Una pequeña súper fruta

Desintoxicantes, antiinflamatorios, remineralizantes, laxantes, son algunas de las grandes propiedades que caracterizan a las tan deliciosas cerezas y guindas. Rodeadas de mitos, el consumo de estas redondas y vibrantes frutas es benéfico para la salud en diversos aspectos ¡conócelos! Y recurre a ellas en la época del año indicada para que disfrutes de su sabor y beneficios.

Cultivo

Actualmente, la cereza se cultiva en diversas regiones y países con clima templado alrededor del mundo, siendo los principales Rusia, Estados Unidos, Alemania, Italia, Francia y España. El árbol del cerezo y guindo forma parte de la familia de las Rosáceas, que incluye más de 2 mil especies de plantas, arbustos y árboles y llegan a alcanzar a medir hasta los 20 metros de altura.

Variedades

Las diferentes variedades de cerezas se clasifican por su sabor dulce o agrio, y pueden ser consumidas frescas o cocinadas. Las cerezas silvestres se denominan guindas, que son las antecesoras de todas las variedades actuales.

Propiedades

La cereza aporta una cantidad de fibra que es ideal para la mejora del tránsito intestinal y ayuda a la pérdida de peso.

Este fruto es una rica fuente de vitaminas, como la provitamina A y la C.

Contienen ácido fólico, el cual es necesario para el organismo para hacerlo funcionar correctamente, sobre todo en mujeres embarazadas, necesario para conseguir el perfecto desarrollo del bebé en el vientre.

El color característico de esta deliciosa fruta es gracias a las antocianinas, que son parte de los flavonoides, y en conjunto con el ácido elágico los convierten en excelentes antioxidantes, los cuales bloquean el daño producido por los radicales libres que tienen efectos negativos para la salud y ayudan al cuerpo a envejecer prematuramente; además, su función antiséptica combate infecciones.

Contienen potasio, especialmente las cerezas negras, mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, evitando la fatiga o falta de respuesta de los músculos al momento de realizar actividades físicas.

Beneficio en enfermedades

En casos de hiperuricemia o gota y litiasis o cálculos renales, hipertensión arterial y otras enfermedades que retienen líquidos, el consumo de cerezas es ideal gracias a su alto contenido en agua y potasio, que posee un efecto diurético y facilitan la eliminación de ácido úrico y sus sales.

Contiene hierro que la hacen poderosa ante la prevención de anemia y calcio que ayuda a combatir la osteoporosis o el debilitamiento óseo y otros problemas en huesos o dientes.

Gracias a la fibra que contiene, previene o mejora el estreñimiento y contribuye a reducir las tasas de colesterol en la sangre y al buen control de los niveles de azúcar en la sangre en personas con diabetes, siempre teniendo en cuenta la ración del consumo dependiendo del tipo de cereza.

La ingesta de cerezas ayuda a la conservación de la memoria, por lo que ha llegado a ser conocida como “el alimento del cerebro”.

La melatonina que contienen las cerezas es una sustancia que ayuda a regular el ritmo cardíaco y los ciclos del sueño.

*En casos de insuficiencia renal, se debe moderar el consumo de cerezas, pues contienen potasio, el cual está restringido para este padecimiento.

Temporada

Aunque sean frutas de verano, es posible disfrutar del delicioso sabor de las cerezas y las guindas más tempranas desde finales de abril y hasta mediados de agosto.

Para la elección de las cerezas, deben ser de un color rojo oscuro o negro vivo dependiendo de la variedad. Las guindas deben ser redondas, pesadas y de color rojo claro o rosado amarillento.

Las carnosas son las mejores. Deben tener una piel firme, brillante, entera, sin imperfecciones ni malformaciones como frutos dobles.

Los tallos deben ser frescos, verdes y estar bien unido al fruto, sin moho.

Las cerezas y la diabetes

Existe la creencia que debido al contenido de azúcar de las cerezas, se deben evitar en pacientes con diabetes, pero esto no es así. Al igual que otras frutas como el plátano, las uvas y los higos, las cerezas han permanecido fuera de las dietas de los pacientes diabéticos, sin embargo, mientras sea una cantidad balanceada no debe existir ningún riesgo. La ración se encuentra entre los 150 y 180 gramos y un poco menos para las más calóricas, de 100 a 120 gramos. Cien gramos de cerezas proporcionan 10 gramos de azúcar, cantidad similar a la de otras frutas como el kiwi, mandarina, naranja, manzana y pera.

El tallo de las cerezas

Los tallos de las cerezas son diuréticos naturales. La ingesta de ellos se asocia con un ligero aumento en el volumen de la orina. Además, contienen vitamina A, B1, B2, C, potasio y flavonoides.

Propiedades curativas:

Combate el estreñimiento y calma el dolor de estómago

Ayuda a tratar la anemia.

Ayuda a depurar la sangre.

Incrementa la libido en las mujeres.

Combate la celulitis.

Es efectivo para aliviar la gripa y bajar la fiebre.

*Consulta a un médico antes de utilizar los tallos de la cereza para así, evitar contraindicaciones.

El hueso y semilla

El hueso que contiene la cereza es esférico y liso, pero dentro tiene una semilla que es tóxica, pues contienen glucósidos cianogenéticos, componentes que desprenden cianuro. Es importante cuidar en consumo del hueso, si se llega a ingerir entero no hay problema pues se desecha de la misma manera y la semilla es protegida por el hueso, sin embargo, se debe mantener a la vista en los niños, pues sin saberlo pueden jugar y romper el hueso, consiguiendo acceder a la semilla, llevándolos a tener problemas digestivos.

La madera del árbol del cerezo es muy valorada en los trabajos de ebanistería.

FUENTES: www.consumer.es/ www.vitonica.com www.botanical-online.com www.hierbamedicinal.es