉNEZ GONZÁLEZ

En esta época en que las decisiones fundamentales sobre la política y la economía mundial, o en cada una de las naciones, se toman por élites que ocupan las posiciones principales de poder en los Estados y en las grandes corporaciones privadas, es cada vez más notoria la desvinculación que han adquirido sus intereses de los de la mayoría de la población.

Si bien a través de la historia de la humanidad, particularmente desde la formación de Estado como ente político, ese divorcio siempre ha existido en las diversas sociedades que nos han precedido, como dirían los teóricos de la Sociología, sea por las diferencias de roles o funciones que los individuos desempeñan en ellas o por la división en clases sociales que se crea a nivel estructural, el crecimiento de la población y de la riqueza hoy en día alcanzan niveles globales, por lo que la concentración de poder económico y político también tiene esas dimensiones.

Esa concentración de poder hace notar con mayor claridad las contradicciones entre el interés privado y público, donde aún quienes ocupan posiciones políticas a través de procesos de elección popular toman decisiones contrarias al interés público, siendo México uno de esos ejemplos, de modo tal que sus élites políticas hoy gozan de un descrédito amplio entre los ciudadanos de este país.

Pero la desaprobación ciudadana de los integrantes de la llamada "clase política" mexicana no es suficiente para cambiar el estado de las cosas, porque finalmente el sistema político les permite su reproducción y permanencia en el poder, sistema que se rige por su propia lógica, y deja pocas opciones a aquellos ciudadanos que tienen una percepción o visión diferente, sobre todo porque son excluidos de las decisiones que marcan el rumbo de sus vidas, viéndose obligados a aceptar la situación prevaleciente.

Pero esa exclusión no solamente ocurre en el ámbito político, sino también en el económico, ya que la riqueza está concentrada en otro tipo de élites, aquellas que dirigen las grandes corporaciones privadas y que en países como México se entienden mejor con las élites políticas que éstas con sus gobernados, pero con ellas poco puede hacer el ciudadano común puesto que esa riqueza acumulada es privada y está protegida por las leyes.

Frente a este divorcio que marca las diferencias entre las reducidas élites políticas y económicas y la mayoría de las personas que habitan las naciones del planeta, estas últimas conforman un conglomerado diferenciado social y culturalmente al cual podríamos llamar el ciudadano "x", los individuos que tienen que trabajar para obtener un ingreso que les permita vivir lo más dignamente en compañía de sus familias.

El ciudadano "x" integra la base de las sociedades capitalistas y socialistas actuales a la que se le ha llamado sociedad civil, son aquellas personas que realizan labores de producción y prestación de bienes y servicios en empresas privadas o públicas, que poseen o dirigen pequeñas y medianas empresas o que ejercen una profesión de manera independiente, que estudian para capacitarse y ascender en la movilidad social, que efectúan actividades domésticas en sus viviendas, que al jubilarse han concluido sus ciclos laborales y ahora desempeñan otras tareas en la sociedad, en fin aquellos que no forman parte de las élites políticas del Estado, o de las élites económicas de las corporaciones privadas con los privilegios que les da su posición.

El ciudadano "x" es el individuo que forma parte de la sociedad civil en un país industrializado como Estados Unidos o la mayor parte de las naciones europeas y algunas asiáticas, en países emergentes como México, Brasil o la India, en países pobres como Haití, Bolivia, la mayor parte de los africanos y no menos los asiáticos; es de raza negra, blanca, oriental, indígena, criolla o mestiza; es de religión cristiana, mahometana, budista u otra, o no creyente.

Lo que diferencia al ciudadano "x" de los demás, entendidos éstos como las élites políticas y económicas que deciden sobre gran parte de la forma y el curso de su vida, es la limitada posibilidad que tiene de ejercer plenamente su ciudadanía; sus derechos laborales y sindicales con dignidad en el trabajo; o políticos en su comunidad o ciudad, en su región o país; sociales en el acceso a los servicios públicos de calidad como salud, educación, transporte, a una vivienda adecuada con agua potable, energía, drenaje; sus derechos de género, de preferencia sexual, de creencia religiosa.

El ciudadano "x" somos todos aquellos individuos que no gozamos de los privilegios que otorga el poder político y económico, los que no queremos realizar prácticas de corrupción en nuestro trabajo, actividades cotidianas o de algún trámite en una oficina gubernamental de la que vamos a recibir la prestación de un servicio, que tenemos que hacer fila en la gestión de un servicio o para adquirir un bien, los que tenemos que administrar nuestros sueldos y beneficios para satisfacer nuestras necesidades, sin prebendas, comisiones o cualquier otra forma de ingreso ilegal, que tenemos que levantarnos todos los días para realizar nuestras actividades que nos permiten obtener un ingreso para sostener a nuestras familias.

El ciudadano "x" somos aquellos que queremos recibir beneficios derivados de la distribución de la riqueza mediante un salario digno y acorde con el trabajo que desempeñamos, de un programa social que nos facilite una despensa u otro bien que falta en nuestras viviendas o familias sin que se condicione nuestros derechos sociales y políticos, sea mediante la pertenencia a una organización o partido, en una votación sindical, comunitaria o de elección de gobernantes; los que queremos salir y desplazarnos por las calles sin temor de nuestra seguridad, realizar nuestro trabajo sin sufrir un asalto, extorsión o secuestro.

El ciudadano "x" somos los habitantes de una comunidad, ciudad, región o país, quienes por la dispersión en que nos encontramos permitimos que otros decidan por nuestros intereses, los que desaprobamos las acciones de nuestros gobernantes y la insultante acumulación de riqueza de las élites políticas y económicas, los que nos quejamos del estado de las cosas, por lo que si queremos que la situación cambie debemos expresarnos, porque somos la mayoría.

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