Sede. La muestra es del Museo de Arte Contemporáneo de Tokio.
Objetos anodinos como piedras, neumáticos abandonados o flores sirven al artista mexicano Gabriel Orozco para evocar los ciclos de la vida y el paso del tiempo, en su primera gran exposición individual en Japón, país que ha marcado su obra.
"Inner Circles ('Círculos interiores'), que puede verse desde hoy y hasta el próximo 10 de mayo en el Museo de Arte Contemporáneo de Tokio (MOT), reúne una selección de un centenar de obras de este creador multidisciplinar realizadas a lo largo de toda su trayectoria, desde la década de 1990 hasta la actualidad.
A través de fotografías, collages, esculturas, pinturas e instalaciones, el artista mexicano intenta capturar "el paso físico del tiempo" y "los ciclos de la vida", según dijo Orozco (Veracruz, México, 1962) al presentar la exposición en rueda de prensa.
Orozco juega con esta diversidad de formatos y de objetos para crear combinaciones tan sorprendentes como "La DS" (1993), una conocida instalación consistente en un modelo clásico del Citroën DS partido en tres partes y vuelto a ensamblar, creando un efecto óptico similar al de un espejo.
"Los círculos están muy presentes en mi obra. Para mí, reflejan que todo proceso tiene un inicio y un final, que cualquier comienzo es a la vez un fin y viceversa", afirmó, uno de los artistas de su generación más valorados a nivel internacional.
Orozco aplica esta filosofía circular a su proceso creativo, y para ello trabaja con "objetos cotidianos" donde se puedan apreciar huellas de "una adaptación, de un accidente o de una erosión, o lo que es lo mismo, el paso del tiempo y de la vida".