Arrepentidos. Las FARC han anunciado un cese al fuego y pidieron perdón por sus crímenes. (ARCHIVO)
Las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) pidieron ayer perdón a la comunidad de Bojayá, departamento colombiano del Chocó, por su responsablidad en la muerte de 79 personas en 2002.
La delegación de paz de la insurgencia, que se reunió este jueves en La Habana con las víctimas, dijo en un comunicado sentir un profundo pesar por el hecho que "nunca debió ocurrir".
A raíz de ese hecho, fuentes colombianas dijeron que en la masacre de Bojayá murieron 117 personas, entre ellas 47 niños, de una población de más de mil habitantes.
Según el comunicado insurgente, el 2 de mayo de ese año, en medio de un enfrentamiento con fuerzas paramilitares, un proyectil artesanal lanzado por los guerrilleros desvió su trayectoria e impactó una iglesia donde se refugiaban pobladores.
Entre las decenas de muertos civiles (hombres, mujeres, ancianos y niños) se encontraban amigos y familiares de los insurgentes, según el comunicado de las FARC.
"Este hecho nos ha dolido en el alma guerrillera, y por ello ahora cuando estamos dialogando para construir la paz, debemos expresar que nos duele hondamente el fatal desenlace que para la población de Bojayá significó ese terrible suceso", agregó.
El representante de las víctimas , Leyner Palacios, dijo que la responsabilidad de este suceso es compartida por las FARC y los paramilitares.
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