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Viven rehenes horas de terror en café de Sídney

SECUESTRO CONCLUYE CON UN SALDO DE TRES MUERTOS Y CUATRO HERIDOS

Miedo. Una mesera del restaurante sale desesperada tras estar secuestrada por un terrorista. (EFE)

Miedo. Una mesera del restaurante sale desesperada tras estar secuestrada por un terrorista. (EFE)

AP

El asedio mortal comenzó de la forma más incongruente, en una soleada mañana de ayer lunes en el interior de un bonito café en el corazón de la ciudad más grande de Australia. Un iraní armado irrumpió, tomó a 17 personas como rehenes y obligó a algunos a sostener una bandera con una declaración islámica de fe sobre el mensaje de "Feliz Navidad" en una de las ventanas del local.

Todo terminó después de la medianoche con una andanada de disparos que dejó a dos rehenes y el pistolero muertos, cuatro heridos y una nación enorgullecida durante mucho tiempo en su paz, sacudida en su núcleo.

La crisis concluyó 16 horas después, cuando se oyó una intensa explosión en el Lindt Chocolat Café y cinco personas salieron corriendo. Momentos después, la policía entró en medio de detonaciones, gritos y fogonazos. Un robot de la escuadra de explosivos también entró en el edificio.

El vocero policial confirmó que la operación había terminado, pero dio pocos detalles del atacante, identificado como Man Haron Monis. El primer ministro Tony Abbott dijo que Monis tiene "una larga historia de crimen violento, obsesiones extremistas e inestabilidad mental".

El comisionario de la policía en Nueva Gales del Sur, Andrew Scipione, no supo decir si los dos rehenes que murieron -una mujer de 38 años y un hombre de 34- quedaron atrapados en el fuego cruzado o fueron asesinados por su captor. Entre los lesionados han un policía que recibió un disparo en el rostro.

Una rehén recibió un disparo en una pierna, dijo un funcionario, una de por lo menos tres personas hospitalizadas por heridas y conmoción. Por lo menos dos personas salieron en camilla y la policía sacó a una mujer llorosa.

Uno de los rescatados que salió en camilla parecía un hombre que yacía bajo una sábana bañada en sangre con la huella de una mano ensangrentada en el medio. La otra era una mujer con los pies cubiertos de sangre. Poco después la mujer herida se encontraba en estado grave, pero estable en el Hospital Royal North Shore, informó la portavoz Jenny Dennis. El Servicio de Ambulancias de New South Wales dijo que tres personas fueron conducidas a hospitales, pero no dio detalles de sus heridas.

La escena dramática se desarrolló poco después que la prensa local reveló la presunta identidad del hombre armado.

IRANÍ CAUSÓ MOVILIZACIÓN

Los medios de comunicación locales dijeron que Monis, un hombre nacido en Irán, enfrenta cargos que incluyen agresión sexual y complicidad de asesinato en casos separados.

Un funcionario policial dijo que "no sería un error" identificar a Monis, de 50 años de edad, como el atacante. Bajo las reglas del departamento, los funcionarios no pueden ser identificados a menos que hablen en una conferencia de prensa formal.

Monis estaba desde hacía mucho tiempo bajo el radar de la policía. El año pasado fue condenado a 300 horas de servicio comunitario por haber escrito cartas ofensivas a las familias de los soldados muertos en Afganistán.

Posteriormente fue acusado de ser cómplice del asesinato de su exesposa. A principios de este año, fue acusado de agresión sexual a una mujer en 2002. Estaba en libertad bajo fianza por esos cargos.

"Este es un individuo fuera de lo común. Esto no se trata de un hecho de terrorismo o un acto concertado", dijo su exabogado, Manny Conditsis, en declaraciones a la Australian Broadcasting Corp.

"Su ideología es tan intensa y tan poderosa que nubla su visión en cuanto a sentido común y objetividad", dijo Conditsis.

Horas antes de que concluyera la crisis, cinco personas escaparon el lunes del sitio donde el hombre armado retenía a un número indeterminado de personas.

Antes, pudo verse a través del escaparate a dos personas en el interior del establecimiento que sostenían una bandera con una declaración de fe islámica que ha sido empleada por extremistas, planteando el temor a que se estuviera desarrollando un incidente terrorista en el corazón de la mayor ciudad de Australia.

Las primeras tres personas que salieron del edificio huyeron del Lindt Chocolat Café seis horas después del comienzo de la crisis y poco después otras dos mujeres corrieron hacia la policía que esperaba fuera. Ambas vestían delantales con el logotipo de la firma de chocolates Lindt y parecían ser empleadas del negocio.

La policía declinó decir cuántos rehenes había dentro de la cafetería, cuáles creían que serían los motivos del sospechoso o si había hecho demandas, así como si los rehenes que habían salido se habían escapado o se les había dejado marchar.

COMPRAS QUE TERMINARON EN TRAGEDIA

El drama comenzó en torno a las 9:45 de la mañana de ayer lunes en Martin Place, una plaza en el corazón del distrito financiero y comercial de la ciudad que está llena de compradores buscando regalos en esta época del año. Muchos de los que estaban en el café se habrían visto atrapados cuando pararon a tomar un café por la mañana.

Imágenes de televisión mostraban a varias personas con las manos en alto en el interior del establecimiento, que apoyaban las manos contra el escaparate y a dos personas sosteniendo lo que parecía ser una bandera negra con la Shahada, o declaración islámica de fe.

El texto de la Shahada se traduce como "No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta". Está considerado como el primero de los cinco pilares del Islam y es similar al Padre Nuestro en el cristianismo. Está muy extendido en la cultura islámica, apareciendo por ejemplo en la bandera verde de Arabia Saudí. Grupos yihadistas también han utilizado el texto en su propia bandera negra.

Varios grupos de musulmanes australianos condenaron la toma de rehenes en una declaración conjunta y dijeron que la declaración en la bandera era "un testimonio de fe que ha sido distorsionado por individuos desorientados".

A través de las puertas de cristal podía verse al hombre armado yendo de un lado a otro del local. El reportero Chris Reason dijo que el hombre parecía llevar una escopeta, no estaba afeitado y vestía una camisa blanca y un gorro negro.

El personal de la cadena distinguió a unas 15 personas diferentes entre los rehenes colocados junto a las ventanas.

Cientos de policías inundaron la zona, donde se cortaron calles y evacuaron oficinas. Se advirtió al público que se mantuviera alejado de la plaza, donde se ubican la oficina del primer ministro del estado, el Banco de Reserva de Australia y la sede de dos de los mayores bancos del país. El parlamento estatal se encuentra a unas pocas cuadras.

CULPAN AL ESTADO ISLÁMICO

El gobierno australiano elevó en septiembre su alerta por terrorismo en respuesta a la amenaza interna supuesta por partidarios del grupo extremista Estado Islámico. Equipos antiterroristas realizaron después decenas de registros y varias detenciones en las tres mayores ciudades del país, Melbourne, Sídney y Brisbane. Un hombre arrestado durante una serie de redadas en Sídney fue acusado de conspirar con un líder de Estado Islámico en Siria para decapitar a una persona al azar en el centro de la ciudad.

El Estado Islámico, que ahora controla un tercio de Siria e Irak, ya amenazado a Australia anteriormente. En septiembre, el portavoz del grupo Abu Mohamed al-Adnani difundió un mensaje de voz instando a los llamados ataques de "lobos solitarios" en el extranjero, mencionando en concreto a Australia. Al-Adnani dijo a sus seguidores que matarán a todos los "infieles", civiles o soldados.

Secuestrador tenía antecedentes

Man Haron Monis, que entró en un café de Sídney y secuestró a las personas que había en su interior, es un autoproclamado clérigo musulmán de origen iraní, perteneciente a la línea dura y con antecedentes por violencia.

Entre sus primeras acciones dentro de local Lindt Chocolate Café estuvo obligar a dos personas a que sujetasen una bandera en el cristal de la entrada con un mensaje escrito en árabe que decía: "No hay otro Dios que Alá y Mahoma es su profeta", la "sahada" o declaración de fe musulmana.

El autor del secuestro nació con el nombre de Manteghi Bourjerdi en 1964 en Irán, antes de mudarse a Australia como refugiado, en 1996.

La nueva vida requería un nuevo nombre y adoptó el de Man Haron Monis y el título de jeque Haron, aunque a veces ha usado el alias de Mohammad Hassan Manteghi, según el diario local "Sídney Morning Herald".

Entre los años 2000 y 2002 trabajó en Wentworthville, un suburbio de Sídney, como chamán o curandero y otras actividades que llevaron a la policía a detenerlo el pasado marzo, acusado de haber abusado sexualmente de una clienta de aquella época.

La denuncia la presentó una mujer que, cuando tenía 27 años, acudió a Man Haron Monis a través de un anuncio de periódico, en el que se presentaba como experto en astrología, numerología, meditación y magia y remitía a los interesados a una clínica.

La denunciante sólo asistió a dos sesiones y en ambas el curandero abusó sexualmente de ella, aunque lo encubriese con sus supuestas técnicas de curación espiritual y la advirtiese en contra de decir nada a nadie, de acuerdo a la Policía.

Man Haron Haris aseguró que el proceso está políticamente motivado y se llegó a comparar con Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, refugiado en la embajada de Ecuador en Londres para no ser extraditado a Suecia, donde se le busca por supuestos abusos sexuales.

La próxima vista de esta causa de abuso sexual está fijada para el 27 de febrero de 2015 en Australia.

Entre 2007 y 2009, el jeque Haron y su compañero Amirha Droudis lideraron una campaña de protestas contra la intervención militar de Australia en Afganistán.

La iniciativa consistió en enviar cartas o postales a los familiares de los soldados australianos muertos en suelo afgano, en las que les instaban en términos denigrantes a solicitar al Gobierno australiano que se retire de Afganistán.

Liberación. En la imagen se observa a algunos rehenes al moemento de ser liberados por la policía. (AP)
Liberación. En la imagen se observa a algunos rehenes al moemento de ser liberados por la policía. (AP)
Auxilio médico. Algunos de los rehenes recibieron golpes y disparos, en la imagen se observa el traslado de uno. (AP)
Auxilio médico. Algunos de los rehenes recibieron golpes y disparos, en la imagen se observa el traslado de uno. (AP)

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