Activistas e investigadores prevén que en un futuro no muy lejano pudiera haber escasez de agua para consumo humano en La Laguna, dada la sobreexplotación del acuífero por parte del sector agropecuario y el cambio climático, con lo que se pronostican sequías más drásticas.
El desabasto en algunas colonias ya es una realidad. Al ubicarse a mayor distancia de los pozos, enfrentan baja presión de agua en las "horas pico", otras tienen por rutina llenar tinacos y cubetas durante la noche para poder desempeñar sus actividades en el día.
La autoridad mantiene una búsqueda constante de nuevas fuentes de abastecimiento.
No obstante, el consumo de agua en Torreón se ha mantenido durante los últimos 10 años en un promedio de 300 litros por habitante al día, de acuerdo con Xavier Herrera, gerente de Simas, aún con el acelerado crecimiento que ha tenido la mancha urbana.
Ignacio Chong, presidente del Consejo Ciudadano por el Agua, aclara que la cifra es el resultado de dividir la extracción entre los habitantes, pero existen graves pérdidas en fugas, que alcanzan el 40 por ciento.
Para Rafael Zuno, investigador del agua, el problema no es ampliar la oferta sino tener un mejor manejo, pero mientras las administraciones se lanzan a perforar más pozos, poco se hace para reducir el desperdicio y las fugas, además de la poca eficiencia en el cobro, donde cerca de la mitad de la ciudad no paga por lo que consume.
"Es absurdo abrir más pozos cuando se agota el acuífero, el desperdicio es terrible y hay una omisión importante", indica.
Para el Sistema Descentralizado de Agua Potable y Alcantarillado (Sideapa) de Gómez Palacio, no existe una disminución en el suministro per cápita de agua potable a la población, que es de 200 litros por habitante por día en este municipio, el cual se ha mantenido en los últimos años.
El organismo operador informó que, sin embargo, el abatimiento de los pozos profundos es el principal problema en la perspectiva de cobertura del servicio a futuro; esto ha dado lugar a que cada vez se extraiga a mayores profundidades y algunos de los nuevos pozos ya son de unos 500 metros.
Se estima que el abatimiento del manto acuífero principal es de 490 millones de metros cúbicos al año. (Con información de Fabiola P. Canedo y Ma. Elena Holguín)
