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La deuda de Moreira

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LUIS F. SALAZAR WOOLFOLK

La reestructuración de la deuda pública del Estado de Coahuila que pretende realizar hoy día el gobernador Rubén Moreira, coloca el saldo de pasivos bancarios de la entidad por encima de los treinta y ocho mil millones de pesos.

Los números que en la presente colaboración se expresan son aproximados, al igual que en la totalidad de los reportajes y crónicas periodísticas que tratan el tema y tal cosa no corresponde a imprecisión por falta de cuidado de analistas y relatores sino a la opacidad del gobierno, con el añadido de que invariablemente cualquier cálculo se queda corto y la deuda real resulta mayor que la que el gobierno reconoce.

Rubén Moreira elude la responsabilidad de la deuda al intentar deslindar su gobierno del ejercido por su hermano Humberto sin embargo, la corresponsabilidad del gobernador actual respecto del anterior es una realidad, tanto por virtud de que la deuda se contrajo en el marco de un proyecto político transexenal que tuvo como resultado la escandalosa sucesión entre hermanos consanguíneos, como por el hecho evidente de que el gobierno de Rubén ha servido de tapadera y fuente de impunidad en beneficio del hermano y sus cómplices.

El primer reclamo de los coahuilenses, obedece a que el destino de los recursos obtenidos de la megadeuda continúa siendo una incógnita. El imaginario colectivo alienta la justificada sospecha según la cual, el torrente de recursos fue destinado a la promoción política de Humberto para trepar a la dirigencia del Partido Revolucionario Institucional en 2011, para contribuir a la candidatura de Peña Nieto y para consolidar la dictadura del moreirato a nivel local.

El desaseo y la precipitación llevó a Humberto Moreira y al substituto Jorge Torres a contraer parte de la deuda con documentos falsos, en virtud de presiones de los bancos que aprovecharon la cercanía de la campaña presidencial de 2011, para exigir y forzar una voraz capitalización de intereses en el último momento.

A fines de 2011 ya entronizado como gobernador Rubén Moreira, logró que el Congreso sumiso aprobara una reestructuración que redondeó el saldo de la megadeuda por encima de los treinta y tres mil millones de pesos.

Los pagos hechos para servicio de la deuda ha sido considerado por el mismo Gobierno en los últimos tres años, en un estimado de tres mil doscientos millones de pesos anuales y el incremento del saldo de la deuda reconocida en ese mismo lapso ha sido de cinco mil millones de pesos, lo que indica que los coahuilenses hemos cubierto en los últimos tres años nueve mil seiscientos millones de pesos y hemos reconocido además cinco mil millones de pesos adicionales es decir, un total de catorce mil millones de pesos destinados al pago de intereses y refinanciamiento de la deuda de fines de 2011 a la fecha.

Desde un principio Rubén Moreira se ha negado a transparentar el destino de los recursos obtenidos con los empréstitos y la información respecto a la operación de la mega deuda ha sido no sólo opaca sino hermética; hoy día su gobierno ofrece cifras muy diferentes a las que ha difundido en los últimos tres años, y pretende justificar su inconsistencia en la ridícula excusa del robo de documentos. Según información aparecida el día de ayer en primera plana de El Siglo de Torreón, el Gobierno de Rubén sostiene la novedad de que la deuda heredada en 2011 sobrepasó los cuarenta mil millones de pesos es decir, ocho mil millones de pesos más de lo declarado cuando tomó posesión, lo que indica que la raterocracia moreirista mintió antes o miente ahora, aunque lo más seguro es que nos mintió ayer y hoy nos miente de nueva cuenta.

Ninguna explicación justifica semejante desfalco. El presunto pago a proveedores utilizado como pretexto para contraer el último tramo del endeudamiento, fue una cortina de humo para ocultar la terrible realidad que indica que la deuda es impagable en términos del potencial productivo del Estado y por ende, ni el plazo de treinta años ni ningún otro plazo serán suficientes para salir del atascadero, por lo que el presunto buen manejo de la deuda por parte de Rubén Moreira, es una mentira mas.

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