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Fin a un embargo inútil

Actitudes

JOSÉ SANTIAGO HEALY

La reanudación de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos es una clara muestra de que en medio de los nubarrones internacionales es posible alcanzar acuerdos sensatos, maduros y visionarios.

El anuncio realizado el pasado miércoles por el presidente Barack Obama y su homólogo Raúl Castro tomó por sorpresa a medio mundo porque nadie imaginó que un convenio de tal naturaleza se venía negociando desde meses atrás.

Detrás de esta noticia hay personajes como el papa Francisco que intervinieron de manera insistente para empujar la suspensión de un bloqueo comercial y político de 54 años de duración por demás inútil y dañino no sólo para los cubanos sino para la región entera.

A petición del Sumo Pontífice, el pasado mes de octubre se reunieron las delegaciones de ambos países en El Vaticano para negociar la reanudación de relaciones diplomáticas y un alto al embargo impuesto por Estados Unidos en octubre de 1960 en respuesta a las acciones expropiadoras del gobierno revolucionario de Fidel Castro contra empresas norteamericanas.

Desde la Santa Sede, Francisco se dio a la tarea de escribir en varias ocasiones a Obama y a Castro para convencerlos de los beneficios que traería el fin del bloqueo que se convirtió por cinco décadas en uno de las armas de propaganda más socorridas del régimen socialista cubano.

El embargo norteamericano fue recrudecido en varias ocasiones de acuerdo a las relaciones de ambos países, pero a final de cuentas afectó a la dos naciones.

A Cuba lo sumió en una pobreza y subdesarrollo crónicos mientras que a Estados Unidos le perjudicó tremendamente en sus relaciones con el resto de América Latina sin olvidar que en represalia los cubanos se dedicaron por años a exportar guerrilleros y su ideología revolucionaria.

Hubo muchos otros intentos de acabar con el embargo, pero siempre se estrellaban contra la cerrazón y el orgullo de Fidel Casto o contra la soberbia y la altivez de los gobiernos norteamericanos.

Fue en enero de 1998 cuando el papa Juan Pablo II visitó Cuba para abrogar por el fin del aislamiento de la isla caribeña.

"Cuba debe abrirse al mundo y el mundo a Cuba", sentenció Karol Wojtyla en su histórico mensaje que todos interpretaron como el inminente fin del bloqueo comercial y político a la isla.

Pero no sucedió así, el comandante Fidel Castro no quiso ceder un ápice en las negociaciones con Estados Unidos en tanto la Casa Blanca, ocupada entonces por el presidente Bill Clinton, impuso firmes condiciones antes de levantar las sanciones.

Desde muchos años atrás Cuba y su población sufrían los estragos del aislamiento, no obstante se las ingenió para sobrevivir, ya fuera aliándose al régimen comunista soviético o bien con el apoyo de México, España, Venezuela y recientemente Irán y Corea del Norte.

Pero lo cierto es que Cuba necesitaba hoy más que nunca dar la vuelta a la hoja y reanudar relaciones con su país vecino y poderoso. Lo mismo para los Estados Unidos el bloqueo resultaba absurdo cuando mantiene relaciones con naciones más antagónicas que Cuba.

El proceso para restañar las heridas y los sinsabores de tantas décadas no será sencillo ni estará exento de altibajos. Ya amenazó la derecha republicana por conducto del senador de origen cubano Marco Rubio, su oposición a esta decisión de Obama.

Advirtió que sus compañeros del Senado no aprobarán presupuesto para una embajada norteamericana en La Habana y que harán todo lo que esté a su alcance para impedir el fin del bloqueo.

México y Latinoamérica aplaudieron ayer la noticia y mandatarios procubanos como Nicolás Maduro de Venezuela lanzaron mar de elogios a Obama y Castro por el acuerdo.

Para México el restablecimiento de las relaciones representa un gran respiro toda vez que Cuba fue por muchos años el amigo incómodo en su relación con Estados Unidos.

Se evitarán hechos vergonzosos como aquella célebre frase del "comes y te vas" que pronunciara Vicente Fox ante la visita de Fidel Casto a Monterrey en donde estaría presente George W. Bush.

Para las empresas mexicanas se abre la oportunidad de invertir en un país hambriento de infraestructura en todos los ámbitos sin descartar que las playas mexicanas podrían sufrir en el futuro si Cuba se pone de moda y logra como en pasado atraer al turismo yanqui.

Lo cierto también es que muchos norteamericanos estarán felices de poder en breve fumar puros Cohiba y Montecristo legalmente amén de disfrutar de los rones cubanos.

 APUNTE FINAL

¿Será verdad que el fin del programa semanal Tercer Grado obedece a que concluyó su ciclo cuando supuestamente era uno de los programas más vistos de la televisión? ¿O por el contrario se trata de una concesión de Televisa al régimen para apaciguar las críticas contra el presidente Enrique Peña Nieto?

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