Para quienes crecimos en los años sesenta, resulta muy significativo el restablecimiento de relaciones entre los Estados Unidos y Cuba.
El bloqueo comercial, decretado por la OEA, a petición de E.U., le hizo mucho daño a los cubanos, pero nunca quebrantó su espíritu de lucha, ni mucho menos, doblegó su orgullo caribeño.
Grandes limitaciones afectaban la vida de la isla, cuando la visité allá por los años ochenta, pero el espíritu patriótico no se quebraba. Alguna vez, un cubano me dijo: "Mira chico, los gringos pueden tomar la isla cuando quieran….pero la tomarán sin un cubano vivo".
Todos estaban dispuestos a morir por su patria, si eso era necesario para salvar su honor. Y todo el pueblo estaba armado, preparado para cualquier invasión.
El grito del Che, seguía vivo en la isla, como si fuera el último día del año 59: "Patria o muerte…venceremos".
La revolución había triunfado y los revolucionarios entraban a La Habana, pero ahí apenas se iniciaba la historia.
La larga permanencia de Fidel al frente del gobierno y el agobio extenuante del bloqueo, deterioraron todos. Aunque estoy seguro que este paso que dio Raúl, tiene el consentimiento de Fidel, en la historia quedará como si el viejo dictador nunca se hubiera rendido.
Lo asombroso del caso, es que fue un representante del Papa Francisco, quien sirvió de puente para ese entendimiento. Es bien sabido que la Iglesia, siempre se ha metido en cosas terrenales, no obstante lo que diga el Tratado de Letrán.
En condiciones semejantes cayó el Muro de Berlín; y cambió de régimen Polonia. No es ya como en la antigüedad que el Papa tenía que ver en todo poder terrenal, pero aún quedan resabios de los buenos oficios que un Papa puede realizar a favor de la paz y la armonía de los pueblos.
Entre los pueblos del mundo, el Papa no es sino el representante del Estado Vaticano. Pero tiene también la cualidad de ser la cabeza de la Iglesia Católica y eso es lo que pesa más.
Desde luego que el camino que hoy emprende Cuba, está muy lejos de haberse completado, de hecho, muchos imponderables pueden suceder en el camino.
Por ejemplo. ¿Qué va a suceder, cuando se convoque a elecciones y E.U. quiera supervisarlas? Los cubanos no se van a dejar, pues de hecho eso atentaría contra los principios internacionales de la libre determinación de los pueblos y la no intervención.
Por lo pronto, Cuba vuelve a la escena política de los pueblos de América, después de aquella ignominiosa expulsión de la OEA, en la que sólo México se opuso a la medida.
Desde entonces hasta antes del "comes y te vas", nuestro país había mantenido una postura digna ante los Estados Unidos, pero llegó Fox y acabó con el cuadro doblándose ostensiblemente ante los gringos.
El deslenguado presidente ignoraba que entre E.U. y México, ese era un valor entendido, porque siempre que necesitaba un intermediario ante Fidel, recurría a México y eso le era útil al país vecino.
Valdría la pena, en años venideros si lo permite Dios, visitar la isla para hacer un comparativo entre antes y después del restablecimiento.
La revolución cubana fue emblemática para los jóvenes de mi generación y, honestamente, yo no me imaginé ver que ambos estados hicieran las pases, después de haber vivido momentos de tensión tan grandes, que se estuvo a un paso de una tercera guerra mundial.
La voz del Che vuelve a retumbar en Cuba, con el grito de: "Hasta la victoria siempre" o "Patria o muerte…venceremos".
Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano".
