El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- Es difícil decidir hacia dónde enfocar la cámara, por todos lados hay artículos con el rostro sonriente de Mickey Mouse esperando ser ellos los que aparezcan en la foto.
Vestido de Santa Claus, vendiendo chicles, piloteando un avión, como payaso, en tazas, llaveros, plumas... el pequeño departamento de Francisco Amozurrutia Carson asemeja una tienda de distribución de productos del “Ratón Miguelito”, hasta la cortina del baño, la toalla y la tapadera del escusado tienen plasmada su imagen; y qué decir de su habitación, donde el teléfono, la colcha y el bote de basura, entre otras cosas, tienen las orejas negras.
Al contrario de lo que pudiera pensarse, la afición de este maestro de la Preparatoria Treviño por coleccionar objetos del singular personaje, no inició desde niño, sino hasta que tuvo 23 años de edad.
“Mi primer Mickey Mouse me lo regalaron mis papás cuando tenía más o menos seis años, nunca fui un fanático de él, incluso jamás pensé que iba a tener una colección tan grande”, dice.
Sus deseos por comprar cosas del novio de Minnie Mouse, iniciaron hasta el año de 1988, cuando fue de visita a Estados Unidos. “No sé por qué me dieron ganas de coleccionar cosas de Mickey, pero es que lo vi y se me hizo un personaje tan inocente, tranquilo y lleno de paz, no como los monos de las caricaturas de hoy, que son tan agresivos”.
Recuerda que en esa ocasión, su primera ida a la Unión Americana, gastó alrededor de mil dólares en cosas de Mickey. A partir de entonces, poco a poco fue llenando las mesitas, sillones, vitrinas y todo lo que tiene en su casa con los objetos del ratón, al grado de que ya está viendo la posibilidad de construir otro cuarto, pues posee más de mil 200 artículos.
Este lagunero viaja dos veces por año al extranjero, recientemente regresó de Sudamérica, de donde se trajo otras 30 cosas para su colección.
“La mayoría de lo que tengo yo lo compro, pero también hay gente que me regala cosas. Hace poco mi papá me regaló un reloj despertador y unos alumnos de la escuela me dieron otro. Cuando me obsequian algo están con la mortificación de que ya tenga esa figurita, pero afortunadamente siempre coincide que no. Sé muy bien cuáles figuras tengo y cuáles no, así es que nunca las compro repetidas”.
-¿Cuántas cosas de Mickey quieres llegar a tener?
-No sé, es más no lo había pensado, pero no puedo negar que siempre trato de adquirir nuevos artículos.
-¿Has pensado a quién le vas a dejar la colección cuando te mueras?
-Sí, hay mucha gente que la quiere –ríe-, entre ellos mis sobrinos. Una hermana me dice que cuando lleguen a la casa después de mi velorio, ya no va a haber nada.
La intención de Francisco y que mucha gente conozca su colección, tratará de inscribirla en los Record Guinnes para ver si es la más grande.
Pero, además de objetos de Mickey Mouse, Francisco Amozurrutia junta figuras de cruces. Entre las que se cuelga y las de pared, posee alrededor de 700.
De fantasía
En 1991 Francisco fue a Disneylandia y vio por vez primera al Ratón Miguelito. Aunque sabía que adentro del traje había una persona común y corriente, no pudo dejar de emocionarse.
-Francisco Amozurrutia Carson tiene 39 años de edad.
-Es licenciado en sicología y en filosofía, y trabaja como maestro en la Preparatoria Treviño.
-Tiene lámparas, calculadoras, platos, vasos, playeras, etc.
-El muñeco más chico que tiene mide siete centímetros. El más grande –un inflable navideño- mide 2.40 metros.
-Ha comprado cosas en Brasil, Canadá, Europa, Perú, México, Estados Unidos, entre otros.
-El legendario personaje se dio a conocer un 18 de noviembre de 1928 en su primera aparición en el cortometraje Steamboat Willie, en un cine de Nueva York.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
Fotografía Sergio Reyes
