El sistema educativo en la Comarca Lagunera atraviesa por un momento de presión como hace muchos años no se veía.
Por un lado, es evidente la falta de maestros idóneos en las escuelas, que en unos casos se ha llegado a cubrir con maestros que ya están jubilados, pero que aceptaron volver a las aulas para ayudar a mitigar el problema. De acuerdo a información de la Subsecretaría de Educación, estos interinatos se proponen por los jefes de sector y a los que aceptan se les paga su sueldo normal como maestros además de su jubilación.
Según la versión de las autoridades, la falta de maestros se debe a que no pasan los exámenes correspondientes y no son aptos para estar al frente de un aula. En Coahuila, de los 427 aspirantes que presentaron el examen en diciembre de 2014, un 72 por ciento fue calificado como “no idóneo”, mientras que de los 7,555 que participaron en el concurso en agosto, el 63 por ciento se ubicó en el mismo rango, situación por la cual no se cubren esas vacantes. En el caso de Durango, las cifras son similares. De 382 aspirantes a una plaza que presentaron el examen, el 64 por ciento fue calificado como “no idóneo”.
Días atrás padres de familia de tres escuelas primarias e Torreón cerraron las puertas de esas instituciones en reclamo por la falta de maestros. De inmediato las autoridades solucionaron el problema, pero esta realidad no es privativa de un sector o colonia, sino de muchas partes en la ciudad.
Esta situación, aunada al cierre de escuelas en el poniente y la falta de otras en el oriente, pone en jaque a la subsecretaría de Coahuila, ya que por un lado hay sobredemanda en unos planteles, mientras que otros ya cerraron sus turnos vespertinos ante la falta de alumnado.
En este sentido, el nuevo sistema de inscripciones lanzado por la Secretaría de Educación de Coahuila, quien será ahora la encargada de decidir a qué escuela pública ingresa cada alumno, se muestra como una posible solución aunque sus resultados no se verán sino hasta el siguiente ciclo escolar.
También en Gómez Palacio se han registrado protestas, pero estas se deben a la falta de terrenos para construir escuelas en los lugares en donde la demanda ha ido creciendo, problema que también se ha presentado en Torreón.
Por otro lado, la educación privada también se encuentra en aprietos. Cuatro colegios particulares han tenido que cerrar sus puertas y otros 70 están en riesgo de hacerlo debido a las cargas fiscales a las que están expuestos por la reforma hacendaria y a la situación económica de miles de familias laguneras.
Los problemas que padecen los colegios particulares se derivan de que muchos padres de familia no cuentan con la capacidad económica para que sus hijos permanezcan en ellas, por lo que prefieren enviarlos a las escuelas públicas, pero se topan con la falta de maestros e infraestructura adecuada lo que impacta en la calidad de la educación en la región.
Frente a este panorama, las autoridades deben actuar para encontrar soluciones a largo plazo que redunden en garantizar el derecho que tienen los niños y adolescentes a una educación de calidad. Mientras las carencias físicas de las escuelas y formativas de los maestros no se resuelvan, será difícil pensar en un modelo educativo exitoso que contribuya al desarrollo de la sociedad.
