La citronela es muy parecida al zacate limón. (ESPECIAL)
Estudiantes de la Universidad Autónoma de Yucatán promueven el uso de plantas como la citronela, nim y orégano silvestre, así como tecnología doméstica a base de cítricos y especias, para evitar en los hogares enfermedades transmitidas por mosquitos.
El asesor del departamento de Responsabilidad Social Universitaria y Cultura Maya de la Dirección General de Desarrollo Académico, Luis Antonio Canché Briceño, expuso que la iniciativa también se orienta a evitar enfermedades del sistema respiratorio por uso de insecticidas, plaquitas y espirales.
La idea, explicó, surge como una necesidad de crear el sentido de responsabilidad social de jóvenes de la Facultad de Enfermería, quienes durante una feria de la salud propusieron impulsar la temática del dengue, uno de los padecimientos que más afecta a los yucatecos.
Una de las primeras propuestas, es potenciar el uso de la citronela, en especial una variedad que crece como arbusto aromático que puede colocarse en los jardines de las casas o en macetas en los hogares, cuya sustancia activa es un repelente natural para los moscos.
De acuerdo con información de la Asociación Americana de Control del Mosco, algunas características del por qué unas personas son más susceptibles a ser picadas por el mosco, se debe a que estos insectos prefieren más la sangre tipo “O” que la tipo “A”.
Asimismo, son más propensos quienes sudan más y por ende liberan toxinas, así como los que presentan mayor frecuencia de respiración, dado que emiten más dióxido de carbono.
Las áreas de mayor incidencia de la picadura son pies y tobillos debido a que concentran más bacterias en el cuerpo; el color de la ropa influye, ya que si ésta es obscura atrae fácilmente a los moscos.
Por ello, indicó que la propuesta se fundamenta en la creación de barreras verdes que se colocan en los huertos para evitar la presencia de diversas plagas, e incluso son comunes en los hogares como son el eneldo, albahaca, ruda, romero, lavanda, zacate limón, entre otras.
La sugerencia es colocar una planta en la habitación o al interior de la casa y dejarla entre 30 minutos a una hora, posteriormente cerrar ventanas y puertas, y sacar la planta. Su aroma queda impregnado y con ello los moscos no penetran al domicilio.
También, afirmó, la citronela puede ser parte de los jardines de las casas y a pesar de ser una planta proveniente de la India se ha adaptado con facilidad al clima y su costo es muy accesible, apenas 20 pesos, y se puede reproducir con facilidad.
Otra propuesta es el uso de un repelente casero, el cual se elabora al cortar a la mitad un cítrico local (retirándole el bagazo), conocido como naranja agria, por su sabor ácido es utilizada en la cocina tradicional.
“Aunque se puede utilizar una naranja dulce, el empleo de una agria es mejor, ya que tienen una cáscara gruesa a la que se le pueden colocar clavos para comida y se le hace un pequeño orificio en la parte superior”, señaló Canché Briceño.
Explicó que al interior de la cáscara se coloca una veladora ecológica, la cual se elabora con aceite comestible y una mecha que se enciende, este calor provoca la liberación de una combinación aromática que actúa como repelente para el mosquito, pero agradable para el hombre.
Una de las ventajas de esta tecnología doméstica, es que no libera humo, además de ser muy barato pues en casi todas las casas hay un árbol de naranja agria, cuyo jugo es utilizado, así como los clavos para comida.
Aclaró que su duración puede prolongarse hasta por una semana, con lo que se ahorra en insecticidas en aerosol o en las llamadas espirales o plaquitas, que en realidad actúan como un repelente más que para matar moscos.
Estas propuestas, precisó, no son nuevas, sin embargo la idea es que podamos incidir en las personas y adopten cambios de hábito en el cuidado de su salud, al mismo tiempo que para ello empleen tecnología domésticas de muy bajo costo.
“En este momento, diseñamos un esquema que permite mediante el empleo de las redes sociales la difusión de esta información, así como de todas aquellas acciones que permitan mejorar la salud de la población o prevenir enfermedades”, comentó Canché Briceño.
Por su parte, el director del Centro de Permacultura Luum Ayni (tierra en armonía, mezcla del maya e inca), César Hernández, destacó el empleo de la citronela, y otras plantas como el nim o el orégano silvestre, incluso medios de control para el mosco.
Hérnandez, quien dirige un proyecto ecológico sustentable en el municipio de Chichimilá, indicó que en la actualidad una variedad de citronela muy parecida al zacate limón es cultivada en este sitio, en cinco puntos diferentes, entre ellos una pequeña laguna donde la existencia de moscos es casi nula.
Abundó que de manera industrial, se extrae un aceite de las hojas de esta planta y dado su nivel de concentración sólo son necesarias unas cuantas gotas para que al momento de quemarse en veladoras o en una especie de antorchas, emane un olor desagradable para el mosco.
Sin embargo, agregó, este proceso se puede hacer en casa de manera sencilla y para esto únicamente se necesita tomar unas hojas y colocarlas junto a la veladora para que se quemen juntos.
“Para quienes trabajamos en el campo -sostuvo-, con el hecho de tomar una cuantas hojas, estrujarlas y pasarlas por el cuerpo es suficiente para repeler al mosco”.
Sin embargo, advirtió, como toda variedad de zacate, en determinadas épocas del año este procedimiento no puede desarrollarse, en especial cuando es tiempo de secas, ya que contiene diminutas espinas que pueden afectar el ojo y provocar ceguera.
Otras plantas, como es el caso del nim (un árbol procedente de la india y adaptado con facilidad en esta región), también son efectivas contra el mosco, pero no como repelente, sino para el control del vector.
“Lo que sabemos es que el aroma que emana el aceite que se extrae del nim provoca que en el mosco se genere una sensación de estar lleno, cuando en realidad este no ha comido, lo que al final desencadenará en la muerte del insecto”, dijo.
Hernández agregó que “el uso del orégano silvestre también nos ha dado cierto resultado como repelente, destacó, aunque es la citronela la que más nos sirve para los que trabajamos en el campo y cuyo aroma también es agradable para el hombre.
“Luum Ayni es un proyecto familiar ecológico sustentable, situado en Chichimilá, donde hacemos, experimentamos y difundimos alternativas para vivir de manera simple y alegre, aplicando los principios y métodos de la permacultura, agroecología y la medicina natural”, puntualizó.
