Los griegos le dieron ayer la espalda a la política económica europea al votar por Syriza, el partido izquierdista griego que quiere acabar con las medidas de austeridad en el continente.
La primera agrupación anti austeridad en ganar elecciones desde la crisis de 2008-2009, la formación de Alexis Tsipras obtuvo el 36 por ciento de los votos, con lo que dejó en segunda posición a Nueva Democracia, hasta ahora en el poder.
"Gracia da vuelta a la página y deja atrás la destructiva austeridad y autoritarismo; cinco años de humiliación y dolor", dijo el ganador.
"El pueblo griego ha enviado un mensaje claro e indisputable, que la Troika está en el pasado para nuestro marco europeo común", añadió el político griego.
Entre los planes de Tsipras está reestructurar la deuda del país -lo que ha generado temor en las autoridades europeas y podría encaminar a un conflicto-, subir el salario mínimo, reducir los impuestos y frenar la crisis en la que está hundida Grecia.
Más de un cuarto de la población está desempleada y casi un tercio vive en la pobreza.
Superadas las elecciones, sin embargo, Tsipras se enfrenta a otro reto igual de complicado: formar un Gobierno.
Con el 92 por ciento de los votos escrutados, Syriza no logró una mayoría absoluta en el Parlamento -se quedó a dos escaños de los 151 necesarios-, lo que ahora obliga a Tsipras a buscar otros socios de Gobierno y a pactar con ellos.
Si el líder del partido de izquierda radical logra formar una coalición, a sus 40 años de edad será el Primer Ministro griego más joven en 150 años.
