El uso de la prenda por la población en general como un accesorio de vestir de moda se dio a mediados del siglo XX, casi a la par entre hombres y mujeres. (ARCHIVO)
En esta temporada invernal que ha iniciado en el país y ha bajado las temperaturas en regiones como La Laguna, hacerse acompañar de ella cuando se realizan actividades al aire libre podría representar la diferencia entre enfermarse o mantenerse protegido.
Se trata de la bufanda, descrita por la Real Academia de la Lengua Española como una "prenda larga y estrecha, por lo común de lana o seda, con que se envuelve y abriga el cuello y la boca".
De acuerdo con la periodista Lily Luciano, del portal Hoy Digital, las bufandas tienen su origen en la Antigua Roma, aunque no se utilizaban para protegerse del frío, sino para limpiar el sudor de la cara y el cuello cuando hacía calor, por lo que en un principio se les conocía como “Sudarios de Oviedo”, que se traduce del latín al inglés como “paño sudor”.
PRIMEROS USOS
Los historiadores, señala Luciano, creen que "durante el reinado del emperador chino Cheng, los pañuelos de tela fueron utilizados para identificar los agentes o el rango de guerreros chinos. En tiempos posteriores, alrededor del siglo XVII, las bufandas también fueron usadas por los soldados de todos los rangos en Croacia".
USO ACTUAL
El deslinde general del uso de la bufanda como símbolo y su incorporación como un accesorio de moda se dio a principios del siglo XIX, gracias al estilo de la nobleza.
El uso de la prenda por la población en general como un accesorio de vestir de moda se dio a mediados del siglo XX, casi a la par entre hombres y mujeres.