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Museo Jumex

Una plataforma para el arte contemporáneo

Museo Jumex

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Gregorio Muñoz

El Museo Jumex es la plataforma principal de la fundación y el espacio de la Colección Jumex. El edificio, diseñado por el arquitecto británico David Chipperfield, fue pensado como un sitio único para fomentar el descubrimiento, la reflexión y el aprendizaje del arte contemporáneo, esto a través de un programa crítico que cuestiona los paradigmas de pensamiento y los grandes temas de nuestro tiempo.

Ubicado frente a la ultramoderna Plaza Carso, de la Ciudad de México, El Museo Jumex se ha convertido en la principal ventana de exposición de la Fundación Jumex Arte Contemporáneo, poseedora de uno de los acervos más relevantes del país: la Colección Jumex. Este cuerpo de obra le permite ofrecer muestras únicas, sustentadas en nutridas investigaciones y con un diseño y producción museográfica de alto nivel.

El edificio es la primera obra arquitectónica proyectada por David Chipperfield en Latinoamérica, quien la diseñó con una forma que honra su origen y entorno al incorporar materiales de procedencia nacional. Esta emblemática construcción y las actividades que ahí se desarrollan, han buscado ser protagonistas del núcleo cultural de México.

Construido sobre un terreno de dos mil 500 metros cuadrados, el museo se distribuye en cinco plantas (sótano, planta baja y niveles 1, 2 y 3) que suman más de seis mil 600 metros cuadrados. Su diseño incluye zonas de encuentro, intercambio y respiro que complementan la experiencia del visitante y le dan vida propia, convirtiendo al Museo Jumex en un espacio único, plural e incluyente para reflexionar, conocer y experimentar el arte contemporáneo.

Fundación Jumex Arte Contemporáneo (FJAC) buscará crear una comunidad que trascienda sus instalaciones a través de una plataforma digital (www.fundacionjumex.org). Este portal en línea se complementará con versiones móviles y presencia activa en redes sociales. Cuenta con tres apoyos estructurales: fomento e investigación; el liderazgo de su fundador Eugenio López Alonso, y el apoyo de Grupo Jumex, empresa líder en su segmento.

EL ORIGEN

Fundada en 2001, con el propósito de promover la producción y el conocimiento del arte, FJAC cuenta con un extenso programa de exposiciones, actividades educativas e investigaciones, que buscan generar nuevas propuestas de apoyo cultural. Todo esto con el respaldo de Grupo Jumex, fundado en 1961 por Federico y Eugenio López Rodea, empresa cien por ciento mexicana, líder en la producción de jugos y néctares.

La Colección tuvo sus inicios en los noventa. La nave industrial que alberga una de las colecciones de arte contemporáneo más importes de América Latina está ubicada en las instalaciones de las fábricas del Grupo Jumex. Este recinto no sólo ha fungido como el custodio de alrededor de dos mil 700 piezas de arte moderno, también ha sido el impulsor de importantes programas de desarrollo de proyectos artísticos, curatoriales y editoriales a través de la fundación.

Además, preocupada por el contexto social y educativo de México, la Fundación Jumex ha sido generadora de programas de becas de posgrados para estudiantes y profesionistas del área, y ha contribuido con diversas actividades artísticas como conferencias, cursos y talleres. La nave de Ecatepec, Estado de México, posee una enorme biblioteca especializada con más de seis mil 200 títulos disponibles y cerca de 350 expedientes de artistas contemporáneos mexicanos.

Tanto la fundación, como la colección, han representado un hito para el arte contemporáneo en México y Latinoamérica, han seguido el hilo conductor del visionario que comenzó esta historia, Eugenio López, y han sido capaces de concebir lo que en un inicio parecía descabellado, incluso yendo más allá de la frontera de las posibilidades: la construcción del Museo Jumex.

UN DIRECTOR COMPROMETIDO

Patrick Charpenel, director del Museo Jumex, explica que aunque la Colección Jumex constituye un elemento fundamental en la estructura de la fundación, el eje principal del programa del museo es en realidad la educación y la investigación, pues es a través de ellos que se puede lograr la transformación de un sector de la población de la Ciudad de México.

Patrick Charpenel, originario de Guadalajara, formó parte, en 1986, del taller de Ramiro Torreblanca en la capital tapatía, y más tarde fue colaborador del taller del maestro Juan Soriano, en París. Se graduó de la carrera de Filosofía de la Universidad de Guadalajara, y obtuvo su Maestría en Filosofía en esa misma institución académica. Ha sido curador, critico de arte, y parte fundamental de Fundación Jumex.

“El museo está desplegando un programa de exposiciones y de actividades culturales diseñadas para impactar en la formación de público. El contenido de nuestro programa de arte contemporáneo es internacional, pero está pensado para influir el sistema social de México. Por ello, estamos contribuyendo a formar nuevos públicos en materia de cultura contemporánea”, explicó el director.

Sobre la forma en la que han logrado crear vínculos con la población de su entorno, Charpenel comentó que la posición que han asumido como institución, es deliberadamente social. Por ello, su programa de actividades se activa parcialmente fuera del museo. Realizando proyectos en sectores rezagados de la riqueza y del poder. Es en esos lugares donde se disloca el sistema cultural y económico del país. El impacto social que tienen estas estrategias es enorme y contribuye a la recodificación de la identidad nacional.

“La respuesta del publico ha sido muy buena. Hemos puesto en circulación publicaciones académicas muy complejas con un éxito de la crítica y con ventas en todo el mundo. Somos una de las pocas instituciones que al margen de los catálogos que acompañan cualquier exposición, edita textos académicos y monografías de autores fundamentales en la historia reciente de México. Estamos muy contentos con el resultado de este proyecto”.

Con la intención de caminar de la mano de las nuevas plataformas de la informática, el director del museo inaugurado en noviembre de 2013, explica que todas las nuevas tecnologías de comunicación están ya dentro de su sistema de difusión y de sus prácticas cotidianas, esto bajo la consideración de que la tecnología usada con responsabilidad incrementa el impacto de su programa.

UNA MANO LAGUNERA

Verónica Anaya, lagunera que durante años ha sido la encargada de la adquisición de obra para la Colección Jumex, explica que para adquirir una pieza, como primer paso se analiza lo que hace falta en la colección, ya sea un artista o algún movimiento necesarios para enriquecer la colección. Darle seguimiento a un artista, o a un movimiento en especial, o incluso introducir nuevos protagonistas del arte, son criterios que se toman al momento de comprar una obra.

Una vez que la obra ingresa a la Colección Jumex, se da seguimiento al artista, a la posibilidad de exhibir la obra en alguna exposición ya sea dentro de la colección o como préstamo a alguna otra colección o exposición en otro museo, tanto en México o en el extranjero.

Para Verónica, los elementos a valorar, cuando se selecciona una obra, van desde la calidad y el tiempo invertido para la creación, como la dedicación y el discurso que hay detrás de una propuesta artística, sea cual sea el género o formato en el que se presente.

Un fenómeno que destaca la curadora lagunera es que hoy en día se ve muchísimo más la presencia de los artistas mexicanos en las galerías internacionales, así como en muestras colectivas e individuales en diferentes museos o colecciones, en países de mercados competidos, como el Estados Unidos o varios de Europa.

“Anteriormente los artistas latinoamericanos, lo que incluye a los mexicanos, estaban clasificados bajo la denominación de artistas latinoamericanos, pero desde hace unos ocho años aproximadamente, han cruzado la frontera hacia la categoría de artistas contemporáneos, esto es un gran avance, sobre todo para el creador; por ejemplo, los mexicanos que se encuentran en esta categoría y en grandes colecciones como el MOMA, el MOCA (Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles), el TATE en Londres, son artistas como Gabriel Orozco, Abraham Cruz Villegas, Gabriel De la Mora, Damián Ortega, Mario García Torres, Pedro Reyes y Mariana Castillo Deball, entre otros”.

UNA MIRADA AL ESPACIO

La presencia del nuevo edificio del Museo Jumex es una notable contribución en la briosa transformación de la antigua área industrial de la colonia Ampliación Granada de la Ciudad de México. Las más variadas expresiones de la arquitectura contemporánea se han ido sumando en esta zona del norponiente capitalino, imprimiendo un sello de vitalidad y pujanza.

Ubicado en un predio triangular en la confluencia del bulevar Miguel de Cervantes Saavedra y la vías del Ferrocarril de Cuernavaca, el Museo Jumex se desplanta junto a la Plaza Carso, su vecina inmediata, y al centro comercial Antara, ubicado al otro lado de la calle.

La solidez de su volumetría comprende, como ha señalado Miquel Adrià, “un sinfín de referencias”. El sentido de su modernidad lleva la marca de Le Corbusier y uno de los cinco puntos de la arquitectura: el edificio sostenido sobre pilotes o columnas. La silueta recortada de su techumbre es un alusión al primer recinto en el que la colección se instaló inicialmente y a las grandes naves industriales que poblaron esta zona del Distrito Federal. También, a los emblemáticos talleres de pintura diseñados por O'Gorman en San Ángel.

En el sentido atemporal, los elementos arquitectónicos ligan al edificio con la arquitectura de Bernini y Miguel Ángel en San Pedro en Roma, con el Pabellón de Barcelona de Mies Van der Rohe, o con los laboratorios Salk de la Jolla de Louis Khan, gracias al uso del travertino en pisos, muros y cubierta. En sus espacios, las grandes aberturas del piso intermedio remiten a la fresca interioridad de las logias renacentistas. Finalmente, se vincula de manera humorística al paisaje, con las estilizadas siluetas de un personaje de Cómic en el perfil de su fachada norte.

Conformado por dos elementos básicos: una plaza frontal y el edificio sede del museo, da un sentido de escala a las calles adyacentes, marcando el remate de un largo trayecto a lo largo de la Avenida Cervantes, constituyéndose, de ese modo, en un punto referencial en un conflictivo cruce de avenidas y al mismo tiempo revelando que la monumentalidad no es una cuestión de dimensiones mayúsculas.

Desde los accesos a la plaza, el espacio exterior entabla un diálogo con el contexto y con los usuarios por medio de rampas o suaves escalinatas. Esta interacción se prolonga al interior en sus diferentes espacios: el plano y horizontal vestíbulo, los espacios verticales de escaleras y ambulatorios posteriores y la luminosa espacialidad de la sala principal de exposiciones.

El edificio materializa un terreno común en el que lo público convive con lo privado; el dinámico tránsito urbano con el sosegado recorrido por las galería; el espacio interior con el exterior; la obscuridad con la luz; el bullicio con el silencio.

La sencilla geometría de sus líneas nos remite a la racionalidad Miesiana, sorprendiéndonos con trazas diagonales que corresponden a los alineamientos de los límites del terreno y que se replican hacia el interior. La trama reticular es transformada en una sutil traza de plantas en forma de trapecio.

La robustez de las catorce columnas que soportan el perímetro del edificio es igualmente un juego delicado y ambiguo: hacia el exterior, y protegidas por el faldón que circunda la parte inferior del edificio, marca una escala humana a los accesos y permite una visión apaisada y horizontal desde dentro. En el interior, en cambio, las columnas desprovistas ya de su protección externa se desdoblan y dan una escala monumental al vestíbulo de acceso y a la cafetería.

La dualidad es una constante del proyecto: el concreto combinado con materiales pétreos en el recubrimiento exterior y en los pisos; la menor altura de las dos primeras plantas para el acceso y los servicios, a las que se superponen in crescendo los espacios para las exposiciones en los dos pisos superiores; los lugares cerrados frente a los deambulatorios perimetrales y abiertos en la planta intermedia; la luz artificial frente al claristorio de la cubierta en el piso último. Juegos de opuestos que con la economía de sus elementos, ofrecen a visitantes y usuarios una riquísima y variada experiencia vital.

Chipperfield mismo ha señalado la importancia del clima y el sentido colaborativo de la disciplina arquitectónica y a él responde con la generosa oquedad de los muros intermedios que son miradores a los que la ciudad se asoma y la misma urbe se vierte hacia dentro. También encierra la naturaleza ambivalente de los museos que demandan una dinámica de la circulación frente a la estática de contemplación; la naturaleza social de los museos, como punto de encuentro.

El Museo Jumex, en suma, enriquece el horizonte metropolitano que ha sido casi impermeable a la presencia de firmas extranjeras. Con la sosegada presencia de sus colores claros, ofrece un espacio para el arte a la vez que es una pieza de arte más, que sin estridencia, es testimonio de que la arquitectura y la ciudad conforman un binomio indisoluble.

EDUCACIÓN CONTINUA

Fundación Jumex Arte Contemporáneo realiza programas y proyectos educativos enfocados en la creación de vínculos comunitarios con diversos grupos sociales a través de su conocimiento del arte. Para este propósito se han entablado relaciones previas con comunidades cercanas a la Galería Jumex, ubicada en Ecatepec, y otras en el Distrito Federal. De igual forma, a través de esta línea de trabajo educativo se busca ampliar la influencia del Museo Jumex como una institución con un alto sentido de responsabilidad social.

La fundación ha trabajado desde hace seis años con la Comunidad de San Carlos, una colonia del Municipio de Ecatepec, invitando a artistas vinculados a la práctica social para colaborar en la planeación e implementación de un programa anual de talleres con adolescentes.

Para el desarrollo de este programa, los artistas, que son previamente capacitados en la metodología de mediación educativa, realizan un conocimiento de campo en la zona para identificar problemáticas y posibles interlocutores (centros culturales, instituciones, líderes comunitarios y personas involucradas en actividades sociales, políticas o culturales) que, a su vez, puedan convertirse en socios de la iniciativa.

Finalmente, se define el programa de actividades y se lanza la convocatoria dentro de la comunidad para que los interesados se integren a los talleres y que detonen estrategias de proceso y participación generando empoderamiento ciudadano.

Por más de siete años, junto con el artista Ricardo Caballero, han trabajado de manera conjunta para desarrollar una serie de talleres de artes plásticas dirigidos a Centros de Readaptación Psicosocial, femenil y varonil. El proyecto nace como una iniciativa en la que, a través de la experimentación plástica libre por parte de los participantes, no sólo se trabaja a nivel de la creación, sino que, de manera más profunda, constituye un detonador que busca reivindicar al individuo en su identidad y la confianza para producir sin ser juzgado.

Durante el taller, los participantes trabajan a partir de su interés en algunos temas o medios artísticos y reciben la asesoría del artista, impulsándolos a indagar en las bases formales, estéticas y conceptuales de sus proyectos. Adicionalmente, este proyecto ha servido como un ejemplo de trabajo que les puede proveer de beneficios económicos sin la necesidad de delinquir.

Por otra parte, en colaboración con el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM), la fundación realiza visitas semanales a la galería.

La recorridos son guiados por el equipo de educación de la Fundación pero le dan a los visitantes la libertad de ver la exposición a su ritmo. Posteriormente se organiza una conversación con el grupo donde se exponen todos los hallazgos e inquietudes que surgieron a lo largo su visita.

Adicionalmente se realizan talleres de producción artística con adultos mayores, explorando distintos medios y lenguajes artísticos.

Fundación Jumex Arte Contemporáneo, en compromiso con su comunidad más inmediata, les ofrece a los colaboradores de las diferentes plantas de Grupo Jumex, diferentes actividades. Estos consisten en talleres de producción (fotografía, video, serigrafía, animación, etcétera) después del horario de trabajo; talleres de verano para sus hijos y visitas dominicales a las exhibiciones acompañadas de actividades paralelas como conciertos, tardeadas, almuerzos, etcétera.

Los programas escolares tienen como objetivo principal desarrollar actividades que sirvan como complemento a la educación formal en sus diversas etapas (preescolar, primaria, secundaria, educación media y educación superior). Para tales fines, desde hace 12 años, se han establecido relaciones de trabajo con escuelas del municipio de Ecatepec (donde se encuentra la Galería Ecatepec), escuelas del Estado de México y del Distrito Federal. Los programas buscan enriquecer el conocimiento cultural y artístico de los alumnos y estimular las habilidades de pensamiento crítico vinculando a los públicos con el arte contemporáneo. Los programas se enfocan en desarrollar el potencial creativo y crítico que existe en todos los individuos.

Cortesía Secretaría de Cultura de la Ciudad de México
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Foto: Gregorio Muñoz
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Foto: EFE
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Cortesía Secretaría de Cultura de la Ciudad de México
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