Coatepec y Xico nacieron a los pies del Cofre de Perote y son reconocidos por la producción de café de altura.
Realiza la última escapada del año en alguno de estos destinos. Para divertirte y despedir el 2014, no tendrás que gastar todo el aguinaldo.
Cuetzalan, Puebla
Este pueblo mágico te enamora con sus paisajes frondosos y cascadas que escurren a pie de carretera.
La joya más preciada es su alma indígena; incluso en sus calles empedradas y acariciadas por la neblina, es posible escuchar el náhuatl como lengua madre. Con poco presupuesto, puedes encontrar hoteles limpios y cómodos, como "Tselotzin", operado por mujeres nahuas. Son cabañas rodeadas de un jardín medicinal, el costo promedio por noche es de 400 pesos. Para comer, te recomendamos la cecina ahumada y los tlayoyos que venden los domingos en el tianguis del trueque sobre las escalinatas de la plaza principal. Aquí está la parroquia de San Francisco, donde los voladores hacen su danza a mediodía. Otra delicia es el café y el pan de horno.
En tu escapada relámpago, debes visitar las cascadas de San Andrés Tzicuilan, a cinco kilómetros del pueblo, el Museo Etnográfico Calmahuistic, el Santuario de la Virgen de Guadalupe y su estilo neogótico inspirado en la Basílica de Lourdes en Francia y el centro ceremonial prehispánico de Yohualichan. La zona arqueológica estuvo habitada por los totonacas y se puede apreciar un edificio similar a la pirámide de los Nichos en Tajín.
Micos, Huasteca potosina
En este lugar, vas a necesitar unos buenos pulmones y mucha valentía para saltar siete cascadas de color turquesa. Deberás despojarte de cartera, lentes y todo aquello que se pueda perder y mojar. Tu única protección será un chaleco de flotación y un casco. Luego, hay que emprender el camino hacia la primera cascada de 1.5 metros de altura. Este salto puede ser el más difícil al ver la fuerza del agua. Como medida de seguridad, te sugerimos lanzarte como soldadito de plomo, con el cuerpo totalmente recto, pues la rudeza del agua puede provocar que las piernas se doblen y se lastime la espalda o el cuello. Después, vendrá la segunda cascada de casi tres metros; la tercera y la cuarta. De salto en salto, llegas a la séptima, la última, de ocho metros de altura, aquí sí darás tu mejor grito. Para realizar esta actividad, es necesario llevar un cambio de ropa, incluidos los zapatos. El mejor calzado para la aventura son botas antiderrapantes de uso rudo, así evitarás torceduras. Quién te lleva: Huaxteca.com, el costo es de 450 pesos por persona. Incluye transportación terrestre desde Ciudad Valles. Puedes sumar 200 pesos si deseas hospedaje en el hostal Pata de Perro, incluye desayuno.
Pinal de Amoles, Querétaro
En la Sierra Gorda, La Puerta del Cielo se abre para observar el encanto de un pueblo que aparece y desaparece en la recurrente neblina. Este mirador es una abertura entre las montañas que marcan el punto más alto del estado. El paisaje es igual de bello en el mirador de Cuatro Palos que tiene ante sí el Cerro de la Media Luna, el Exconvento de Bucareli y en el horizonte, la Peña de Bernal.
Para hospedarte, te recomendamos reservar una cabaña tipo safari, del campamento El Jabalí. Entre sus actividades, encontrarás los paseos en cuatrimoto hasta el Exconvento de Bucareli, una construcción de cantera, casi en ruinas que asombra por sus pinturas murales. El costo del tour es de mil 500 pesos por persona, incluyendo una noche de hospedaje y alimentos. Muy cerca se localiza el Parque Bucareli Extremo, en el cual hay un circuito de 11 tirolesas de 500 a 700 metros de largo que atraviesan el río Extóraz a más de 600 metros de altura. No puedes dejar a un lado la cascada "El Chuveje", con 35 metros de altura. Es un buen lugar para nadar en las aguas cristalinas del pozo que se forma a sus pies y que tiene una profundidad de casi un metro.
Guanajuato, Guanajuato
Esta ciudad Patrimonio de la Humanidad siempre es un deleite. Sus callejones románticos y el sinfín de espacios culturales invitan a visitarla más de una vez. Si buscas algo más que el Museo de las Momias, debes ir el al Museo Iconográfico del Quijote, con 800 obras realizadas por grandes genios como: José Guadalupe Posada, Salvador Dalí y Pablo Picasso. Otra opción es la Casa Diego Rivera con una colección de 175 obras que dan fiel testimonio de su calidad artística, por si quedaba duda. No te pierdas de un paseo por la Presa de la Olla, con lanchas para remar sobre el abastecimiento acuífero de la ciudad. No hay que olvidarse de las callejoneadas con estudiantina. Para comer, busca el Santo Café, sobre el Puente del Campanero. A cualquier hora, puedes probar sus pizzas a la leña y batidos de frutas tropicales. O qué tal una guacamaya: bolillo relleno con chicharrón duro, aguacate, pico de gallo, jugo de limón y salsa de chile de árbol seco. Por el hospedaje no te preocupes, Hostel Alonso tiene habitaciones privadas con baño para dos personas desde 250 pesos por persona, por noche. Incluye desayuno de fruta, jugo, café y la oportunidad de conocer nuevos amigos.
Malinalco, Estado de México
Este Pueblo Mágico atrae por su misticismo y ambiente relajado. Dicen que es un gran centro energético, por ello hay varios centros holísticos que ofrecen clases de meditación y yoga. Sus casas antiguas hoy son ocupadas por hoteles boutique, restaurantes y galerías de arte. En la montaña, encuentras cabañas como La Cuevita, un buen lugar para ir en pareja y olvidarse del ajetreo citadino. En la plaza principal, nunca faltará la comida; abundan los puestos de tacos: hay de cecina, bistec, pollo y suadero. El Edén y sus truchas son otra opción, así como Los Placeres y sus quesos fundidos con jamaica. Échate un mezcal o una cerveza en el Puente de Má-Li y no dejes de probar las nieves de zarzamora. En tu viaje, es de ley visitar la zona arqueológica, a la que llegas después de subir 400 escalones construidos por los aztecas. En la cúspide, está el templo Cuauhcalli, famoso en el mundo por su carácter monolítico. También, debes conocer la Parroquia del Divino Salvador y el ex convento agustino (con su monumental mural en blanco y negro que muestra el paraíso de Dios ofrecido al hombre). Si te gustan las compras, recorre los puestos del centro, puedes llevarte ropa hippie y joyería de madera.
Ruta del café, Veracruz
Sorbo a sorbo, conocerás dos pueblos veracruzanos que nacieron a los pies del Cofre de Perote y que son reconocidos por la producción de café de altura: Coatepec y Xico. En el primero, debes visitar el Museo Café-Tal Apan; por 35 pesos, te enseñan a recolectar las cerezas del café, a tostar y a degustarlo. En la calle Aldama, está el museo de las orquídeas, con más de cinco mil variedades.
Y si paseas por la plaza central, te encontrarás con puestos de toritos y de textiles elaborados por las mujeres en la sierra de Zongolica.
En Xico, visita la cascada de Texolo, una zona Ramsar donde se protegen los humedales. El velo de agua cristalina tiene una caída de 60 metros y se puede observar desde un mirador. La patrona del pueblo es Santa María Magdalena. En la parroquia principal, hay un museo dedicado a sus vestidos, más de 700, donados por los habitantes y personalidades. La calle Hidalgo es el paraíso de los licores y los moles. Duerme en las Cabañas del Puente, al pie de una cascada. La habitación sencilla tiene cama matrimonial y terraza con vista al río Coyopolan. Hay renta de caballos. Tarifa por noche desde 650 pesos.
Valle de Bravo, Estado de México
"Valle" es el refugio de parejas y de los que aman las actividades de aventura, como el vuelo en parapente. En compañía de un instructor, sobrevuelas el Pueblo Mágico, admirando la grandeza de su lago. Costo: mil 750 pesos por persona. En tierra, anímate a recorrer el centro custodiado por la iglesia de San Francisco de Asís y el Templo de Santa María Ahuacatlán y su Cristo Negro, considerado como muy milagroso. En el mercado, encuentras la mejor variedad gastronómica: desde el caldo de camarón, el huevo con machaca y los frijoles de olla, hasta los chiles rellenos bien capeados, por menos de 80 pesos. Prueba los esquites con camarón y los elotes asados al carbón que venden en la plaza principal. En los portales, se colocan puestos de garnachas: desde pambazos hasta pozole. Ya entrada la noche, échate un trago en La Mezcalería. Reserva unas horas para ir a chacharear al mercado de artesanías.
