La indivisibilidad del arte y la arquitectura

Fernando González Gortázar, ganador del Premio Nacional de las Artes y Medalla de las Artes México 2014, merece toda clase de reconocimiento a su labor y los está recibiendo. Los premios son homenajes a la trayectoria de un arquitecto que no sólo diseña sus obras, las transforma en esculturas magistrales que mejoran los entornos, las ciudades que tocan y hace olvidar los límites entre arquitectura y escultura.

Padre, amigo, mentor, urbanista, conversador, maestro, arquitecto, escultor, escritor, activista, viajero, filósofo… Un hombre completo, culto y arraigado a la cultura del país. Fernando (como a él le gusta que le digan) es una figura de la arquitectura de México y del mundo. Capitalino y jalisciense, es un hombre amalgamado, esculpido por un grupo innumerable de influencias. Amigo de figuras del arte mundial como Vicente Rojo, Juan Soriano, Gabriel García Márquez, Mathías Goeritz, Rufino Tamayo, Armando Morales, José Luis Cuevas, Sergio Pitol, Marek y Manuel Felguérez, entre muchos otros.

Fernando González Gortázar es un caballero en vías de extinción, de esos que se dan de vez en cuando, y que, seguramente, está muy feliz porque su obra y su vida, este “Resumen del Fuego”, seguirá ardiendo en nuestra mente por muchos años más.

ARQUITECTO Y ARTISTA

González Gortázar nació en la Ciudad de México el 19 de Octubre de 1942, en una casa diseñada y construida por Luis Barragán (hoy desaparecida). Es el sexto de ocho hermanos. Su familia se mudó a Guadalajara en 1946, y de 1947 a 1953 su padre fue gobernador de Jalisco. En 1959 inició sus estudios de arquitectura en la Universidad Autónoma de Guadalajara. En 1962 frecuentó el taller de escultura del maestro Olivier Seguin. En 1964 viajó a Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y Perú. En 1966 obtuvo su título de arquitecto y dio clases en la Universidad de Guadalajara y en el ITESO. En 1967 se casó con Ana María Silva Corcuera y estudió estética con Pierre Francastel y con Jean Cassou en el Colegio de Francia.

En 1970 presentó la exposición “Fracasos monumentales” en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México. En 1973 fue cofundador y presidente de Pro Hábitat. En 1974 fue miembro de la mesa directiva del Colegio de Arquitectos de Jalisco y de la Sociedad de Arquitectos de Guadalajara. En 1976 realizó el cuaderno Maromas y se hizo miembro de la Asociación del Museo Regional de Guadalajara.

En 1977 apareció un libro sobre él de Raquel Tibol dentro de la colección de Arte de la UNAM. Fue articulista de Unomásuno de la Ciudad de México; conferencista en el Politécnico de Oxford; miembro fundador del diario La Jornada de la ciudad de México y recibió la medalla “José Clemente Orozco” del Gobierno del Estado de Jalisco. En 1986 se fue a vivir a Madrid, España y fue maestro invitado por la Universidad de Asilah, Marruecos, cofundador también de Nakari, sociedad para el estudio de la vegetación de zonas áridas y participó en exposiciones en España, Italia y México. En 1989 ganó el “Gran Premio Henry Moore” en Japón y participó en la exposición de sus obras del XXV Aniversario de la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana. Publicó su libro Ignacio Díaz Morales habla de Luis Barragán, al igual que Mathias Goeritz en Guadalajara. Llegó a ser miembro del jurado de la VI Bienal de pintura Rufino Tamayo y de la Primera Bienal Monterrey de pintura y escultura. En 1993 fue miembro fundador del Sistema de Creadores de Arte. Apareció en las películas La reina de la noche, de Arturo Ripstein y Mujeres Insumisas, de Alberto Isaac. En 1994 publicó la Arquitectura del Siglo XX y La Fundación de un sueño: La Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara. Su exposición retrospectiva “Fernando González Gortázar, Años de Sueños, 1965-1999” fue un éxito en el Museo Rufino Tamayo de la Ciudad de México. En 2001 se presentó la exposición antológica “Fernando González Gortázar: Arquitectura y Escultura” en la Fundación del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, España y en la Kéves Studio Gallery, en Budapest, Hungría. En 2002 la Fuente de la Hermana Agua es incluida por el Ayuntamiento de Guadalajara entre las 20 obras protegidas del Siglo XX. Y un año más tarde realizó la exposición “30 años después” en el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires, Argentina. Realizó las esculturas monumentales La serpentina y El viento blanco, en San Pedro Garza García, esta última en medio de una gran polémica. En 2005 inició la construcción del Museo de Chiapas de Ciencia y Tecnología, se publicaron Escritos reunidos de la colección de Cuadernos de Arquitectura del INBA, libro de Antonio Riggen Fernando González Gortázar, de la serie Monografías de Arquitectos del Siglo XX del Estado de Jalisco. Fue coautor del libro Construcciones y Estructuras; Arquitectura y Artes Plásticas de Hungría. En 2007 entró en un periodo sabático de duración indefinida. Apareció el libro Centro Universitario de Los Altos en Tepatitlán, Jalisco: Fernando González Gortázar, publicado por la Universidad de Guadalajara y Arquine. Dictó conferencia “Las Torres de Satélite: 50 años de un milagro” en la casa Luis Barragán de la ciudad de México. Formó parte del proyecto Villa Panamericana de Guadalajara. Conferencia en la Reunión del ASINEA en Guadalajara y en 2009 el Seminario de Arquitectura Latinoamericana (SAL) le otorgó el Premio América de Arquitectura.

En 2010 realizó el proyecto del Emblema de San Pedro Garza García, participó en la exposición “Mexican Modernisms”, en Bruselas, Bélgica, publicó en Sansevieria de Gran Bretaña su primer texto de Botánica. Al siguiente año inició la obra Emblema de San Pedro Garza García y la escultura monumental “La serpentina II” en la Universidad Autónoma Metropolitana, Campus Azcapotzalco. En 2012 Recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en su rama de artes. Miembro emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte. En 2013 la Universidad de Guadalajara le otorgó el Doctorado Honoris Causa. El ASINEA le entregó el Premio Nacional de Mérito Académico. En 2014 la exposición “Resumen del fuego” se presentó en el Museo de Arte Moderno de la ciudad de México. Recibió la Medalla de las Artes de México.

ODA A LA VIDA

“La fuente de la Hermana Agua”, 1970, Guadalajara, Jalisco es uno de los 20 proyectos más importantes del Siglo XX en Guadalajara.

La particularidad de la obra comienza con su nombre, el cual nos recuerda el término utilizado por San Francisco de Asís y por Amado Nervo; uno santo de la iglesia católica y fundador de los Franciscanos y el otro admirado poeta mexicano. Como tal, la hermana agua y su fuente es el reconocimiento del arquitecto a este líquido vital, a su presencia en nuestras vidas y a su 'música', que es para nosotros encantadora y cautivadora. Escuchar el agua de una fuente siempre es una terapia para cualquier ciudad caótica, como las de hoy. Las caídas de agua, así como las cascadas anulan los ruidos de la ciudad contemporánea y los vuelven remansos de paz, es por ello que esta fuente es un oasis en el desierto de concreto. Compuesta por varios primas rectangulares y no regulares forman un conjunto de volúmenes casi arcaicos, legendarios, toscos, masivos y con una textura horizontal que contrapuntean su verticalidad. Son rugosos, son grises, son misteriosos y tan llenos de vitalidad como una cascada en un peñasco, en una roca. Parece natural y no lo es, es casi una intervención que ha surgido del mimetismo del pensamiento del creador con la naturaleza, de su amor y respeto por ella y presentada para nuestra consideración ciudadana.

Esta intervención se ve enriquecida por las ranuras verticales que cada prisma tiene para dirigir el curso de sus chorros, muy definidos, muy direccionados y con diversas orientaciones. Parece una gelatina gigante a punto de temblar, moverse incontrolablemente; parece antigua y contemporánea al mismo tiempo, rica en su diseño con sus formas y sus alturas variables que refleja una solidez y magnificencia escultural.

¿Por qué rinde homenaje al agua? ¿Porque la llama hermana? Al final del día todos somos hijos del agua, vivimos en un planeta azul y todos somos hermanos, al menos así lo quisiéramos muchos, venimos del mismo origen y tenemos en común el mismo final.

Es una fuente que nos recuerda que somos un todo armónico, incluso dentro de la ciudad. La fuente como órgano musical del alma nos busca, nos encuentra, nos conmueve a cada segundo. Cada gota de agua que cae es una nota musical efervescente que invita a disfrutar, a contemplar y a quedarnos tranquilos, ¡no hay prisa! “La fuente de la hermana agua” es un monumento a la naturaleza en la ciudad, es una escultura que enriqueció el urbanismo tapatío y de paso el urbanismo mexicano, es una obra que pertenece a la misma familia de las torres de Ciudad Satélite, es de su estirpe, es de su categoría; monumentos únicos en la historia del país.

Hoy, esta fuente es uno de los edificios emblemáticos y protegidos de Guadalajara del siglo que terminó y diríamos que de cualquier época.

APEGADO A LAS ARTES

Entre las influencias de González Gortázar están Luis Barragán, Mathias Goeritz, Pierre Francastel, Jean Cassou, Olivier Seguin, Luis Tomasello, México.

También se inspira en sus viajes, autores de todas las épocas, en sitios, culturas y movimientos artísticos de los siglos XIX y XX plasmados en la pintura, fotografía, escultura, música y el cine, así como en libros como Alicia en el País de las Maravillas y A Través del Espejo, de Lewis Carroll y escritores como Juan Rulfo, Octavio Paz, García Márquez, Carlos Pellicer, Ramón López Velarde, José Emilio Pacheco y Salvador Elizondo, entre otros. Libros de filosofía, de ciencias diversas (especialmente ciencias naturales). Artistas, cineastas, compositores e intérpretes, entre los que destaca el Trío Calaveras y José Alfredo Jiménez.

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