Verdades y rumores
Después de una profunda revisión de transistores, luego de un recorrido fructífero por los outlets navideños de San Antonio que frecuenta el extesorero de Coahuila, Javier Villarreal, ahora en libertad, y soportando todo tipo de inclemencias del tiempo, la Pony, nuestra supercomputadora de caja blanca (que no “casa blanca”, ésa es la de la primera dama), se sacude el polvo y arranca su recorrido por las antiguas provincias de Nueva Vizcaya y Nueva Extremadura para evaluar y calificar la gestión de quienes hacen uso del dinero del erario para gobernar -y, a veces, desgobernar- en estas tierras de la carne asada en donde la civilización del guisado limitados alcances tiene.
Iniciamos, pues, con el gobernador de Coahuila, Rubén Moreira y sus huestes, quienes en este año, como en los anteriores, estuvieron muy ocupados tapando todavía los hoyos de la megadeuda que el Profe Bailarín nos dejó como regalo para 30 navidades.
Cuando la Pony se acerca a toda máquina al Palacio Rosa de la Urbe de Adobe, nota que en este agonizante 2014 la oficina legislativa de don Rubén anduvo muy activa proponiendo leyes y reformas a granel -ante la falta de dinero para obras. En cuanto al espeluznante tema de la seguridad, las estadísticas oficiales reportaron una baja en los delitos, sobre todo en los de alto impacto. No obstante, como suele ocurrir, esta disminución no se ha visto reflejada en la percepción de la atribulada ciudadanía que sigue viendo -y padeciendo- a los malandros que hacen de las suyas, aunque sean de bajo “impacto”, si no, ¿qué hacen?, dirán ellos. Respecto a la certificación de los elementos de seguridad, se consiguió que la totalidad pasara por las pruebas de control y confianza, punto a su favor; en consecuencia, el déficit de agentes sigue siendo grande en la entidad coahuilense, pero puede resolverse con tiempo. Entre los prietitos en el arroz destaca la confusión que imperó en el gabinete de don Rubén a la hora de dar información. Para muestra dos botones. En el caso de la masacre de Allende, ocho meses después de haberse manejado la cifra de 300 desaparecidos salieron con que “siempre no son tantos.” Sobre las golpeadas finanzas estatales, siete días después de haberse manejado la información del robo de documentos de la deuda, se dijo que no era cierto y que todos los papeles estaban en los escritorios, aunque nadie se dignó a mostrarlos. Otro punto, digamos inequitativo, son las giras de trabajo cuyos resultados son una gran mayoría de inversiones amarradas para Saltillo y Ramos Arizpe, dejando a La Laguna con apenas una pequeña rebanada del pastel, 4,000 buenos empleos en los próximos cuatro años, pero insuficientes al fin. Y a propósito de la transparencia, el Ejecutivo estatal se la pasó dando puras largas a la entrega de información sobre el desglose por región de la inversión en obras y programas. Pero no es difícil suponer que, nuevamente, la región Sureste fue la que salió ganona. Llamó harto la atención en este año que ya se va, el discurso asumido por el gobernador, quien cada vez que pudo culpó a sus críticos y criticones de los problemas para la atracción de inversiones, dejando de lado a la necesaria autocrítica que todo gobernante debe tener. Por todo esto, la Pony le asesta a Rubén Moreira un polvoroso SEIS Y MEDIO, con la acotación de que sobre advertencia no hay engaño, ya que el año pasado se había dicho que su siete podría empeorar si no se ponía las pilas, y en el caso de la deuda y de la distribución equitativa de inversión pública y privada no se hizo.
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Vamos ahora con el secretario de Gobierno, Armando Luna Canales, quien este año se dedicó a ajustar todo lo necesario en el Registro Civil para que los ansiados (es un decir) matrimonios gay fueran una realidad en toda esta provincia progresista. También enfocó parte de su tiempo en aplicar el sistema de brazalete para que varios reos pudieran purgar sus condenas en casa, lo cual generó algunas dudas a la luz de lo ocurrido en Piedras Negras, en donde se escaparon decenas de reos. Los maliciosos dijeron que si se les fugan de un penal, cuantimás de una casa. Pero el secretario Luna, al tener bajo su mando la Comisión de Seguridad Pública, fue uno de los artífices en la disminución de los índices delictivos en la entidad, por lo que él puede colgarse esa medallita y hasta presumirla. Ahora bien, don Armando fue el primer funcionario en asegurar que en Coahuila no faltaba dinero, a pesar de que los fiscales en la hermana República de Texas señalaron que el extesorero Villarreal y el exgobernador Jorge Torres López participaron en una red de corrupción para la lavar ingentes cantidades de dinero provenientes de las arcas estatales. No conforme con esto, acudió al Congreso local para participar en una reunión de la comisión especial para investigar el origen y destino de la deuda, pero optó por que las puertas se cerraran para que nadie más que ellos supieran qué ocurría ahí. Por estos claroscuros, la Pony lo hace pasar con el mismo SIETE de panzazo del año anterior.
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Con el procurador general de Justicia, Homero Ramos, la Pony entra en conflicto. Por una parte, la supercomputadora le reconoce su participación en la disminución de los índices delictivos, las reuniones con familias de personas desaparecidas cada dos meses y su gestión para conseguir apoyos sociales para dichos familiares. Pero por la otra, se percata de que los resultados del operativo Allende los presentó ¡ocho meses después! y con cifras contradictorias. Que el rezago en averiguaciones previas sigue siendo grande con todo y los esfuerzos sobrehumanos para abatirlo. Que entre esas averiguaciones figuran, curiosamente, las relacionadas con la megadeuda. Y que en el caso específico de Javier Villarreal, la oficina a su cargo sólo investiga el delito de falsificación de documentos para solicitar deuda a nombre del estado, pero no sobre las acusaciones de lavado de dinero que hay en las tierras del Tío Sam. Como en la balanza pesa más lo negativo que lo positivo, la Pony no sólo no puede aumentarle la calificación del año pasado, sino que se la baja a SEIS con el argumento de que no se ha querido tomar en serio su papel en temas clave para la provincia.
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Del secretario de Fiscalización, Jorge Verástegui, se puede decir que anotó un gol con la publicación de la página Coahuila Transparente, tan elogiada por algunos organismos civiles nacionales. Pero también se metió un feo autogol al prometer que iba a publicar en la misma página la información relacionada al gasto en publicidad oficial y luego no cumplió. Además, don Jorge también fue omiso a la hora de presionar para que se esclareciera la megadeuda, con todo y las denuncias presentadas por la Auditoría Superior del Estado, y prefirió voltear la mirada hacia otro lado. Debido a estas contradicciones y al poco trabajo realizado, a la Pony no le queda más que asestarle un feo CINCO Y MEDIO.
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Uno de los que se llevó la chamba más pesada fue el secretario de Finanzas, Ismael Ramos, quien si bien “tuvo la gentileza” de transparentar alguna información tras sus reuniones con diputados locales, avanzar en la liquidación de los interinatos de maestros y mantener una mano relativamente firme en los decomisos de vehículos sin placas y “chuecos”, fue errático al manejar el tema de la megadeuda. Don Lito prometió y no cumplió con la publicación de la lista de proveedores acreedores, a pesar de pedir más dinero prestado para pagarles. Solicitó la reestructura de los créditos legalizados por la pasada legislatura, pero se negó rotundamente a proporcionar la información sobre en qué fueron invertidos, con todo y que se contradijo al asegurar que los documentos no habían sido robados cuando primero declaró que sí. Por eso, sin miramientos la Pony le arrojaría un DOS, pero le reconoce que, por primera vez en muchos años, el tema de que todos seamos iguales ante la ley en el pago de impuestos y por tanto, la regularización forzada de autos importados ilegalmente, dígase Onappafa, Fedeppafa, Conappafa, Frian o como usted quiera, parezca avanzar, le sube a CINCO con la esperanza de que el próximo año aclare todo lo que hasta ahora no ha aclarado y se dé punto final al aberrante caso de los autos “chocolate”.
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Quien se debe sentir como el Dr. Jekyll y Mr. Hyde es el secretario de Desarrollo Económico, Antonio Gutiérrez Jardón, lagunero de sangre, pero con intereses de saltillense. Y es que aunque se mostró incansable en eso de las giras de promoción de Coahuila en el extranjero, con visitas a Centroamérica y Asia, en donde consiguió abrir una oficina de representación, la mayoría de las inversiones logradas ha aterrizado en la pujante Región Sureste, aunque ya por fin pudo amarrar una para La Laguna, de la cual comenzarán a verse los frutos hasta el año próximo. Además, se ha mostrado renuente a la hora de transparentar los gastos de tanto viajecito y sólo ha dado cifras generales. No obstante, a él se le atribuye el logro de haber rebasado la meta en la creación de empleos. Con muchas dudas, la Pony decide dejarle el SIETE del año pasado acompañado de una leyenda: “no se le olvide que usted es de la comarca”.
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En la Secretaría del Trabajo, Felícitas Molina fue sustituida por Víctor Zamora, quien se enfocó en realizar operativos para acabar con el trabajo infantil en la entidad, retirando a niños empacadores de los centros comerciales. También consiguió mantener en paz laboral al estado y anotó un gol con la firma del convenio para dar seguridad social a trabajadoras domésticas. Sin embargo, no ha dado información puntual sobre los resultados de cada uno de los operativos aplicados. Por lo tanto, su labor le alcanza para un OCHO.
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Cuando la Pony entra a los terrenos del secretario de Turismo, Alfonso Rodríguez Garza, comienzan a fallar sus transistores embriagados por la magia de los pueblos coahuilenses que impulsó a nivel federal a través de ferias y expos, lo cual es un punto a su favor. No obstante, a don Alfonso se le ha olvidado aplicar programas turísticos en la Región Centro y Carbonífera del estado, que son las que menos turismo registran. También en La Laguna se le ha extrañado en este sentido. Así que la supercomputadora, situada de nuevo en la realidad, le asesta un SIETE Y MEDIO con el afán de que tanta magia no le obnubile el pensamiento y se percate de que hay regiones que requieren de apoyo.
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Graves problemas tuvo la Pony para evaluar el trabajo de Noé Garza, secretario de Desarrollo Rural, ya que mientras él se la pasó presumiendo el impulso de proyectos productivos agrícolas, lo cierto es que en este año no se le vio que tenga un programa de desarrollo rural con objetivos específicos, ni medibles, por lo que la sospecha del uso clientelar de dichos recursos es mayúscula. Así es que vaya para don Noé (que no Noel) un espantoso TRES.
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De la mano del Bacheador y su amigo el Chapopote, la supercomputadora se fue a recorrer las obras que realizó el secretario de Infraestructura, Francisco Saracho. Pero inmediatamente se topó con problemas porque fueron escasas las nuevas que concluyó, como el Centro de Justicia para las Mujeres de Saltillo. El año se le fue a don Francisco (que no es el de Sábado Gigante) en tratar de terminar las obras que dejó inconclusas la pasada administración, pero aún así no logró concluir el Hospital General de Torreón, al que próximamente se le hará una fiesta con pastel de cinco velitas por su quinto aniversario de estar en gestación. Los más optimistas dirán, en descargo de Saracho, que al menos pudo inaugurar ¡por fin! el Sistema Vial Alianza en Torreón y el último tramo del bulevar Laguna, ya deteriorado en sus primeras etapas. Pero con todo, no le alcanza para una calificación decorosa y mucho menos al saber que su programa estrella, El Bacheador, no ha sido transparentado en sus alcances, costos y licitaciones. Así es que la Pony, sin misericordia, le propina un vergonzoso CUATRO Y MEDIO.
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A Gerardo Garza Melo, secretario de Gestión Urbana, hay que aplaudirle que al fin pudo sacar adelante el cacareado proyecto del Metrobús, que no será Metrobús, sino BRT, o sea, Bus Rapid Transit (nótese lo bilingüe de esta secretaría). Pero apenas se lanzó la licitación del proyecto ejecutivo, falta ver si el año que está por iniciar se concreta en tiempo y forma y, sobre todo, si le pasa por la mente que La Laguna es una zona metropolitana, que va más allá de Coahuila y se pone las pilas en la diplomacia para subir al aletargado Durango al sistema de transporte metropolitano. Lo que le faltó a la dependencia de Garza Melo fue aplicarse para abatir el rezago en el cumplimiento del programa permanente de transporte, por lo que siguen algunos camiones descarriados circulando por las calles de las ciudades coahuilenses. Punto a favor y punto en contra que le hacen acreedor a un SIETE marca Pony.
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Quien anduvo muy movido este año con su Plan 59 de combate a la marginación en las comunidades más pobres de Coahuila fue el secretario de Desarrollo Social, Rodrigo Fuentes Ávila, quien también integró a 21 municipios en la Cruzada contra el Hambre. Su labor también fue importante para el trabajo de reconstrucción del tejido social (lo que sea que esto signifique) en colonias con altos índices de violencia, como la Nuevo México en Torreón. No obstante, deja mucho a desear el manejo de las cifras, los criterios para la aplicación de programas y la construcción de los padrones, con lo cual no ha podido despejar las dudas del uso clientelar de los recursos que siempre ha habido sobre esta dependencia. Tampoco hay claridad en los resultados de las acciones. En este sentido, será interesante ver qué dice el Coneval el próximo año. Así las cosas, la Pony lo marca con un SEIS Y MEDIO.
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En el área de Educación, Jesús Ochoa parió chayotes para hacer cumplir la Reforma Educativa en el sentido de otorgar plazas de acuerdo a la calificación que obtuvieron los maestros en el examen, con lo cual se pretende eliminar la asignación discrecional en la que el sindicato magisterial casi siempre lleva la mano. Otro aspecto en el que trabajó fue el de la creación de un área especial para tratar el acoso escolar, pero cometió el error de anunciar que los niños que hacen “bullying” serían boletinados como si fueran delincuentes, pasándose por alto las disposiciones de los organismos de Derechos Humanos. Otros aspectos negativos fueron la escasa promoción de las acciones realizadas por el instituto de becas y la entrega al Congreso de un informe de trabajo general, sin detalles y sin actualización. Y a la hora de su comparecencia, se le hizo bolas el engrudo con las cifras del pago de interinatos. Por lo tanto, nuestra máquina de cálculos le da un penoso SEIS.
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Otra dependencia que tuvo relevo fue la secretaría de Salud, en donde Lauro Cortés dejó el changarro en manos de Héctor Mario Zapata. Éste, para corregir las pifias del año pasado, se adelantó en la campaña de vacunación contra la influenza, la cual arrancó antes de la temporada fuerte de esa enfermedad. Pero fiel a los contrastes del gobierno para el que trabaja, anunció la construcción de un nuevo hospital oncológico para Saltillo, mientras que incumplió la promesa de terminar el Hospital General de Torreón este año. Tanta promesa y desfase en esta obra le baja una calificación que pudo haber sido mejor y se la deja en SIETE Y MEDIO.
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En Medio Ambiente, la labor de Eglantina Canales tuvo este año más yerros que aciertos. Si bien lanzó un ambicioso programa de reforestación en el que se incluía una fuerte cantidad de árboles para La Laguna, en donde, “casualmente”, se empalmaron las campañas del ayuntamiento y de la asociación Laguna Yo Te Quiero, doña Eglantina olvidó un “pequeño detalle”: informar cómo iba a garantizar que tanta planta sobreviviera y quién se iba a encargar de cuidarla. Por lo que no dude, amigo lector, que el próximo año veremos varios cadáveres vegetales en las calles de nuestras ciudades. Y en el peliagudo tema del gas shale, frente a las advertencias de los ambientalistas, la secretaria se ha limitado a decir que “estarán atentos” a la extracción de hidrocarburos. Pero su dependencia debe supervisar que no se le haga más daño al medio ambiente estatal y prevenir cualquier desastre ambiental y no estar sólo a la expectativa de a ver qué pasa. Y a la fecha no hay un estudio del impacto ambiental que causará la explotación de los veneros del diablo en la provincia. Por lo tanto, la Pony la reprueba con un CUATRO.
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Terminamos el recorrido por Coahuila con la zarina de la Cultura en el estado, Ana Sofía García Camil, también lagunera. Ella intentó equilibrar en este año un poco los festivales artísticos que organizó para llevar a las distintas regiones del estado espectáculos de la misma calidad. También se esmeró en darle mayor proyección al Premio Manuel Acuña, el más importante que en literatura otorga el gobierno provincial. Pero le faltó innovar en los mencionados festivales, ya que casi siempre trae a los mismos artistas y en el mismo formato. Y también, el Consejo Ciudadano (así le dicen) que se creó para mejorar la participación de los cultureros en la toma de decisiones, dejó mucho a desear pues sólo sesionó una vez (no se vayan a cansar). Por ello, la Pony le otorga, con mucho dolor por tratarse de una lagunera, un nada presumible SIETE.
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Ni tarda ni perezosa, la Pony se da una aceitadita y se recupera de los haceres y deshaceres de los funcionarios coahuilenses para iniciar su trayecto en la tierra de los alacranes de dos y ocho patas. Así que comenzamos con el señor gobernador de Durango, Jorge Herrera Caldera que, entre lo bueno ha sabido mantener a raya los miembros de su partido. Ya dio muestras de que los que se mueven antes de tiempo “no salen en la foto”, o peor aún, pueden terminar enfrentando problemas del pasado, como al exalcalde Adán Soria, que incluso pisó prisión por una demanda mercantil. Después de ese manotazo político, y las consecuencias tras la fiestecita de Ismael Hernández, parece que los priistas entendieron el mensaje. Habrá qué ver qué tanto. Pero dentro de lo malo, hay que recordar el sabio dicho de que no se puede defender lo indefendible. Y es que a pesar de la crisis que vive el presidente Enrique Peña Nieto en varios aspectos, el gobernador sigue insistiendo en darle todo el crédito en obras, inauguraciones, eventos, etcétera. Esas referencias también le pueden costar políticamente fuera de Los Pinos y a pesar de eso, lo sigue haciendo. Es bueno que el gober sea agradecido, pero hay una línea delgada entre eso y los excesos, y más en este tiempo. Por otro lado, pesa mucho todavía en el ánimo de los laguneros que con todo y que fue esta región la que le dio el gane en la elección que lo llevó a sentarse en la silla del Palacio de Zambrano, los privilegios siguen siendo para la capital provincial. Y como muestra, basta mencionar que el proyecto del nuevo Hospital General sigue durmiendo el sueño de los justos, mientras que en Durango ya cuentan con un nosocomio hecho con toda la mano. También, el gobierno de don Jorge no quiso subirse al tren del proyecto del Metrobús, que ya va avanzando en Coahuila, así como tampoco ha dicho cuál va a ser su participación en la concreción de las obras del bulevar Laguna y el Metroparque en el lecho seco del río Nazas. En materia de seguridad, si bien es cierto que también los índices delictivos han bajado, la percepción, como en Coahuila, no ha mejorado y en Gómez Palacio y Lerdo la creación de las policías no tiene para cuándo concretarse. Por todo lo anterior, la Pony, inmisericorde, le lanza un SEIS de calificación.
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La Secretaría de Gobierno sufrió cambios en su jefatura este año, Jaime Fernández Saracho agarró hueso federal y entregó la estafeta en septiembre a Miguel Ángel Olvera. Entre los aciertos nos encontramos con que se ha logrado operar a tiempo las declaratorias de emergencia por sequía o lluvia y se ha podido avanzar en la aplicación del programa de prevención social de la violencia, aunque los resultados aún están por verse y de algunas obras aún no se tiene muy clara su utilidad. Pero dicen que al Profe Saracho se le subió a la cabeza el poder y buscó construir una candidatura desde la Secretaría, situación que no le agradó al gobernador y por eso el cambio, a pesar de que se manejó que había sido por la invitación de la Conapred. Puestas estas cartas sobre la mesa, la Pony suelta la suya marcada con un SIETE Y MEDIO.
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Con César Guillermo Rodríguez, secretario de Comunicaciones y Obras, la supermáquina evaluadora duda si darle una calificación ahora o el próximo año o fijar un plazo, aunque no se cumpla, como suele ocurrir en esta dependencia. Y es que si bien hay que reconocer que no se ha detenido la obra pública a pesar de la falta de recursos y ha sabido convencer a constructores de trabajar sin adelanto para evitar que se note una ausencia de trabajo en el Gobierno del Estado, poner fechas fatales a las entregas de obra ha sido su peor error. Casi en ninguna ha cumplido y, además, se molesta cuando se le recuerda. Su peor episodio fue sin duda cuando trató de justificar la construcción de oficinas en el Parque Sahuatoba, inventando discursos que en menos de una semana el gobernador le echó a perder al revocar dicha decisión. También tiene pendientes varias obras que corresponden a la Comarca Lagunera: Hospital General de Gómez Palacio, bulevar Laguna, Metroparque y el famoso Metrobús. "A ver para cuándo", dice la Pony, a la vez que le avienta un triste CUATRO Y MEDIO.
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En Desarrollo Rural, Francisco Gamboa por fin creó la policía ganadera con lo que se endurecieron las medidas para evitar que Durango siguiera exportando ganado enfermo, situación que ya le había costado el veto de Estados Unidos, provocando una gran pérdida económica para el estado. Pero el pie del que cojea es el frijol. Una vez más el tema de la comercialización y acopio de esta leguminosa queda con más dudas que respuestas. No se ha sabido poner orden a dicho esquema y cada año el problema con los campesinos es recurrente. De cualquier forma le alcanza para un SIETE.
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En la Secretaría de Educación compartieron créditos Luis Tomás Castro y Héctor Vela Valenzuela, quien entró en marzo, por lo que a él le corresponde la mayor parte de la calificación. Entre lo bueno, los maliciosos comentan que por fin se dio el tan añorado cambio en la Secretaría. Y se notó la ausencia del también exrrector de la UJED que no se llevaba bien con maestros, trabajadores ni la prensa. El regreso de Vela Valenzuela le volvió a dar otra dinámica a la Secretaría, donde había varios temas que le podían "incendiar" el estado al gobierno. Lo malo es que quizá el cambio fue demasiado tarde. Se perdieron varios meses valiosos de trabajo que prácticamente fueron desperdiciados por Tomás Castro, un personaje que, dicen, nunca debió haber llegado a un puesto de esa importancia. Con todo, la Pony arroja un desabrido SIETE Y MEDIO a la expectativa de ver qué puede hacer Vela en la recta final de la administración.
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A pesar de que Arturo Yáñez, secretario de Desarollo Social, siente que "se la deben" en su partido desde hace tiempo, no ha dejado de trabajar esperando que por fin llegue esa oportunidad que tanto le han prometido. Con sus carencias, pocos le pueden recriminar no ponerse la camiseta y trabajar en el cargo que le asignan. No obstante, sigue sin corregir esos detalles que le han impedido aspirar a un puesto de elección popular importante. Se nota su falta de preparación en algunos temas, actitudes y posturas. Quizá está pensando mal cómo sacarle provecho a esta dependencia en el plano electoral y eso no se lo perdona la Pony, celosa vigilante del uso de los recursos públicos, y lo deja con un SIETE.
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En la Secretaría del Trabajo también hubo cambios. Miguel Ángel Olvera dejó el changarro a Adrián Valles y de lo que sobresale en esta labor al alimón es que sigue Durango sin huelgas desde hacía varios años. Las negociaciones con la parte sindical y patronal han tenido buen eco y eso se destaca a nivel nacional para la atracción de varias empresas. Lo malo es el raquítico presupuesto que le dan en Durango para operar, por lo que el dinero que obtiene es de programas federales, que son su tabla de salvación. Lo cual los salva de una calificación menor a un OCHO.
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Le dicen a la Pony que lo único bueno que tiene Maximiliano Silerio, secretario de Medio Ambiente, es que al ser hijo de un exgobernador, difícilmente lo podrán quitar del puesto. Si esta es su principal virtud, imagínese sus defectos. En los temas torales de contaminación no ha actuado y los pretextos son los mismos de siempre: no tiene facultades o no le corresponde. No luce, no comunica. Una de las dependencias más grises del estado. Le han ganado el tirón en campañas y beneficios ecológicos en Durango. En resumen: una dependencia que sigue sin funcionar no merece más de UNO de calificación.
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Ya enfilada y afilada la supercomputadora, llega a los terrenos del secretario de Desarrollo Económico, Ricardo Navarrete, quien pese a la crisis económica en México, logró la atracción de nuevas empresas y la ampliación de otras. Ha sabido promocionar a Durango en el mundo. Pero como puntos negativos están dos grandes abandonos: la minería, que en este año no vio el arribo de nuevas compañías que decidieran invertir en Durango, lo que se refleja en los números finales del año; y el desarrollo equitativo de las regiones, en donde destaca lo olvidado que se tiene a Gómez Palacio y Lerdo en materia del arribo de nuevos y frescos capitales que puedan hacerle mejorar la calificación por encima de un SEIS.
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Eduardo Díaz Juárez, secretario de Salud, por fin consiguió la apertura del Hospital de Especialidades (hoy Hospital 450) después de años y años de promesas y arranques ficticios. Pero acá en Gómez Palacio el Hospital General nomás no tiene para cuándo arrancar. Otro punto a favor sería haber conseguido la base de más de mil trabajadores que tenían años sin una plaza. No obstante, no pudo contener las constantes protestas de trabajadores sindicalizados que afectan al servicio e imagen del sistema de salud en el estado. De plano o don Eduardo no puede imponer autoridad o las negociaciones con el sindicato no se han llevado por el camino adecuado. Así las cosas, va un SEIS rezagado y conflictuado para el secretario.
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La Pony llega a la oficina de Roberto Flores Mier, secretario de Seguridad Pública, escapando de algunos ladrones que aún no entienden el discurso oficial de que el estado ya está en "santa paz". Aquí se percata de que si bien es cierto que han bajado los índices de violencia en el estado y que quedaron atrás (esperemos que para siempre) esos años de asesinatos en plena vía pública y en el día, las cosas todavía no están para echar las campanas al vuelo. Sobre todo cuando se da cuenta de que sus agentes estatales siguen siendo de los más señalados por ineficientes y prepotentes. Así que como don Roberto presume una policía de élite que no han sabido ganarse esa distinción, la máquina de mil batallas le pida que presuma un tremendo SEIS, a ver si puede.
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Sonia Yadira de la Garza, fiscal general del Estado, la única mujer en el gabinete de Jorge Herrera, ha enfocado sus baterías en el combate al secuestro. En el año se han desarticulado más de 20 bandas que operaban en el estado y las cifras por ese delito siguen a la baja. Durango destaca en la lucha contra los plagios, que en años anteriores fue un lastre para los duranguenses. En lo que no destaca es en el combate a los delitos sexuales, ya que tardaron meses en reaccionar a una crisis provocada por un violador serial en La Laguna de Durango, que al final fue detenido en Coahuila. Además, sus agentes siguen de traviesos, por lo que encabezan las quejas ante Derechos Humanos y no se ve cómo vaya a solucionarlo. Incluso han sido señalados y enjuiciados por cometer delitos y extorsiones. Así que con el enorme pendiente de la depuración en la Fiscalía y el abandono en el que se encuentra la Vicefiscalía de La Laguna de Durango, en donde parece no haber titular, la Pony le dispara un SIETE que espera no ser víctima de los agentes abusones.
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Si algo ha conseguido Durango son atractivos turísticos para todo tipo de gustos y niveles socioeconómicos. Pero esta chamba no es del secretario de Turismo, José Ángel Reynosa, ya que desde hace años se ha trabajado en ese tema y hoy se puede ver el fruto con el regreso de turistas canadienses y americanos, ausentes por varios años. Y una gran mancha en su labor se encuentra en que tiene a su favor lo que ningún otro secretario de turismo en la historia, la supercarretera, que no ha sabido aprovechar. Mazatlán fue el más beneficiado, cuando se esperaba que fuera Durango. Además, la dependencia sigue con deficiencias en su departamento de comunicación y planeación. En este sentido, el anuncio de la construcción de los estudios Churubusco en la entidad quedó en un rotundo fracaso. También metió un gol, que más bien fue autogol, con el patrocinio de la película La Dictadura Perfecta, que denuncia con sorna las "sutilezas" del régimen actual priista. Así es que, caminando sobre las hermosas playas mazatlecas y bajo el sol del Pacífico, la Pony suelta un CUATRO en forma de traje de baño.
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A punto de retirarse a descansar en un camastro playero de tan ardua labor de poner calificaciones, la Pony se dispone a revisar el trabajo de Rubén Ontiveros como director del Instituto de Cultura, quien continuó causando controversia y atrayendo críticas por su desempeño. Por un lado, ha sabido mantener al Festival Revueltas como el más importante del estado. El cartel de artistas y actividades es mucho más interesante y atractivo cada año y se ha logrado posicionar ya a nivel nacional. Pero el uso del presupuesto, que cada vez es menor, no está bien empleado, ya que se enfoca en contratar a artistas de talla mundial como Miguel Bosé, mientras relega a artistas locales a los cuales no les pagan. Son evidentes las fallas en la planeación de la dependencia y el favoritismo por la capital de los alacranes, a donde se llevan los mejores artistas en el Festival de marras, dejando a La Laguna con las sobritas. Por esa inequidad regional, desde la Comarca Lagunera, la Pony dispara un trágico DOS.
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Con esto, la Pony concluye la primera parte de su dotación de calificaciones, esperando que los jefazos provinciales y sus cortes asuman con templanza y apertura los números computados con base a su trabajo, y con la convicción de que la mejor evaluación es la que usted, estimado lector, puede hacer. El miércoles próximo, les toca el turno a los ayuntamientos de la Comarca Lagunera, que no se salvarán de los juicios de la prodigiosa supercomputadora.
