Cordones. El acordonamiento de material vegetal muerto protege el suelo y evita la erosión, así como la propagación de incendios.
María Rivera tiene 70 años y trabaja en las obras de conservación de la cuenca alta del río Nazas desde que arrancó el programa Irritila.
"Acarreo piedra, ramas, materiales, barremos, empezamos temprano, descansamos un rato y a seguirle", dice la mujer, que sostiene su hogar en el ejido Escobar y Anexos. El trabajo demanda un gran esfuerzo físico, pero ella considera que vale la pena, pues más allá de recibir una remuneración económica de 200 pesos por la jornada, siente que sus acciones generan un beneficio para el medio ambiente.
La señora recuerda que hace ya varios años el ejido no es productivo, se ha ido terminando el trabajo del campo por la erosión en el suelo y la tala de árboles, la vida se tornó más complicada y cada quien la llevaba como podía. Tras el arranque de las obras, en las que trabaja toda la comunidad, su calidad de vida se ha elevado.
Como ella, participan 30 personas al día en las obras: mujeres y varones con la misma oportunidad.
"Hasta el vago del pueblo ya sabe que si viene a trabajar hay un pago", explica Arnoldo Valtierra, presidente del comisariado ejidal de Escobar y Anexos.
Al inicio, se reciclaban llantas viejas para construir presas filtrantes y evitar la contaminación que se genera con la quema de estos materiales, pero a partir del 2009, cuando se aplicó el Irritila, comenzó la conservación de 724 hectáreas.
"Aquí nos gusta el trabajo", asegura Valtierra, "el dinero se rola y el beneficio es para los bosques, para el planeta, de pueblo a pueblo, sin intervención de políticos".
Entre los trabajadores de la cuenca alta, hay más mujeres que varones. Algunas tienen doble jornada, dejan limpia su casa y la comida hecha antes de ir a trabajar, luego de ocho horas, regresan y terminan sus quehaceres domésticos.
Otras reciben apoyo de sus parejas, que se encargan de los niños mientras ellas ponen su granito de arena para salvar el planeta, las mueve el beneficio ambiental.
FÁBRICA DEL AGUA
El 72 por ciento del agua de la Comarca Lagunera proviene de la cuenca alta del río Nazas. Pero mientras que la región enfrenta una problemática severa de desabasto y baja en la calidad, así como un balance hídrico negativo, al extraer más líquido del que se recarga en el acuífero Principal, la cuenca alta también tiene problemas serios de erosión e impacto ambiental, causada por incendios forestales, sobrepastoreo y cambios de suelo.
Como estrategia para contrarrestarlo, surge el programa Irritila, que busca la realización de obras en la cuenca alta del Nazas, para que esto beneficie a la Región Lagunera, que contará con un mayor volumen de agua, y de mejor calidad.
Esto mediante un esquema de pago por servicios ambientales, donde los usuarios de la cuenca baja aportan recursos de manera voluntaria, a través de los sistemas municipales, para apoyar a los ejidos involucrados en las obras.
A la par, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) aporta recursos por 10 millones de pesos para 5 años, pero los usuarios deben igualar el monto, de acuerdo al convenio.
"La mística del programa es cómo los laguneros valoran de dónde viene el agua, concientizar a la gente de que hay un bosque en la sierra de Durango que proporciona los escurrimientos a la región", dice Ricardo Peláez, representante de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
LAS OBRAS
La temporada de incendios en la cuenca alta del Nazas abarca de marzo a julio, por lo que las comunidades trabajan intensamente en la construcción de brechas cortafuego, con una longitud de 12 kilómetros y una separación de 3 metros, cuyo objetivo es conservar la vegetación. La sierra fue afectada por la sequía de 2011 y 2012, cuando gran parte del arbolado murió. Los que se cayeron, hoy son utilizados para acordonamiento, lo que ayuda a retener el suelo, que además se reforesta con planta nativa. Después de un año, aún se mantienen verdes estos espacios.
Sergio Lugo, jefe de Servicios Ambientales de la Conafor, explica que las presas filtrantes de piedra acomodada son para la retención de agua y sólidos; el recubrimiento de cárcava para frenar la erosión, creando condiciones para que la semilla de los árboles germine; y el cabeceo de cárcava evita que las áreas degradadas se sigan expandiendo. Otras medidas que se han tomado son la construcción de presas de morillos, para el control de azolves, y el cercado de áreas para reducir el pastoreo.
Guadalupe Barrios, representante de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), señala que el Tecnológico de El Salto realiza actualmente monitoreos sobre las obras, para poder evaluar los beneficios.
Por lo pronto, se estima lograr una reducción de la erosión de un 40 por ciento y hasta un 80 por ciento de infiltración del agua de las lluvias en el suelo.
DE VISITA
La comisión de cuenca Alto-Nazas, que preside Roberto Muñoz del Río, organizó un recorrido para mostrar a los usuarios de los módulos del Distrito de Riego 017 y el Comité Técnico de Aguas Subterráneas (Cotas) las obras que se han hecho gracias al Irritila.
En el caso de los módulos, sólo 4 de los 17 que son en total, han aportado al programa, alrededor de 100 mil pesos, mientras que de Cotas se recibe un promedio de 150 mil por año. Los representantes de ambas partes acordaron dialogar con sus organismos para evaluar un aumento en el recurso.
"Sería muy importante que busquemos poner un poco más a la cuota que cada año cobramos, para poder apoyar este tipo de trabajos", dice Manuel Salazar, presidente del módulo X Macitas, "vamos a buscar la manera de que se concientice, que todos los módulos apoyemos, ya vimos que están bien empleados nuestros recursos".
SENSIBILIZAR, LA CLAVE
Apenas un 3 por ciento de los usuarios de los sistemas municipales aportan de manera voluntaria al Irritila, mientras que la gran mayoría incluso desconoce el tema. Roberto Muñoz mantiene un constante llamado a los grandes consumidores de agua para que se sumen al programa, pero pocos son los que han respondido.
Gerardo Ibarra, representante de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), considera que hay una hermandad entre las regiones de la cuenca alta y La Laguna, por lo que el compromiso es sensibilizar al sector productivo.
"Son muy pocas empresas las que están apoyando y esto debe ser continuo, sólo Fundación Lala nos ha estado ayudando en forma continua, aportan un peso por cada peso que se junta en Sideapa, también el Cotas nos apoya cada año, quisiéramos que nos apoyaran los grandes consumidores, las empresas que manejan grandes volúmenes de agua", comenta.
"Tiene que nacer el compromiso de las empresas, hay mucha gente que se beneficia con el agua y poco hacemos para la restauración de la cuenca alta del Nazas", indica.
POR CIENTO
Del agua de la Comarca Lagunera proviene de la cuenca alta
MÓDULOS
De los 17 que son en total, han aportado al programa, una sola vez
