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El Síndrome de Esquilo

CONSUMISMO NAVIDEÑO (INSATISFACCIÓN GARANTIZADA)

El Síndrome de Esquilo

El Síndrome de Esquilo

VICENTE ALFONSO

Muchos anuncios, sobre todo en esta temporada, prometen el éxtasis en dos palabras: satisfacción garantizada. "Cumplimos o te devolvemos tu dinero". Sí, cada vez existen más productos. Pero de eso a garantizar el bienestar hay una gran contradicción, característica del consumismo.

Vamos por pasos. Ya que necesitamos satisfacer necesidades (agua, comida, ropa) el consumo es parte de nuestra vida. Más aún, todas las formas de vida consumen algo (agua, luz, oxígeno, nitrógeno, CO2). ¿Cuál es entonces la diferencia entre consumo y consumismo?

A diferencia del consumo, que es un rasgo de los individuos, el consumismo es un atributo de las sociedades. En una sociedad consumista el consumo se vuelve el motor de las relaciones sociales, es el centro en la vida de la mayoría de las personas (las plazas comerciales son los nuevos parques a donde vamos con la idea de que comprar es divertido). Así pues, el consumismo llega cuando la acción de consumir desplaza del rol central a la acción de trabajar.

Zygmunt Bauman, autor de Vida de consumo (Fondo de Cultura Económica, 2009) lo explica así: pensamos que una forma de vida consumista implica apropiarse de objetos, poseerlos y acumularlos para usarlos más tarde. Eso ocurría hace cien años. Como la seguridad a largo plazo era un valor primordial, los bienes no eran para consumo inmediato. Estaban pensados para no dañarse ni devaluarse.

Cuando la abuelita dice que "ya no hacen las cosas como antes" tiene razón. Los baúles, las sillas y las máquinas de coser de hace un siglo estaban hechos para durar. ¿Se imagina alguien heredándole su iphone a su nieto, para que él a su vez lo herede a sus descendientes? Esa es una característica de las sociedades consumistas: la mercancía nos llega con fecha de caducidad. Eso cambia nuestra percepción del tiempo. Ya no es cíclico ni lineal, como era para otras sociedades, sino un tiempo formado por instantes independientes. Bauman aclara: "en una sociedad así no hay lugar para la idea de 'progreso' entendido como un río de tiempo que se va llenando lenta pero sostenidamente gracias al esfuerzo humano. Esa imagen ha sido reemplazada por la creencia de que el objetivo primordial 'podía y debía alcanzarse quizá en los próximos momentos, quizá en este mismo momento'". La necesidad no es prepararse para el futuro, sino estar listo en este momento.

La publicidad insiste en que necesitamos siempre la versión más nueva de todo (¿cada cuándo nuestra computadora detecta actualizaciones de programas?) Pero esta dinámica entraña una contradicción: para que el modelo funcione, es necesario que los miembros de la sociedad persigan la satisfacción (comprando), pero también es necesario que nunca la alcancen permanentemente. Así pues, el principio básico del consumismo es lograr que las personas compren, no que acumulen y mucho menos que sacien sus necesidades. Entre más compren, mejor. Por eso los productos son devaluados casi de inmediato: la novedad de hoy es la basura de mañana. Eso genera otro problema. Jamás en la historia de la raza humana las personas habían comprado tanto, y tampoco se había producido tanta basura.

Hay que decirlo: buena parte del trabajo que se realiza en el planeta no apunta a aliviar necesidades, sino a crearlas. Cada vez que consumimos algo innecesario propiciamos que otros se queden sin cubrir necesidades básicas. En este momento cientos de millones de personas en todo el orbe producen basura, mientras a la mitad de la población mundial sus ingresos no le alcanzan para comer. Según la UNICEF en México más de 50.6 millones de personas no pueden cubrir sus necesidades básicas de salud, educación, alimentación y vestido ni dedicando todos sus recursos a eso. A 20 millones no le alcanza ni para comer.

Las raíces del problema son profundas. Ya lo dijo la antropóloga británica Mary Douglas: "mientras no sepamos para qué y por qué la gente necesita lujos (bienes más allá de nuestras necesidades básicas) no estaremos tratando los problemas de la desigualdad ni remotamente en serio".

Twitter: @vicente_alfonso

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