Insiste. La seguridad es un tema prioritario, pero los resultados no llegan, o no son los buscados.
Mientras México gasta el equivalente al 27.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en mantener la paz, el País enfrenta una espiral de violencia que ha triplicado los índices de criminalidad.
Así lo revela un documento del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados, que recupera datos del Instituto para la Economía y la Paz (IEP), el Índice de la Paz Global (IPG), de la OCDE, así como de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Crimen (UNODC).
"El estudio calcula un costo de 334 mil millones de dólares, cifra equivalente a 27.7 por ciento del PIB o de dos veces el presupuesto para salud y educación", asegura el informe, titulado Índice sobre la paz global y en México.
"Este costo se compone del gasto que erogan los gobiernos para mantener la ley y el orden a través de la policía, el sistema judicial y el penitenciario", señala.
Según la investigación, desde el inicio de la llamada "guerra contra las drogas" México ha triplicado las tasas de criminalidad en sus zonas de mayor conflicto.
"Continúa en una espiral de violencia que tiene su origen en la guerra contra el narcotráfico que inició en la pasada administración", se indica.
De acuerdo con el estudio, la situación del país ha provocado un aumento de la presencia de integrantes de fuerzas de seguridad desplegadas en el territorio, sin que ello implique una disminución del número de crímenes que se comenten.
"Entre las barreras que enfrenta nuestro país para el logro de la paz, está el débil arreglo institucional que diluye la efectividad de la política anticrimen, debilidad que se entiende por la falta de coordinación entre las instancias federales, estatales y municipales (...) así como por la divergencia en las capacidades de las personas que integran las instituciones que hacen frente a la violencia en los tres órdenes de Gobierno", afirmó Gabriel Fernández Espejel, autor del informe.
En términos de índices de paz global, el investigador advierte que entre 2008 y 2014, el mundo se convirtió en un lugar menos pacífico para vivir.
Los hechos que llevaron a este declive son la actividad terrorista, el número de conflictos internos y externos, y el número de desplazados como porcentaje de la población.
En contraste, dijo, las variables que experimentaron mejorías son terror político, número de muertos en conflictos externos y número de homicidios; en resumen, sólo 4 de las 22 variables mejoraron.