Atención. El apoyo de la familia es importante en los tratamientos en personas con problemas como la depresión y la ansiedad.
De cada 10 personas que acuden a recibir atención por algún problema de salud mental, siete se desisten de continuar con un tratamiento, aseguró el director del Instituto de Salud Mental del Estado de Durango (ISMED), Alan Flores Murguía.
El especialista recordó que si bien se espera en febrero un repunte en el número de consulta por temas como depresión, ansiedad y por otros trastornos de conducta, lo que preocupa en que no haya una continuidad en el tratamiento por parte de los pacientes.
Sostuvo que muchas de las veces la familia llega a detectar que hay problemas en uno de sus hijos, lo identifica y lo lleva a recibir atención: "todos hicieron su parte porque en la escuela los maestros notificaron del problema y el padre lo lleva atender con un especialistas; sin embargo, después de un pequeño periodo en que vieron algo de mejoría en su familiar, suspenden el tratamiento".
O bien, cuando ven que ellos contribuyen con el problema (los padres) y que también requieren atención, deciden ya no ir: "entonces es necesario tener mayor responsabilidad para terminar con los tratamientos e involucrarse con la solución, no únicamente con los problemas. Y eso va a redundar en un mejor resultado", explicó.
Precisó que por cada 10 pacientes que son atendidos por este tipo de padecimientos un número de siete desisten, que es un porcentaje alto: "el hablar que el 30 por ciento de los pacientes van a concluir, nos indica que el otro 70 por ciento tendrá la misma sintomatología y en algunos de los casos, mucha más intensa y más grave, y por ello el riesgo de las consecuencias van a aumentar", consideró.
Por lo anterior consideró de suma importancia que la familia dé el apoyo necesario al paciente para que pueda concluir con el tratamiento durante el tiempo que se requiere.
